¿Puede el rider que reparte burritos repartir joyas exactamente en las mismas condiciones? En Glovo opinan que sí
La firma no aclara de momento si los repartidores que lleven joyas contarán con un seguro especial y si la mercancía está asegurada por una de las dos partes.
Comida, bebida, parafarmacia y belleza, libros, flores… Los envíos más habituales en el día a día dentro de la aplicación Glovo van a aumentar a partir de ahora con la nueva categoría Glovo Fashion con la que los repartidores que hasta ahora llevaban burritos, ramos de flores o un remedio para la alergia al domicilio de sus usuarios llevarán también un salto de cama… o un colgante de oro blanco con diamantes. Son más 40 marcas relacionadas con la moda las que se suman a esta categoría: de la firma de lencería Etam a las zapatillas y accesorios de Pompeii. Sin embargo, es la categoría de joyas, en la que la firma más representativa es la madrileña Aristocrazy, la que más llama la atención, no solo por el alto valor de alguna de las piezas que es posible pedir a un rider sino porque no parece que para el traslado de este tipo de mercancías la empresa vaya a implementar medidas de seguridad adicionales para proteger al consumidor de posibles robos ni al rider, de posibles asaltos.
La web de Glovo permite ya en estos momentos, por ejemplo, adquirir una gargantilla de oro blanco y diamantes de 700 euros. Según la nota de prensa que anuncia este nuevo servicio, la compañía se compromete a enviar a «casa o cualquier otro punto de la ciudad en una media de 30 minutos». Si la compra es menor de 60 euros las marcas de joyería, la entrega asciende a 2,99 euros. En el caso, por ejemplo, de unas zapatillas de Pompeii, el reparto asciende a 1,49 euros. Lo que no han querido especificar desde Glovo es qué tipo de seguro se le ofrecerá al comprador a la hora de encargar este tipo de bienes ni si los trabajadores tienen algún tipo de cobertura especial por trasladar por toda la ciudad una mercancía de alto valor como ocurre con los servicios de mensajería y los guardias jurados que frecuentemente se encargan de custodiar este tipo de bienes cuando los mueven de un lugar a otro en el ámbito urbano (por ejemplo para sesiones fotográficas de moda o publicitarias). Sí han aclarado que los riders ya están haciendo entrega de bienes igualmente caros adquiridos por los consumidores en Mediamarkt y que «nunca ha habido ningún problema» en la efectividad de las entregas. También han confirmado que los riders que se encargan de transportar esta mercancía especial son exactamente los mismos que los que llevan cualquier otro tipo de pedido. Por su parte desde Aristocrazy tampoco han querido aclarar cómo se realizará la entrega de la lujosa mercancía a los transportistas ni si habrá un área especial habilitada para ellos o bien tendrán que esperar en la calle, como cuando acuden a recoger burritos.
Glovo sí ha precisado que entre las firmas que estarán en esta primera fase de lanzamiento de su nueva categoría habrá marcas de moda y complementos como Pompeii, Silbon, Lonbali, Sveti Stefan, Fernando de Cárcer, Valentina Garí, Etam o Sophie & Lucy. También de gafas como Hawkers y Mr. Boho. Otras de las firmas que se han unido a la iniciativa son Tipi Tent (de las hermanas influencers María y Marta Pombo) o It’s Lava (de la influencer Sara Baceiredo).
Borja Olazabal, director de Quick Commerce de esta plataforma tecnológica de reparto fundada en 2015 y con sede en Barcelona, asegura que este nuevo paso es para ellos una apuesta por el sector: «Queremos convertirnos en el aliado perfecto para que las marcas de moda puedan llegar a sus usuarios de una forma ágil, cómoda y fácil». Olazabal subraya que «con Glovo Fashion los usuarios pueden comprar todos sus artículos favoritos con solo un clic y recibirlos en una media de 30 minutos».
Aunque la aplicación opera en 400 ciudades españolas, de momento este servicio solo va a estar disponible en Madrid y Barcelona. Este nuevo campo de negocio se estrena en un momento en el que la empresa se ha tenido que enfrentar a distintos problemas laborales: el pasado 30 de enero Glovo anunció el despido del 6,5% de su plantilla mundial, un total de 250 trabajadores, 140 de ellos de su sede central de Barcelona, según informó el diario especializado en economía Cinco Días. Óscar Pierre, consejero delegado de la firma, informó a los trabajadores de que ese recorte se debía a «una desaceleración» de las tasas de crecimiento anuales de la compañía, así como de la demanda, por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo de sus usuarios.
No ha sido el único problema al que se ha tenido que enfrentar en los últimos meses la compañía fundada por Óscar Pierre y Sacha Michaud. En octubre de 2022, la Inspección de Trabajo multó a la empresa por seguir trabajando con falsos autónomos, según recogía El País: la compañía tuvo que afrontar una multa récord de 78,9 millones de euros por mantener a estos falsos autónomos en Barcelona y Valencia, un total de 10.614 empleados. La empresa dijo que recurriría la decisión, pero ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, subrayó que Glovo tenía que regularizar a esos repartidores: “Estamos ante una auténtica actuación de falsos autónomos y el peso de la ley va a caer sobre esta empresa”.
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