Giorgio Damiani: “Ahora las mujeres se autorregalan sus joyas”
El representante de la tercera generación de la familia joyera, visita Madrid para apadrinar el relanzamiento de la marca en España. Hablamos con él sobre deseos, joyas, tradición y cambios.
En Damiani todo queda en familia. “En el mercado de las gemas los valores humanos y el contacto directo siguen importando. Yo hoy compro piedras al dueño de la empresa que es hijo o nieto de la misma persona que vendía a mi padre o a mi abuelo. Hay tanta confianza que podría llevarme un diamante de cinco millones de euros del mercado en Nueva York, Hong Kong o Tel Aviv sin firmar nada, solo con un apretón”, cuenta Giorgio Damiani, vicepresidente del Grupo Damiani, a su paso por Madrid. Certidumbres y certezas que solo se alcanzan a través de relaciones que se extienden durante varias generaciones.
El italiano, que comenzó su carrera en España como comercial, trae de nuevo a nuestro país la firma que fundó su abuelo en Valenza en 1924 (ahora de la mano de Diarsa, el grupo que importa firmas de relojes como Hublot o Eberhard & Co.). Es tiempo de cambios también dentro de la casa: para armarse frente a la influencia creciente de los grandes grupos que copan el mercado, la familia acaba de comprar la empresa que cotizaba en la bolsa milanesa desde 2007. “Ha llegado el momento de volver a enfocarnos en el largo plazo. En la visión de la marca a futuro”, cuenta Giorgio que hoy gestiona la enseña junto a sus dos hermanos Guido y Silvia.
El mercado de la joyería ha cambiado mucho desde que Enrico Damiani fundara la casa. ¿Qué demanda el consumidor de hoy?
Durante toda su historia, la joyería ha ido de la mano de los grandes momentos en la vida de las personas: un compromiso, un enlace, un aniversario… Pero en la última década el sector se ha reinventado gracias a la demanda de la nueva mujer: más independiente y con las ideas muy claras. Las joyas ya no son solo un regalo, sino un autorregalo de las mujeres para ellas mismas. Y esto lo trastoca todo porque buscan piezas muy distintas, funcionales, accesibles y fáciles de llevar. Tanto las líneas más comerciales como las grandes creaciones tienen un enfoque diverso: se compran para ser llevadas, no tanto para coleccionar en el joyero.
¿Qué aporta a vuestras creaciones la etiqueta ‘Made in Italy’?
Es muy apreciada por su calidad. En el taller en el que mi abuelo fundó la empresa las cosas se siguen haciendo como hace 100 años. Hemos introducido tecnología (sobre todo en procesos preparatorios), pero la parte predominante en la realización de la joya sigue siendo artesanal, lleva el sello de nuestros maestros que la moldean, algo que cada vez se valora más.
Damiani no tiene tienda online. ¿Cómo ha afectado la digitalización y las redes sociales al mercado del lujo?
En estos momentos las redes sociales son un canal de comunicación rápido y eficaz que no se puede olvidar en ninguna estrategia, nosotros hemos hecho una inversión muy fuerte en este sentido. Ahora todo es mucho más rápido y la velocidad te obliga a serlo tú también en todos los procesos, pero el sector del lujo sigue un ritmo más lento.
Tenemos que ser innovadores y estar preparados ante cualquier escenario, pero en joyería no todo es la compra inmediata, es una ocasión. Hay gente que compra online su anillo de compromiso, claro, pero yo creo que se pierde parte de la ilusión: la experiencia y la parte humana. Creo que en alta joyería, al menos por un tiempo, seguirá prevaleciendo la distribución tradicional, ayudada eso sí por las redes como canal de comunicación.
Tu abuelo empezó su trayectoria en 1924, vendiendo a familias de la alta burguesía italiana. ¿Quién es el cliente de hoy?
Somos muy fuertes como marca en el Este, incluido el este de Europa. También en países del sudeste asiático como Japón, Singapur o Taiwán. China es importante como mercado, pero también es escenario de una competencia muy intensa hoy. Son mercados muy informados, en los que hay un gusto muy actual, muchas veces adelantados al gusto europeo.
Trabajas en la empresa familiar desde 1990, ¿cuál es tu primer recuerdo?
Siempre hemos vivido en la empresa. En Italia, creo que como en España, familia y trabajo cuando tienes tu propia compañía van muy de la mano. Siempre hemos crecido viendo la pasión de mi padre, que había heredado de mi abuelo. Es la historia de una familia, muy importante en un panorama en el que quedan muy pocas joyerías que no pertenezcan a grandes grupos, aún en manos de sus fundadores. El hecho de ser una familia que lleva casi 100 años es una garantía que gusta mucho al cliente.
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