Kim Kardashian lanza un descabellado tratamiento de belleza en nueve pasos: «No es apto para cobardes»
La nueva línea cosmética de Kim Kardashian, SKKN, consiste en una rutina diaria de nueve pasos «obligatorios» que suman un coste de 673 dólares.
Hay rutinas de belleza y compromisos absolutos con la belleza. Esto último parece ser la clave de la nueva línea para el cuidado de la piel de Kim Kardashian, SKKN by Kim. Un total de nueve productos (limpiador, tónico, exfoliante, sérum de ácido hialurónico, sérum de vitamina C, crema facial, contorno de ojos, gotas de aceite y aceite de noche) que, según ha declarado la celebridad en una reciente entrevista en The New York Times: «Son todos obligatorios» aunque eso pueda «dar miedo a algunas personas» ya que su tratamiento «no es para cobardes». Compromisos absolutos con la belleza y con la cartera: individualmente, el coste de los productos ronda entre los 43, el más económico, hasta los 95 dólares, por lo que conseguir una piel perfecta a la manera de Kim Kardashian costaría 673 dólares. «En todo caso», continúa Kim Kardashian, «se podrían erradicar los exfoliantes (hay dos), que dependiendo de tu piel no requieren un uso diario». 573 dólares.
Kim Kardashian está comprometida de verdad con la belleza, tanto es así que en la misma entrevista ha declarado: «Te diré algo, si alguien me recomendase comer caca para verme más joven, lo haría. Lo haría de verdad». Unas breves pinceladas en el histórico de la más famosa de las Kardashian para no tomar este comentario como una simple vulgaridad: en el pasado reciente hemos podido comprobar los sacrificios que Kim Kardashian está dispuesta a hacer por la belleza. Hace tan solo un mes, apareció en la Gala Met enfundada en el vestido que llevó Marilyn Monroe el día que le cantó ‘Cumpleaños feliz’ al presidente John Fitzgerald Kennedy, para el que reconoció haber perdido siete kilos en tres semanas para poder llevar el vestido durante tan solo unos minutos, el tiempo que dura un paseo por la alfombra roja. En este mismo evento, se decoloró el cabello durante 14 horas para asemejarse al rubio platino de Marilyn Monroe, declarando a una de sus hermanas en un posterior vídeo que «se arriesgaría a que se le cayera el pelo» para conseguir el look. En abril de este mismo año, en una entrevista con Ellen Degeneres, Kim Kardashian declaró su fanatismo por los estilismos imposibles de una forma, de nuevo, un tanto escatológica: «No me importa cuán incómodo sea, no me importa por cuánto tiempo lo tenga que llevar, incluso si tengo que usar un pañal y no ir al baño, no me importa».
Este es el segundo gran intento de Kim Kardashian de entrar en el mercado de la belleza y la cosmética: en julio del año pasado, Kim Kardashian anunció a través de sus redes sociales que KKW Beauty, la línea de maquillaje que lanzó en 2017 y que incluía productos como bases de maquillaje, correctores, iluminadores o labiales, cerraba para centrarse en «nuevas fórmulas más modernas, innovadoras y envasadas en un formato elevado y sostenible». La razón detrás de esta decisión estaba en un doble cambio de rumbo: que Coty Inc. hubiese comprado una participación del 20 por ciento en la compañía en 2020 y que la propia Kim Kardashian estuviese en un proceso de evolución personal, tras desprenderse de la W en su apellido al divorciarse de Kanye West. SKKN by Kim suena más a SKIMS, su línea de ropa interior, y se centra en el cuidado de la piel.
Kim Kardashian no considera que el coste de su rutina de nueve pasos sea excesivo: «Es un estatus extra», ha afirmado en la entrevista para The New York Times, «los productos que yo he usado hasta ahora tenían una composición similar y un coste muchísimo más elevado, por ponerte un ejemplo. Traté de obtener el estándar por el mejor precio posible». En otra entrevista para Allure, la celebridad ha confesado: «No quería lanzarme con tres o cuatro productos como me recomendaron a mí al principio porque esa no es mi rutina de cuidado de la piel. Eso no es realista».
Sobre la polémica del vestido de Marilyn en la Gala Met, Kim Kardashian también ha respondido en su perfil en The New York Times: «Ok, Christian Bale puede adelgazar para un papel y es algo aceptable. Hasta Renée Zellweger ganó peso para un papel. Para mí es lo mismo. No estaba diciendo: ‘Hey, todos vosotros, ¿por qué no perdéis muchísimo peso en un corto periodo de tiempo? No hice nada que pusiera en riesgo mi salud», ha declarado. Al mismo tiempo ha reconocido que, si no hubiese conseguido entrar en ese vestido, no hubiese asistido a la gala. El concepto de cobardía, según Kim Kardashian, es un tanto variable.
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