Laura Wasser: así es la reina de los divorcios de Hollywood (y la abogada real de ‘Historia de un matrimonio’)
Por las manos de Laura Wasser pasó el divorcio de Noah Baumbach y Jennifer Jason Leigh y su despacho es el que aparece en la cinta. Por allí han pasado también Liam Hemsworth, Melanie Griffith, Angelina Jolie, Clint Eastwood o Tom Cruise.
Hasta es su despacho el que aparece en Historia de un Matrimonio. El mismo escenario en el que Laura Dern da consuelo (sin zapatos) a una compungida Scarlett Johansson es donde ella aconseja a las celebridades que recurren a sus servicios en sus procesos de separación legal. Laura Wasser fue la abogada que llevó el divorcio de Jennifer Jason Leigh cuando ésta se separó de Noah Baumbach, director de la película en la que se retrata el divorcio y batalla por la custodia legal de un director (Adam Driver en la cinta) y su mujer, actriz (Johansson). El personaje de la abogada Nora Fanshaw está parcialmente basado en ella, tal y como ha confirmado la propia Wasser a Vulture. Wasser está encantada con el personaje de Dern (la ropa que viste es del mismo diseñador que ella viste, Mark Bridges): «Me encanta Laura Dern. Me encanta como actriz y como persona», ha dicho a la publicación, donde ha confirmado que mantiene una cordial relación con Baumbach. «Obviamente, en estas situaciones los abogados son retratados gilipollas, y ella lo ha hecho fenomenal, de una forma satírica y encantadora», dice una de las abogadas más temidas (y requeridas) de Hollywood.
«Si no tienes más de 10 millones de dólares, será mejor que busques otro abogado para tu divorcio». Esto es lo que Laura Wasser y sus socios, de la firma Wasser Copperman y Mandless, te dirán si te acercas a sus oficinas en Los Ángeles. A Wasser se la conoce como la ‘disso queen’, algo así como la reina de los divorcios de Hollywood. Esta astuta abogada de familia cobra 850 dólares la hora (unos 770 euros), pide un anticipo de 25.000 dólares por sus servicios (unos 23.000 euros) y en su elegante despacho cuelga un cuadro con un alegórico ‘The End’ (Fin) sobre un sofá. Aquí se viene a acabar con ‘el y comieron perdices’ y en la última década ella ha probado que lo hace mejor que nadie al hacerse con el título, otorgado por los tabloides tipo TMZ o The Mirror, de ser «la abogada más temida de América». Nombres dignos de negrita en la crónica rosa no le faltan para acreditarlo.
Wasser es la encargada de gestionar ahora el divorcio de Miley Cyrus y Liam Hemsworth, que la ha contratado. También repitió con Angelina Jolie y en su divorcio con Brad Pitt (la asistió legalmente en el de Billy Bob Thornton). Ella fue quién tramitó durante más de un año el acuerdo de divorcio de Melanie Griffith con Antonio Banderas. También lo hizo para Tom Cruise cuando se separó de Nicole Kidman, Ashton Kutcher (Demi Moore), defendió a Maria Shriver en su ruptura con Arnold Schwarzenegger, hizo lo propio con Britney Spears (divorciada de Kevin Federline), Spike Jonze (ruptura con Sofia Coppola) y en los últimos meses se ha hecho con todo el desamor de las colinas de Hollywood al hacerse cargo del del adiós y muy buenas que han firmado Mariah Carey y Nick Cannon, Hilary Duff (Mike Comrie), Kourtney Kardashian (Scott Disick), Gwen Stefani (Gavin Rossdale), Megan Fox (Brian Austin Green) y uno de los más sonados del gremio hollywoodiense, el de Jennifer Garner y Ben Affleck.
La abogada cuenta en un extenso perfil que le ha dedicado Bloomberg que prácticamente nació para esto. Con un halo de predestinación laboral, asegura en el texto que fue concebida el día que su padre, Denis Wasser, se graduó en derecho. Su padre, de hecho, fue quien comenzó el imperio. Él se hizo cargo de los divorcios de Mia Farrow, Clint Eastwood o Jennifer Lopez, entre muchos otros. Según apunta este histograma de su fama de Jezebel, Laura Wasser estudió en Berkeley, se graduó en 1994 y pasó a trabajar en la empresa familiar. El primer caso que le dio titulares en la prensa fue en 2001, cuando defendió a Stevie Wonder de su ex novia, que le había demandado por supuestamente haberle contagiado un herpes. Después llegaría Angelina Jolie en 2003 y de ahí una imparable carrera como experta de divorcios de estrellas de cine, multimillonarios y atletas. Su padre se hace cargo de las estrellas más longevas; ella, de los artistas más jóvenes.
Su éxito propició que en 2013 publicase su propio superventas It doesn’t Have to Be That Way: How to divorce without destroying your family or Bankrupting Yourself (No tiene que ser así de malo: Cómo divorciarse sin destruir a tu familia o quedarte en la bancarrota). Mencionado continuamente por la prensa del corazón, esta abogada ha mantenido una distancia prudencial con el gremio. Sí que se ha dejado ver en la publicaciones profesionales de abogacía y ofreció algún par de perfiles en las revistas Town & Country o Dame Magazine. Su estatus de súper estrella de los divorcios se certificó cuando se dejó entrevistar por Stevie Wonder en Interview en 2012. Año en el que también entró en la lista de mujeres poderosas de la revista Elle. Según ha desvelado en sus escasas entrevistas, estas serían las cinco claves de trabajo de la abogada más temida:
No ofrecer ningún tipo de apoyo emocional a sus clientes.
Laura Wasser prefiere restringirse a lo puramente legal («tu psiquiatra te costará menos de lo que yo te cobro. ¿Qué quieres que les diga? Tengo dos hijos de diferentes padres. No soy la persona más indicada en dar consejos de pareja», dijo a Dame Magazine).
La mejor forma de anunciar un divorcio de estrellas es un viernes por la tarde.
En Bloomberg asegura que su despacho trabaja así porque es cuando los tabloides están más relajados a nivel informativo por el inminente fin de semana.
Si se pueden hacer públicos varios divorcios a la vez, mejor.
La atención informativa se diluye y la estrella en cuestión no es el núcleo de atención. Eso explicaría la avalancha de anuncios de rupturas que sufrimos a finales del año pasado (Affleck, Gwen Stefani, Megan Fox, etc). Todos los casos se manejaban desde su despacho. «A mis clientes siempre les digo, tengo otro caso, no te puedo decir quién es, pero deberías esperar y así los dos lo hacéis público al mismo tiempo».
Es mejor llegar a un acuerdo antes de tramitar los papeles
Así lo hizo con Melanie Griffith y Antonio Banderas, que ya lo tenían todo acordado cuando la petición de divorcio llegó a los juzgados. Wasser prefiere trabajar así porque así se ahorra las posibles filtraciones a los tabloides por los trabajadores del ámbito legal. De hecho, la abogada asegura que ella misma y Antonio Banderas borraron algunos puntos de la documentación, temiendo los previsibles chivatazos a la prensa amarilla.
La mayoría de divorcios se hacen oficiales después de los Oscar.
Tal y como recoge Bloomberg, Laura Wasser trabaja en 45 casos en la actualidad. La mayoría no se llevarán al juzgado hasta este mes, unas semanas después del ruido mediático de la temporada de premios. Nadie quiere desfilar solo por la alfombra roja.
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