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‘Leñasexual’: el triunfo del hombre salido del bosque (aunque nunca lo haya pisado)

Por fin hay nombre para ese barbas que ves a diario. El ‘leñasexual’ es varonil, ama el aire libre y su complemento favorito podría ser un hacha.

fleet foxes
Getty

Con la llegada tardía de un otoño tímido que nos ha tenido suplicando al cielo para poder sacar la ropa de invierno, llegan también los gurús de la moda a ponerle nombre a esas tendencias que, a menos que uno viva aislado en una cueva, va a hartarse de ver en la calle de aquí en adelante. De hecho, llevamos meses viéndolo, pero nadie hasta ahora lo había bautizado con un nombre.

Después del hombre metrosexual, muchos han sido los que han venido a intentar conquistar su trono. Los desaliñados retrosexuales lo intentaron pero pronto llegaron los elegantes y seguros übersexuales a ponerles las cosas difíciles. A estos le siguió la revolución del normcore que nos pilló a todos de improviso y tuvimos que ir corriendo a comprarnos unos pantalones de chándal y a buscar camisetas de propaganda en cajas antiguas. Incluso el spornosexual tuvo su momento de gloria en esta loca guerra de tendencias masculinas.

Ahora que la fiebre hipster ha pasado, y los que un día lo fueron cargan contra el movimiento en un doble tirabuzón que los vuelve a reafirmar como parte del mismo, urgía una nueva tendencia en la que fijar la vista. Y así, en Gear Junkie nos ponía sobre la pista de un nuevo fenómeno que, como si de Juego de Tronos se tratara, surge de espesos bosques para poner contra las cuerdas al hombre urbanita.

Su nombre es 'leñasexual', y nada tiene que ver con repartir puñetazos, sino más bien con ese hombre que podría ponerse a talar robles milenarios de varios metros de diámetro y construirte una cabaña en un árbol en una tarde de aburrimiento. O por lo menos el que parece que puede, porque ahí reside el encanto del hombre 'leñasexual'. Es posible que no haya olido el campo desde una excursión con el colegio a los 13 años, y que la última madera que ha tocado sea la de la mesa de aspecto nórdico de la cafetería en la que trabaja con su Mac mientras hace brunch, pero cualquiera que se cruce con él asumirá que viene directamente de una excursión en los Pirineos.

Ryan Gosling, con mochila lista para meter la cantimplora y la brújula, y Bon Iver, listo para pasar el invierno en una cabaña en el bosque.


Porque una de las principales características del hombre 'leñasexual' es su reivindicación de la ropa (y vida) outdoor. Las botas de montaña, las camisas de cuadros, los abrigos que le permitirían manejar maquinaria pesada sin preocuparse por su integridad física y las mochilas que parecen contener una cantimplora, una brújula y un camping gas, pero que en realidad albergan la ropa para cambiarse después de la clase de pilates ya están más que implantadas entre muchos de los referentes masculinos de estilo.

Justin Vermon, la voz detrás de Bon Iver, fue de los primeros en dejar claro que de los bosques de Wisconsin no solo salía talento musical, sino también una forma de entender la moda que calaría hasta lo más profundo de Hollywood, aunque en Los Ángeles un abrigo térmico no parezca la mejor de las opciones. Los integrantes de Fleet Foxes también fueron pioneros en este estilo.

Promovida desde el púlpito de la exitosa ‘Parks and Recreations’ por un leñasexual como Ron Swanson, protagonista de millones de memes y consejos vitales en redes sociales como Tumblr que conforman un manual de vida para los adeptos a esta nueva tendencia, la expansión de los valores del hombre Leñasexual parece imparable. Y aunque, como ocurría en tiempos de la metrosexualidad, no encontraremos a ningún hombre que se defina a si mismo como parte integrante de esa tendencia (¿alguien se definió alguna vez a sí mismo como metrosexual?), parece claro que cada vez queda menos para que la invasión 'leñasexual' llegue a nuestras calles.

Muestra de ello es que actores como Ryan Gosling o Hugh Jackman, paradigmas de la masculinidad y referentes de estilo masculino, se hayan apuntado al carro 'leñasexual' adaptándolo a las exigencias de su día a día. Así, lo que otrora fueran camisetas blancas de algodón y pitillos negros han dado paso a un look conformado generalmente por una gran mochila de senderismo combinada con camisetas lisas o camisas de franela en tonos apagados, pantalones cargo y botas de montaña en lo que parece haberse convertido en el nuevo uniforme de guerra.

Olvida al hombre que había sucumbido a hábitos como el gin-tonic, los domingos en casa o el comprar muebles en tiendas de diseño, y dale la bienvenida a este nuevo hombre que bebe bourbon, pasa los fines de semana entre cabañas y senderismo y fabrica sus propios muebles; y al que, con casi total seguridad, todos sucumbiremos de alguna manera en los próximos meses.

Camisa se cuadros ideal para ir a cortar leña de Topman.

Cortesía de Topman.

Propuestas para convertirse en un ‘leñasexual’ de Penfield.

Cortesía de Penfield

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