Hedi Slimane abandona Celine y su sustituto será Michael Rider, ex mano derecha de Phoebe Philo
A dos días de haber presentado su nueva colección, el francés deja la firma tras siete años y un cambio estético integral. Un rostro desconocido para el público, Michael Rider, será su sustituto en la enseña.
Entre todos los rumores que estos últimos meses rodean a la moda, el de la marcha de Hedi Slimane de Celine, que empezó a sonar junto antes del verano, era uno de los que más peso iba cobrando con el tiempo. Hoy, justo cuando ha terminado el mes de desfiles, se ha confirmado. “Bajo su dirección creativa, Celine ha experimentado un crecimiento global y se ha posicionado como una gran marca de costura francesa”, han declarado desde la marca, propiedad del grupo LVMH, en el comunicado oficial.
Slimane llevaba siete años en firma. Venía de Saint Laurent, firma a la que cambió de arriba abajo su estética para acercarla al rock y la calle, y se le nombró sustituto de Phoebe Philo, una de las diseñadoras más admiradas del sector. No lo tuvo fácil. Amado y odiado a partes iguales, decidió quitarle el acento a la marca (antes conocida como Céline), cambiar el logo y virar hacia una estética vintage, con accesorios que bebían directamente del legado setentero de la marca y prendas que redefinían el estereotipo de chic francés: gabardinas, chaquetas de botones dorados, amplias gafas de sol… El francés, que reside en Los Ángeles (y desde allí ha gestionado la dirección creativa de la casa), amplió las líneas de negocio de Celine hacia la perfumería de lujo y la moda masculina, mercado en el que es un maestro. De hecho, su fama le viene de haber revolucionado el armario de hombre en su paso por Dior a principios de este siglo.
Si bien comenzó a hacer desfiles dentro de la semana de la moda de París, pronto pasó a hacerlos fuera del calendario oficial y finalmente, sobre todo tras la pandemia ( y tras sus desavenencias con Vogue) , a lanzar sus colecciones en formato vídeo. Él mismo se encargaba de la fotografía y la dirección del vídeo. El último, titulado Un été français y que servía como presentación de su colección para el próximo verano, se lanzó el pasado domingo (los invitados a la semana de la moda parisina pudieron ir a las oficinas al día siguiente a tocar las prendas de cerca). Con la famosa ‘Femme Fatale’ como banda sonora (el imaginario de la Velvet Underground es otra de sus obsesiones), Slimane mostró una colección que las redes calificaron como ‘muy Chanel’: chaquetas de Tweed, bailarinas, camisas con volantes…nada demasiado alejado de su trabajo creativo en Celine, pero el rumor está ahí: desde que Virginie Viard anunciara que dejaba la casa el pasado junio, las especulaciones sobre quién ocupará su puesto, quizá el más importante de la moda, se han centrado en el nombre de Hedi Slimane y el de Simon Porte Jacquemus.
Chanel presentó ayer su colección de primavera firmada por el equipo creativo, sin cabeza visible. Slimane es una figura apropiada para el puesto: un personaje mediático, con talento para las ventas y la viralidad y que, como Karl Lagerfeld, realiza sus propias campañas, generando, también como él, un universo creativo muy peculiar y asociado a la cultura pop. Si ese nombramiento se produjera (algo que no está confirmado), es muy probable que el diseñador creara en Chanel una línea masculina, lo que supondría de algún modo un hito histórico no solo en la casa, sino en la moda contemporánea en general. Por ahora, sin embargo, se desconoce su futuro.
Horas después de anunciar la marcha de Slimane, Celine confirmaba otro de los rumores que han ido circulando estas últimas semanas. Michel Rider será su nuevo director creativo. Se trata de un rostro desconocido para el público, pero muy familiar en la que marca a la que regresa. Después de trabajar en Balenciaga las órdenes de Ghèsquière, trabajó como director de diseño (es decir, como segundo al mando) de Celine durante los años de Phoebe Philo. Se unió a Ralph Lauren en 2018, justo cuando Slimane entró en la enseña. En estos últimos seis años, Rider ha logrado que la línea Polo volviera a ser apetecible (y mediática) tras varios años de estancamiento. Dejó la marca norteamericana el pasado mayo.
La apuesta de Celine por Rider es, en principio, un regreso hacia las propuestas más discretas y sofisticadas de la era Philo, en un momento, además, en el que las ventas de las grandes marcas de lujo parecen ralentizarse. En cualquier caso, se trata del nombramiento de una cara nueva para el público, es decir, de un ascenso de un viejo conocido a la dirección creativa, una estrategia que suele funcionar (aunque no sea tan frecuente como debiera). Los casos de Michele en Gucci o, más recientemente, de Chemena Kamali en Chloé son pruebas de que a veces no hay nadie mejor para insuflar nuevos aires a una marca que llamar a quien la conoce de primera mano.
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