Endeudarse para comprar ropa: qué hay detrás de las plataformas “compra ahora y paga después”
Los datos dicen que uno de cada cuatro milenials y zetas ya compran con cuotas que ofrecen aplazar pagos sin comisiones. Analizamos el fenómeno y sus consecuencias

Cuando llegó a la universidad, Hannah Blass (29 años, Calgary, Canadá), tuvo en sus manos su primera tarjeta de crédito. La moda le fascinaba desde que, de adolescente, gastaba su paga en ropa de segunda mano, y ahora podía vestir exactamente como soñaba: “La descarga de dopamina al ‘coleccionar’ prendas para construir un estilo aspiracional (que siempre parecía inalcanzable) era extremadamente gratificante”, cuenta a S Moda. “Comprar me daba un subidón de emoción momentáneo, y me resultaba casi imposible resistirme a las compras impulsivas por miedo a perder la oportunidad de conseguir algo”. Sin embargo, la alegría se esfumaba pronto: a pesar de tener dos empleos de 60 horas semanales no llegaba a cubrir sus gastos. “Esa sensación [de euforia] era temporal, porque la culpa y el estrés de las deudas y el desorden siempre aparecían después de cada compra”. Hannah acabó con una deuda de 50.000 dólares canadienses (más de 33.000 euros al cambio) y una adicción a las compras difícil de superar. Hoy tiene su propio negocio con el que ayuda a otras personas a gestionar la adicción a las compras de moda y un perfil en Instagram (@thestyleaudit) donde da consejos para evitar caer en la trampa de las compras compulsivas.6
Lo que no sabe Hannah es qué habría sido de ella si, en los años que duró su adicción, hubiera tenido la opción del Buy Now, Pay Later (Compra ahora y paga después), tema por el que muchas otras mujeres contactan hoy con ella: “Me alegra que estos sistemas no existieran cuando tenía 20 años porque estoy segura de que habría caído en ellos. Creo que son extremadamente depredadores, especialmente para los jóvenes que quizás aún no tienen una tarjeta de crédito o no entienden bien las implicaciones de endeudarse”. Cada vez más mujeres le cuentan sus experiencias. Natalia de Santiago, escritora, divulgadora de educación financiera y emprendedora explica en qué consisten exactamente este tipo de compras. “Los planes de BNPL (compa ahora y paga después) son en esencia una forma de crédito al consumo que te permite comprar un artículo o servicio en el momento y pagarlo en varios plazos, con lo cual, cuando hacemos uso de este tipo de financiación nos estamos endeudando y, como con cualquier deuda, siempre implica un riesgo sobre todo si por lo que sea no podemos hacer frente a estos pagos”, explica a S Moda
Según publica Cinco días, en El bum de la deuda fantasma de los servicios de aplazamiento de pago, desde la pandemia este método de pago ha enganchado a los millenials y generación Z, que viven nómina a nómina, y para las que es más digerible pagar una parte de algo en lugar de todo de una vez. Según datos de la propia compañía ofrecidos a S Moda, desde que Klarna aterrizó en España tiene 1,5 millones de consumidores activos en nuestro país (85 millones en todo el mundo, con más de 2,5 millones de transacciones al día a nivel global). En nuestro país uno se la encuentra en casi cualquier muro de pago, en más de 13.500 comercios asociados, de Zara a MediaMarkt, Amazon, Lidl, Iberia o Loewe, por citar distintos sectores. El fenómeno parece imparable. Está previsto que las cuotas “paga ahora y compra después” crezcan en España un 39% en cinco años, según la consultora World Play.
Alexandre Fernandes, director de Klarna en España y Portugal, cita el contexto económico reciente y el auge del comercio electrónico para explicar el fenómeno. “La popularidad de Klarna se debe en parte a su enfoque innovador de ofrecer opciones de pago flexibles, que contrastan con los intereses elevados de los créditos al consumo en España, que superan el 7%, y con las tarjetas de crédito convencionales. Esta alternativa ha sido bien recibida por los consumidores y comerciantes al brindar una experiencia de compra más fluida”, argumenta.
En España, Klarna ofrece tres tipos de métodos de pago: el pago completo (que permite a los consumidores pagar sus compras de inmediato, con la ventaja de que sus datos de pago ya están registrados en Klarna y pueden hacer un seguimiento de todos sus pedidos desde la app de Klarna); el pago en 3 plazos (el más popular, y en el que el pago se divide en tres plazos iguales sin intereses. El primer tercio del importe se paga el día de la compra; el segundo, 30 días después; y el tercero, a los 60 días); y, el pago en 30 (que permite a los consumidores pagar sus compras 30 días después de la compra efectiva, con lo que puede darse la situación de que uno salga de una tienda con una prenda sin haber pagado por ella).
Compra ahora ¿y gasta más?
Muchas voces apuntan a que el problema con este tipo de pagos es que resulte extremadamente fácil gastar de más. “Al final, estos sistemas son préstamos, y nunca deberíamos endeudarnos para comprar ropa o hacer compras innecesarias. Ahora incluso los ofrecen en tiendas físicas, y muchas de mis seguidoras me han contado que han perdido la noción de cuánto debían. Cualquier cosa que haga que gastar dinero parezca ‘dinero falso’ es algo de lo que ahora me mantendría alejada”, cuenta Hannah Blass.
Las primeras alarmas están sonando: una investigación de la Imperial College Business School dice que la capacidad de usar plataformas como Klarna, Clearpay o muchas otras, aumenta en un 10% la cantidad que los clientes gastan y “también aumenta la disposición de los clientes a comprar un producto, ya que la probabilidad de que los compradores compren un artículo aumenta en nueve puntos porcentuales”. La sensación es que no están gastando dinero, mientras lo están haciendo. Más estudios, publicados por The New York Times, Business Insider o Forbes, apuntan a que las generaciones millenial y Z están efectivamente gastando excesivamente e incluso empezando a endeudarse al utilizar el sistema “compra ahora y paga después” en sus compras de moda, belleza y ocio. “Al tiempo que fomentan el sobreendeudamiento pueden promover una deuda invisible”, publica Andrés Valdés López.
Otro análisis, publicado en Fashion United, se cuestiona si “buy now, pay later” es la nueva crisis financiera para millennial, y hay quien ha llegado a comparar a estas generaciones y su adicción a estos métodos de pago con “el equivalente generacional a la crisis de las hipotecas de alto riesgo”. “Es una comparación un poco extrema porque el impacto de la crisis de las hipotecas subprime fue enorme tanto a nivel personal como sistémico (en el conjunto del sistema financiero), pero lo que sí que es cierto, es que en países como EEUU ya hemos visto que el exceso de deuda de consumo puede llevar a la gente a problemas financieros muy serios e incluso a la quiebra y puede tener consecuencias graves a largo plazo”, matiza Natalia de Santiago.
Si tuviéramos una mejor educación sobre las finanzas, apuntan los expertos, quizá no estaríamos ante este problema: “Todos los jóvenes (y los adultos) necesitan una formación financiera básica antes de entrar en el mercado laboral que debería cubrir las grandes áreas de las finanzas personales, como el ahorro, planificación, gestión de la deuda, etc. Pero, por desgracia, esta formación no se imparte en los colegios por lo que, según las encuestas y el informe PISA, los conocimientos financieros de nuestros jóvenes son claramente deficientes”, se lamenta Natalia de Santiago.
Alexandre Fernandes afirma que Klarna no ha detectado esto en España: “Nuestra tasa de impago es inferior al 1%, lo que significa que más del 99% de los consumidores devuelven el dinero que les prestamos a tiempo, demostrando un uso responsable del “compra ahora y paga después” y apunta que en comparación con otras opciones, el saldo promedio pendiente de los usuarios de Klarna a nivel global es aproximadamente de 100€ (153€ en España de media, según confirma la empresa a esta revista), “una cantidad mucho más manejable y significativamente menor que las deudas derivadas del uso de las tarjetas de crédito y los créditos al consumo”, explica a S Moda.
Qué pasa si no pagas a tiempo
“Si no pagas los recibos en el plazo se te pueden aplicar penalizaciones e intereses extra de demora, que pueden hacer que nuestra deuda se vaya haciendo cada vez más grande, como una bola de nieve, y que esas cosas que íbamos a pagar en cómodos plazos al final nos salgan muy caras”, explica Natalia de Santiago sobre este tipo de sistemas. “Entrar en una lista de morosos te puede afectar de muchas maneras como, por ejemplo, a la hora de pedir una hipoteca o un crédito para pedir un coche, contratar una tarjeta de crédito y otros productos bancarios e, incluso, para alquilar una casa. Además, muchas veces conseguir que eliminen tu nombre de estas listas no es tan fácil y nos puede llevar bastante tiempo y gestiones engorrosas”.
Y añade: “Estas plataformas tienen básicamente dos formas principales de generar ingresos. Por un lado, cobrando una comisión por cada transacción a las tiendas a las tiendas que ofrecen este método de pago y, por otro, de los intereses y las penalizaciones que cobran a los consumidores que los utilizan si, por ejemplo, eligen un plan de pago que lleve intereses asociados o si, por lo que sea, se retrasan en el pago de alguna de las cuotas. Es importante enterarse de bien de qué intereses nos van a cobrar porque a veces pueden no cobrarnos intereses al principio, pero luego, pasado un plazo, el tipo de interés puede subir bastante, como pasa con muchas tarjetas de crédito”.
Desde Klarna, consideran importante “que los consumidores reconozcan la responsabilidad asociada con elegir este método de pago. Por eso priorizamos la transparencia y evaluamos si se otorga o no el préstamo con cada compra”, añade Alexandre Fernandes. “Cada vez que un cliente realiza una transacción utilizando Klarna, volvemos a evaluar su capacidad de pago. Analizamos cientos de variables, por lo que tener acceso a nuestros pagos flexibles no está garantizado, ni siquiera para usuarios que ya hayan pagado con Klarna en el pasado. El pago en 3 plazos sin intereses de Klarna implica que un tercio del total de la compra se abona en el momento de la compra, dejando solo dos tercios por liquidar más tarde, reduciendo así el riesgo de impago”.
Efectivamente, Klarna puede determinar si un usuario tiene deudas pendientes o pagos impagados con otras plataformas de pago a plazos o crédito en España. Esto se logra utilizando datos de agencias de crédito externas que proporcionan información sobre el perfil crediticio de un consumidor, incluyendo deudas existentes o impagos. Esta evaluzaión del riesgo crediticio en cada compra, aseguran, reduce el riesgo de impago, que cifran en menos del 1%. La app se encarga de recordar a sus usuarios cuándo y cuánto deben pagar: al finalizar la compra, se muestra claramente un calendario de pagos para que sepan cuándo se les cobrará, con pagos automáticos realizados hasta que el pago del saldo restante. También envían correos electrónicos y recordatorios vía la app para que los usuarios estén al tanto de su saldo y calendario de pagos. “Y, si un consumidor español se retrasa en sus pagos, Klarna aplicará cargos en función del importe de la compra. Estos cargos existen para enfatizar la necesidad de pagar a tiempo y compensar los esfuerzos administrativos debidos a la gestión de pagos atrasados”, explican desde la empresa.
“Negociamos acuerdos individuales con los comercios asociados, pero nuestro revenue rate fue del 2,56% como puedes ver en nuestros últimos resultados publicados (Página 2). Esta cifra incluye otros ingresos que no provienen de las comisiones relacionadas con nuestros métodos de pago. El revenue rate se calcula como un porcentaje del valor bruto de la mercancía, por lo que representa cuánto “recuperamos” de cada transacción”, explican a S Moda desde Klarna.
Quién compra ahora y paga luego
Cuando Klarna llegó al mercado español, sus pagos flexibles se hicieron rápidamente populares entre los entusiastas de la moda, explican desde la empresa. Las primeras en conocer el sistema fueron las mujeres y las generaciones entre 25 y 44 años, aunque con la expansión a otros sectores como la belleza, los deportes, los viajes y la electrónica se está ampliando el perfil.
“Comprar ciertas cosas a crédito puede tener sentido, cuando se trata de comprar objetos que vamos a utilizar durante mucho tiempo, como, por ejemplo, un electrodoméstico. El problema es que ahora nos lo ponen tan fácil que lo acabamos usando para comprar cosas de consumo rápido, como productos de belleza o ropa, y corremos el riesgo de instalarnos en un ritmo de vida que realmente no nos podemos permitir”, insiste Natalia de Santiago.
A crédito, pero “cool”
“La democratización de las finanzas a través de las redes sociales tiene muchos aspectos positivos, pero también entraña peligros porque, como bien dices, hace que nos familiaricemos muy rápido y le perdamos el miedo a prácticas que, como comentábamos, pueden tener consecuencias y promover hábitos negativos para tu salud financiera”, comenta Natalia de Santiago, ante el “fenómeno Klarna” que abunda en TikTok, con una inabarcable cantidad de vídeos que romantizan no solo este tipo de pagos sino también estar en números rojos.
“Al igual que muchas otras empresas y entidades públicas como El Banco de España, Klarna utiliza las redes sociales para conectar de manera auténtica con su audiencia. Según un informe reciente de Klarna en España, el 56,5% de personas de 25 a 40 años acuden a YouTube para obtener consejos de ahorro, mientras que el 47,8% busca este tipo de contenido en Instagram, lo que demuestra la relevancia de utilizar estos canales. Los influencers desempeñan un papel fundamental en la estrategia de marketing de Klarna, generando interés y educando a sus seguidores sobre los productos que proponemos. Participan en campañas que muestran cómo Klarna puede integrarse en nuestra vida cotidiana, al tiempo que refuerzan el uso responsable de estas plataformas entre sus seguidores. Además de ser extremadamente cuidadosos con nuestros guidelines, aprobamos todo el contenido publicado para garantizar que se transmiten mensajes responsables”, explican desde Klarna a SModa.
Women Wear Daily ha detectado la “estetificación” de este tipo de apps: las plataformas de pago como Klarna y Afterpay se están convirtiendo en actores de la industria, sitios de descubrimiento de moda y belleza, y oportunidades de marketing para las marcas. También hablan de las demandas y deseos de los millennials y la Generación Z.
“Estos sitios ofrecen imágenes elegantes, campañas y contenido de marketing, contratan embajadores famosos e interactúan activamente con los consumidores, dándoles la oportunidad de seleccionar búsquedas y listas de deseos, descubrir nuevas marcas, seguir tendencias y distribuir sus pagos, sin intereses, a lo largo de semanas o meses, o probar los artículos antes de comprarlos”, describen. Así, las plataformas de pago se han transformado en plataformas de compras en línea, con una orientación editorial, un punto de vista, informes de tendencias globales y ofertas de productos que se extienden más allá de la moda hacia el hogar, la tecnología, la belleza y el entretenimiento. “Al hacerlo, construyen comunidades y se convierten en fuentes confiables de información para un grupo demográfico que dentro de cinco o diez años constituirá la mitad de la fuerza laboral y la mitad del ingreso disponible”, apuntan.
Cómo saber si es buena idea financiar una compra
“Realmente solo deberíamos endeudarnos para comprar cosas que nos ayuden a crecer o bien porque aumentan nuestro patrimonio, como cuando compras una casa, o porque nos van a permitir ganar más dinero, como por ejemplo, para financiar unos estudios que nos vayan a permitir acceder a un trabajo mejor. El caso límite serían compras grandes, como un electrodoméstico o un coche que se pueden financiar porque nos van a durar muchos años. Para otro tipo de cosas, lo ideal es ahorrar primero y gastar después. Lo que siempre hay que vigilar es que las cuotas de tus préstamos (incluyendo todos los pagos aplazados en tarjetas de crédito o sistemas de compra ahora y paga después) no superen nunca el 10-15% de tus ingresos netos para no meternos en niveles de deuda que puedan llegar a ser peligrosos”, recomienda Natalia de Santiago.
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