El fotógrafo más increíble de Instagram es un bombero

Cuando empezó a obtener repercusión popular, sus seguidores alabaron “el minimalismo y la genialidad de sus composiciones”. Minimalismo y composiciones. Rusty Wiles tuvo que teclear ambos términos en Google para entender su significado. Hasta ese punto llega el amateurismo de este bombero y paramédico de Florida, de 35 años, casado y con dos hijos, que ha situado su cuenta de Instagram entre las más extraordinarias de la red social. Publicaciones como Wired y Feature Shoot se han hecho eco del cuadriculado trabajo de este fotógrafo aficionado sin experiencia previa. En sus instantáneas podemos apreciar la disparidad tonal de las ciudades que conforman la costa de Florida: Miami, Palm Beach o Fort Pierce, donde actualmente reside Wiles. Su estilo es ordenado, milimétrico y armónico, coloreado por los tonos pastel saturados característicos del Art Decó que encontramos en el sureste norteamericano. S Moda se ha puesto en contacto con el autor de esta orgía de figuras geométricas para conocer más sobre su técnica y, de paso, pedirle consejo para mejorar nuestro propio álbum fotográfico. Un adelanto: para conseguir la foto perfecta hay que disparar muchas veces, cientos incluso. Empecemos a liberar espacio en la memoria de nuestro móvil.

“Soy un tipo modesto, intento guardarme para mí esto de la fotografía. No he tenido ninguna formación académica, por lo que nunca me he considerado a mí mismo como un fotógrafo”. Cuando las webs especializadas revelaron la existencia de su cuenta a todo el país, el bombero Rusty Wiles se vio obligado a contarle a sus compañeros sobre esa curiosa afición que todavía les ocultaba. A buen seguro reinaría el desconcierto en la estación al descubrir que su colega era seguido por más de cuarenta mil personas en Instagram. Que la misma red social había recomendado su trabajo un par de años atrás. Que a pesar del éxito, necesita dos trabajos para mantener a su familia y que nunca ha sido remunerado por su destreza con la cámara. La única retribución económica fue a parar a una organización benéfica por la venta de varias obras donadas en un evento solidario.

A las siete de la mañana, cuando finaliza su turno de 24 horas en la estación de bomberos, Wiles aprovecha la primera luz del día para fotografiar mientras conduce de regreso a casa. No solo porque asegura que es la mejor, sino porque sus hijos están en la escuela y su mujer en el trabajo. “Una vez llego a casa se acabó. Es tiempo de familia. A no ser que estemos conduciendo hacia algún lado y vea algo. Ellos saben que daré la vuelta si encuentro algo bueno”. La mayoría de sus imágenes han sido tomadas con el teléfono, añadiendo solo algún filtro y jugando con la saturación del color. Confiesa que dedica mucho tiempo a buscar la luz adecuada para cada imagen, tanto como el surfero en busca de la ola perfecta. Para un surfero que no sabe nadar (Wiles es autodidacta), pocas veces vimos a alguien surcar mejor las olas en Instagram.

“¿Cómo podemos mejorar la calidad de nuestras propias imágenes?”, nos atrevemos a preguntar. “Siendo paciente. Puedes disparar 500 fotos antes de dar con la buena”, nos aconseja Wiles, que añade: “También diría que hay encontrar un estilo o una materia que te guste. Me gusta el minimalismo porque lo veo. Siempre he visto las líneas, los ángulos y los planos en mi cabeza, así que para mí funciona”. Gracias a su visión, Wiles triunfa en Internet y cada vez más en el estrato real, con varias de sus fotografías recién exhibidas en un centro cultural de South Florida. Para todos aquellos que por desgracia no frecuentamos esos lares, tendremos que conformarnos con disfrutar de su pasión por la arquitectura simétrica y festiva en su álbum digital. En el que muy de vez en cuando también cuela alguna anticlimática foto de sus compañeros bomberos, rompiendo con el estilo general. Es lo que tiene la profesión, que va por dentro. Hasta en la cuenta de Instagram.

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