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La fundadora de Fierro Madrid: «Somos una sastrería digital que fusiona lo mejor del mundo físico y online»

Beatriz Fierro persigue cambiar el sector de la moda apostando por una producción a medida y artesanal bajo el prisma de la sostenibilidad. Os contamos su historia.

Uno de los diseños de Fierro Madrid.
Uno de los diseños de Fierro Madrid.Fierro Madrid

Arquitecta de formación y con 15 años de experiencia en el sector, hace dos años Beatriz Fierro decidió dar un giro a su vida y embarcarse en su proyecto personal Fierro Madrid. “Siempre me ha gustado el mundo de la moda y el patronaje, ha sido una vocación que me ha acompañado de forma paralela”, reconoce en una conversación telefónica con S Moda.

“Cuando trabajas en un estudio durante tantos años es difícil parar, pero yo necesitaba expresar algo creativo a nivel personal”, confiesa. En la baja maternal de su tercera hija y después de haber recibido clases particulares de patronaje durante cinco años, Beatriz se lanzó a trazar las líneas de su nuevo camino y en 2019 Fierro Madrid veía la luz con una primera colección cápsula. Sin embargo, no sería hasta un año después –y coincidiendo con la pandemia del coronavirus– cuando la madrileña haría virar el proyecto hacia una confección bajo demanda más consciente y responsable. “Mucha gente ha vivido la pandemia como un problema o parón a nivel laboral, pero para mi ha sido la chispa definitiva para sacar adelante Fierro Madrid”, afirma rotunda.

Beatriz Fierro, fundadora de Fierro Madrid.
Beatriz Fierro, fundadora de Fierro Madrid.Cortesía Fierro Madrid

El éxito de este recién estrenado nuevo punto de mira reside en conjugar lo mejor del mundo online y el offline en lo que Fierro define como una “sastrería digital”. Con el cometido de crear piezas ad hoc para cada mujer, el proceso de compra es su potencial diferenciador. Una vez la clienta selecciona el modelo en la página web, recibe en casa un toile de la pieza junto a un muestrario de colores y telas. “Concertamos una videoconferencia con ella para comprobar si se ajusta a su talla y hacemos las revisiones necesarias de los contornos básicos. También se le manda un muestrario de tejidos en el que puede variar la elección que hizo en un principio. El objetivo es tener una relación muy directa con nuestras clientas: conocer lo que quieren y lo que les gustaría experimentar”, detalla el alma máter de la firma. El paquete vuelve al taller de Fierro y diez días más tarde la clienta recibe la prenda definitiva. Su apuesta, a las antípodas de la moda rápida y la compra impulsiva, busca crear piezas artesanales al tiempo que acorta distancia con sus clientas humanizando la marca.

Con un estilo “atemporal, femenino y de líneas precisas”, para Beatriz la seña de identidad de Fierro reside en la construcción y la geometría de sus atemporales creaciones, algo que se traduce en un delicado patronaje y la atención al detalle. “La gente piensa que un diseño es el color, el estampado… pero la esencia de una buena prenda se encuentra en el patrón”, aclara. En su proyecto Fierro Madrid, la diseñadora aúna sus años de experiencia como arquitecta y su visión del mundo de la moda. “La gente no entendía ese cambio de vida tan radical, pero para mi ha sido una evolución natural de mi creatividad”. En este cambio de rumbo, lo que más le llamaba la atención del sector fue la inmediatez del proceso creativo y la ausencia de intermediarios. “La arquitectura es muy intangible: hay un mundo de lo que proyectas a lo que luego ves. Pero el diseño en la moda es muy directo: lo que diseñas inmediatamente se plasma en algo real”, recalca.

La firma se inclina por un modelo de fabricación 100% artesanal en España. Localizan la producción de sus creaciones en Madrid, junto a “unas maravillosas costureras”, y a la hora de colorear sus arquitectónicas piezas, viajan hasta Alicante. “El tinte de las prendas lo realizamos con una tintorera en la zona de Gandía. Es una mujer que se dedica exclusivamente a ello y acumula años de investigación sobre estos procesos”, resume. Partiendo de la premisa de que todo consumo, por el simple hecho de serlo, no puede ser 100% sostenible; para la madrileña es prioritario aminorar el impacto de su actividad en el planeta. Un compromiso que no solo se traduce en su modelo de negocio, sino también en las materias primas que utiliza y el proceso de coloración de sus piezas. Al contrario de lo que mucha gente cree, “no todos los tejidos naturales son sostenibles”, nos cuenta, y en esta colección han apostado por la seda y el cáñamo, por ser este último uno de los tejidos que tiene menor impacto en la naturaleza debido a sus procesos de cultivo y producción.

En el momento de pintar sus piezas, utilizan tintes botánicos. “Son tintes 100% biodegradables y creados a partir de pigmentos naturales presentes en las plantas tintóreas. La gama de colores es preciosa porque son colores de la Tierra”, apunta. Además de salvaguardar la salud del planeta, Beatriz señala como otra de las virtudes la experiencia al utilizar prendas confeccionadas a partir de estos tejidos. “Es como llevar la naturaleza puesta, se genera una conexión muy fuerte. Tienen una belleza especial que no tiene competencia con los tejidos sintéticos”.

Acostumbrados en nuestro país a una compra impulsiva e inconsciente, si hablamos de futuro Beatriz prioriza abrirse al mercado europeo, donde el cliente está habituado a otro tipo de compra priorizando la sostenibilidad, el diseño y los procesos más lentos. “Aunque estamos viviendo un momento de cambio, en España todavía somos carne de cañón para la moda rápida”, sostiene. Y no descarta abrir una tienda física ofreciendo una experiencia retail a sus clientas. “Siempre desde el punto de vista muy sensorial y cuidado. Por el hecho de crecer, no me gustaría que se perdiera la cercanía con mis clientas”, termina.

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