_
_
_
_

Así son ‘Elisa y Marcela’: primeras imágenes de la película de Netflix de Isabel Coixet

La hija de la directora, Zoe Sala Coixet, dirige tres clips en Super 8 durante el rodaje de la cinta que recreará la historia de la pareja de mujeres que pudieron casarse por la iglesia en 1901.

Algunos de los fotogramas de los vídeos domésticos grabados durante el rodaje
Algunos de los fotogramas de los vídeos domésticos grabados durante el rodajeZoe Sala Coixet

Para Isabel Coixet existen «muchas, muchísimas» razones por las que dirigir Elisa y Marcela. La cineasta está en pleno rodaje de una de las películas más esperadas de la temporada, un proyecto que aspira a revalidar el triunfo en los Goya de La Librería (mejor película y mejor dirección) y que narra una de esas historias dignas de biopic: Elisa y Marcela recrea la vida de Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga, dos adolescentes que se enamoraron en A Coruña a finales de 1800, separadas por la voluntad de los padres de una de ellas (los de Marcela, la mandaron a Madrid) y que se reencontraron años después como maestras en dos aldeas vecinas de Galicia. Allí retomaron su historia de amor y decidieron formalizarla cansadas de vivir escondiéndose. Elisa se rapó el pelo, se puso pantalones y se convirtió en Mario. Emulando a un hombre, el falso Mario consiguió convencer a un párroco de que se había criado en Londres y éste lo bautizó y casó a la pareja el 8 de junio de 1901. La prensa local descubriría el engaño y el suceso saltó a la prensa internacional: en España dos mujeres se habían podido casar… y por la iglesia ni más ni menos. Un siglo y 17 años después del escándalo, Coixet dirige y Netflix produce una adaptación de cómo el episodio afectó a la vida de estas dos valientes mujeres.

Si a la Elisa de 1900 no la descubrió ni el cura, a Natalia de Molina (que se pone en su piel) tampoco lo han hecho en el rodaje. «Al principio, cuando Natalia se convierte en Mario, disfrazada de hombre, ¡la gente del equipo pasaba por su lado y no la reconocía!», explica Coixet. Algo que podemos certificar en los tres vídeos caseros del rodaje que, con aspecto de formato Super 8, han sido grabados por Zoe Sala Coixet, hija de la directora, y en los que vemos juntas y por separado a las dos protagonistas caracterizadas en sus personajes (en la película Natalia de Molina es Elisa y Greta Fernández es Marcela).

Más allá de anécdotas de rodaje, la cineasta aclara por qué este proyecto necesitaba llegar a la pantalla. «No ha habido antes, ni hubo después, un ensañamiento mediático tan fuerte, con una historia de amor entre mujeres que se atrevieron a dar el paso de casarse. Ocuparon las portadas de los diarios durante meses, se las persiguió, juzgó y hasta excomulgó. Y son personajes absolutamente fascinantes», apunta.

Rodada en blanco y negro entre Cataluña y Galicia, la cinta será la tercera película que Netflix produce en España y se estrenará globalmente solo en la plataforma durante 2019. La película supone un alegato por la visibilización LGTBQI en España, donde muchas lesbianas siguen en el armario en posiciones de poder o de exposición pública. Para Coixet, pese a los avances, seguimos sin una situación que dista de normalizar una sexualidad libre. «Yo creo que en España se están dando pasos hacia la normalización, no sé si suficientes, pero se dan. Y aquí es fundamental la representación: personajes femeninos homosexuales en la ficción, en los estamentos, en todas las ramas de la vida, que luchen contra los estereotipos y hagan entender de una vez que sí, que hay mujeres que aman a mujeres y no pasa nada».

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_