Aitana: “Cuando me agobio llamo a mi madre y me doy cuenta de que todos tenemos problemas”
La cantante nos cuenta por qué a veces le cuesta parar, aunque su cuerpo se lo esté pidiendo.
Aitana se dio a conocer cuando comía miel a cucharadas, devoraba San Jacobos y parecía tan inocente como podría serlo cualquier persona de 18 años en un programa de televisión como Operación Triunfo.
Cuatro años después de su paso por la academia, la artista ha vivido una metamorfosis como las Mariposas de su último hit con el italiano Sangiovanni. Cuenta que con 18 años era una niña, había terminado la Selectividad y vivido el verano más chulo de su vida, pero dice que, a esa edad, todo el mundo asume un nuevo ritmo de trabajo: bien sea estudiando, trabajando o, en su caso, cumpliendo su sueño de ser cantante.
Hoy en día, es la mujer española más escuchada el año pasado en Spotify, con más de 400 millones de reproducciones, suma decenas de discos de oro y platino, es jurado de La Voz Kids y en septiembre se embarca en la continuación de su gira con 11 Razones + Tour 2022. Además, ha dado sus primeros pasos en el mundo de la interpretación y se estrena como embajadora de Pantene.
Aitana comparte un momento en el que el cuerpo le pedía tregua a pesar de que su mente no, cuál es su remedio para el estrés y el lugar idílico donde le encantaría desconectar.
Aprovechar el trabajo > Descansar
Para mí descansar tiene que ver con pensar que en un tiempo no tengo nada que hacer. No hablo de disfrutar de uno o dos días libres, sino una semana. Mi día a día es superorganizado: de 9 a 10, esto, de tal hora a tal hora, esto otro. El descanso es quedarte con un folio en blanco, improvisar todo, hacer lo que me apetezca en cada momento, levantarme y decir: “¿Qué hago hoy?”.
Encontrar estos momentos a diario es un poco más complicado, porque llevo un nivel de trabajo bastante elevado y llego a casa a las nueve o diez de la noche. La verdad es que lo agradezco y me siento muy feliz, porque es indicio de algo bueno y tengo que aprovechar todo lo que me está ocurriendo. Siempre digo: “Quiero trabajar mucho todo el tiempo”. Yo misma soy la que se marca no tener tantos momentos de descanso. Necesito estar a tope y trabajar mucho.
Leer, pasear por el campo o estar con la gente a la que quieres
Lo que más me hace desconectar es, sin duda, estar con la gente a la que quiero, con mi familia o mi chico, dar un paseo por el campo con mis perras, ver una película o leer un libro.
Ahora estoy viendo Stranger Things, que me ha encantado, y leyendo Las siete hermanas. Prefiero leer libros con historias inventadas, así desconecto y me meto en otro rollo. Me gustan también los educativos, como los que hablan sobre feminismo, pero cuando estoy con mucho estrés prefiero la ficción.
Cuando tu cuerpo te pide parar y tu mente no
El cuerpo muchas veces habla. De hecho, habla siempre. El año pasado llevaba un ritmo de trabajo muy intenso. Justo en septiembre me dio laringitis y tuve que posponer algunos conciertos. A partir de ahí, empecé a tomar vitaminas porque me veía muy baja de defensas. No sabía bien por qué, porque me sentía muy feliz, pero creo que se debía a que no paraba.
Soy una persona que se cuida mucho: no fumo ni bebo. Por tema de cuerdas vocales, tengo que calentar mucho la voz y llevar cuidado todo el tiempo.
Tras ese episodio, fui a unos premios de Los 40 en Mallorca y después tenía que viajar a Vitoria. Venía de estar dando muchos conciertos y rodando La Voz Kids. La mañana siguiente del evento, me levanté fatal, con anginas, sin haber hecho nada. Pero son momentos en los que no puedes parar. Fui a Vitoria con unas anginas que flipas, canté y nadie lo supo.
Ahí es cuando pensé: “Mi cuerpo está diciéndome que pare”, pero me daba rabia porque yo no quería parar. Simplemente, se habían enlazado una serie de hechos: una laringitis, unas anginas, nada grave, cosas que le pasan a todo el mundo, pero que, al ser cantante, me perjudican.
Al final, el cuerpo suele pedir parar un poco, pero luego estoy un rato sin hacer nada y me agobio. Soy muy así. Es difícil encontrar el punto medio.
Remedio para el estrés: una llamada a mamá y nada de yoga
Cuando me siento muy estresada, llamo a mi madre y hablo de otros temas o me desahogo un poco. Le digo: “Ay, mira, tengo todo esto”, y me contesta: “Pues mira todo lo que tengo yo”. Es mítica. Entonces, me relajo porque pienso que todo el mundo tiene sus problemas.
No soy nada de ponerme a hacer yoga. Está superbién, me encantaría meditar –veo a la gente que lo hace mucho más feliz, más sana y más todo–, pero soy muy impaciente, hiperactiva. Cuando hacíamos yoga en la academia de OT me encantaba, pero me ponía muy nerviosa porque pensaba: “Yo no sé hacer esto. Lo estoy intentando con todas mis fuerzas, pero no sé”. Xuan Lan, la profesora, decía: “Ahora relajaos”, y yo no podía poner la mente en blanco.
Un lugar ideal donde desconectar
Tengo ganas de hacer un viaje paradisíaco y bonito, como a las Galápagos, y así desconectar en otro país. Hace mucho tiempo que no salgo de España de vacaciones, solo fui a París las pasadas Navidades.
Por primera vez en mi vida, este verano voy a tener un pelín de vacaciones. Iré a desconectar, a la playa y ya.
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