LaQuan Smith anuncia el regreso de la mujer hipersexualizada a la pasarela de Nueva York
Más glamour y menos sportwear. El diseñador que viste a Cardi B, Rihanna y Beyoncé quiere traer el sexo y el dinero de la época dorada de Gianni Versace y Thierry Mugler a la Gran Manzana. Estas son, en palabras del propio LaQuan, las claves de un desfile apoteósico.
La expectación: «Me han dicho que la entrada ha sido caótica, una auténtica locura», exclama LaQuan Smith, eufórico en el backstage, ante un reducido grupo de periodistas de Europa. Ningún otro show de esta edición ha despertado tanto interés, agitación y éxtasis (por lo menos, hasta el momento). El caos empezaba a pie de calle, en la misma entrada del edificio de Spring Studios, en el número 50 de Varick Street, donde la gente –que minutos antes había esperado en orden– empezó a empujar para intentar abrirse paso entre la multitud y llegar al primer control de seguridad. Solo podían pasar los que tenían código de barras; los demás, debían esperar fuera. Las invitaciones digitales pasaban de móvil a móvil… Y con una, se colaban dos o incluso tres. En los ascensores, otro ejército de agentes y relaciones públicas volvía a escanear el código de barras, esta vez impreso en papel. En la planta del desfile, más colas y más filtros. La prensa no daba crédito ante el furor y la locura de un desfile que, por momentos, parecía la entrada a un concierto en una sala con el aforo completo y los fans esperando en la calle. Algunos invitados lograron entrar en el último minuto. Otros desistieron y se quedaron fuera.
En la primera fila: diseñadores como Maxwell Osborne y Dao-Yi Chow (de Public School), la exmodelo y activista Bethann Hardison (que lucha contra la discriminación étnica en la pasarela desde 1981), Slick Woods (la antimodelo con diastema, tatuajes y cabeza rapada que lo mismo trabaja para Marc Jacobs que para Kanye West o Rihanna), las gemelas Shannon y Shannade Clermont (fenómeno en Instagram), J. Alexander o Miss J (jurado del reality America’s Next Top Model) o Elisa y EJ Johson (los hijos de Magic Johnson).
El nuevo orden: «Se respira un aire nuevo en la ciudad y sí, no tengo ningún problema en admitirlo, me gusta que me vean como ese nuevo movimiento que está sacudiendo la semana de la moda de Nueva York», afirma el diseñador de Queens con orgullo. A finales de noviembre, en un coloquio de la plataforma Voices, de Business of Fashion –en el que también participaron Bethann Hardison, Patrick Robinson (fundador de Paskho y exjefe de diseño de GAP) y Kerby-Jean Raimond (de Pyer Moss)–, Smith ya dejó claro que hay una nueva generación de creativos afroamericanos que tiene el control en sus manos y con ellos, a toda su comunidad.
Sexo, lujuria y dinero: «Quiero traer a Nueva York la emoción de la época dorada de Thierry Mugler y Gianni Versace, cuando la moda era más vibrante, más divertida y mucho más emocionante. Y quiero inyectar todo esa energía en el desfile. No solo en las prendas, que gritan sexo, sensualidad y éxtasis, también en el show», continúa LaQuan. La pregunta que se hacen todos los medios europeos reunidos en el backstage es evidente: ¿cómo encaja este revival en la era del #metoo?, ¿es relevante o necesario recrear el prototipo hipersexualizado de mujer que cinceló Gianni en los 80? «La mujer con la que me identifico no tiene que pedir disculpas ante nadie por ser tal y como es. Es segura de sí misma, entiende perfectamente quién es y cómo se siente. Es una fémina sexy y glamurosa. Y a mí esa actitud me parece genial».
El nuevo anti-streetwear: trasparencias, encaje, pieles, terciopelo, escotes de vértigo, push ups, glúteos y curvas, muchas curvas, enfundadas en tejidos stretch de leopardo. «¿Por qué una mujer no debería vestirse súper fabulosa a las dos de la tarde? Desde mi punto de vista, el mercado norteamericano se ha relajado demasiado. Las féminas antes se arreglaban muchísimo, sobre todo en París. Pero ahora con la irrupción del streetwear y el sportwear, todo es distinto. Yo quiero ser ese diseñador que devuelve el sex-appeal a la pasarela. ¿Sabes qué? He nacido en Nueva York y así es cómo yo creo que debería ser y vivirse la semana de la moda en esta ciudad».
El casting, inclusivo y poderoso: «¡Una pasada!», resume LaQuan, que esta temporada ha trabajado mano a mano con CD Studios y la directora de casting Evelien Joos. «Cuando elijo las chicas que van a desfilar en mi show siempre pienso en la ropa que les gusta. Porque para mí no se trata de ponerle una prenda a la maniquí de turno sino que esa modelo la haga suya. Es una relación más orgánica. Sin perder de vista que la inclusividad y la diversidad es el eje principal. Porque eso es precisamente lo que yo represento como diseñador. Y creo que es importante que se refleje en el casting».
La música: en el desfile sonaron temas como Work Work de Britney Spears, The Beaks de The OUTpsiDER, Yass Bish de Dj Jay Mami, Candy de Cameo, o The Jeffersons de Voidoid… «Me inspira Nueva York, la escena de baile… Paris is burning (1991) es obviamente uno de mis documentales favoritos de siempre. Y, de nuevo, dice mucho de mi identidad como diseñador. Esta es mi verdad. Esta es mi mujer».
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