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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

A Dani Martín le gusta Ester Expósito, el viral que desconcierta a una generación que está aprendiendo a relacionarse diferente

Dani es un buen tipo y ya se quitó de encima el papel de canallita. Así que, de primeras, nos desencaja ver que ahora que cumple 47 le dejan de gustar las mujeres mayores y la que le pone es, precisamente, una de 24

Ester Exposito
Ester Expósito en una imagen del Instagram de Dani Martín.
Belén Remacha

En 2003, Dani Martín tenía 26 años, lideraba El Canto del Loco y despertaba desde ahí el fanatismo y la sexualidad (él, y especialmente su primo) de un montón de chicas que entonces teníamos entre 11 y algo más de 20 años. Era un canallita de chalet de las afueras de Madrid, un ligoncete con corazón. El Canto del Loco lanzó entonces la canción La madre de José. En el videoclip, que ponían a cada tanto en Los 40, aparecía Dani seducido por una atractiva rubia de unos 50 que le recibía en su casa en lencería. Creo que a sus fans, que percibíamos tan lejana a esa señora, nos desconcertó aquel deseo por una mujer mayor. Descubrimos con Dani el término MILF, que como señalaba Henar Álvarez en Lo de Évole, todavía ahora que tenemos edad de serlo no nos hemos parado lo suficiente a reflexionar sobre lo machista que es.

Mucha gente se ha acordado de La madre de José, al escuchar la canción Ester Expósito. Dani la sacaba el día que cumplía 47, el día que se acercaba peligrosamente a la edad que tenía entonces la madre de José. Hoy la madre de José ya pasará de los 70 y Dani ya no le dedica canciones. Hoy, a Dani la que le gusta es Ester, una actriz exitosísima con millones de seguidores en instagram, que tiene 24. Porque Ester y Dani se llevan más o menos los mismos años que Dani se llevaba con la madre de José, pero ahora Dani prefiere mirar hacia abajo. Ahora, que tiene casi 50, Dani se quiere tirar a la hija de José.

El mundo ha cambiado tanto en estos 20 años como los gustos de Dani. Ahora ya no hace falta ni sacar videoclip para triunfar: basta con ser lo suficientemente avispado con la colocación del estribillo y que se haga viral en TikTok o Instagram. Dani (con Sony) lo consiguió esta semana. Sacó el tema solo acompañado de una foto estática de Ester, en la que se aprecia su rostro canónicamente bellísimo y la boca muy abierta. Era la guinda a una estrategia que iba a llamar la atención sí o sí, porque es extraordinario que una persona, con nombres y apellido, protagonice un tema, lo habitual es que el aludido pase el trago en la intimidad, que el nombre se quede en clave o con una mención al menos algo más sutil que dé lugar a especulaciones. Ni siquiera Shakira fue tan lejos como para llamar a su desahogo Clara Chía.

Ester Expósito no es una canción de amor ni de despecho ni de dolor, como otras tantas dedicadas por artistas a sus musas. Lo que es, o parece, es una autoparodia de madrileños en un chiringuito de Cádiz. Se pasan por él otros famosos: Leiva, Hugo Silva, Aron Piper. Se podría titular como cualquiera de ellos, pero se titula solo como la única mujer con nombre de la historia. Estos días, si pones Ester Expósito en Google, Google te da el tema de Dani.

Con la letra le expresa que le tiene loco, que Una foto en blanco y negro, una canción en la que afirma morirse ya entonces de amor por una chica, iba por ella. Inmediatamente le aclara que este punto es broma. Ese tema es del mismo disco que La madre de José, que salió a la venta cuando Ester iba a parvulitos.

La miro a ver si me mira y pasa de todo

Suena la foto y se ha puesto a bailar

Ester Expósito

Por qué no me miras si la escribí por nosotros

Ya sé que es mentira si quieres te escribo otra foto

Ha entrado Aron Piper se han dado un abrazo de amor

Lo primero que nos salió decir a muchas es que todo esto es turbio. Hay quien ha acusado a Dani de incel, aunque, atendiendo a la definición de incel (hombres que tienen poco sexo y odian a las mujeres por ello en comunidades de internet) puede que se ajuste más al tradicional baboso.

Pero al menos públicamente, no opinó lo mismo Ester. Ella celebró y agradeció formar parte de este lanzamiento. Este punto es determinante porque implica consentimiento, seguramente (para poder usar su imagen) pacto previo. Así que ella está de acuerdo, y eso está bien y alivia, porque no todas las exposiciones públicas de terceras personas se han dado siempre bajo esa premisa. Carlotta Cossials no pareció saber nada de que C Tangana iba a pedirle matrimonio en unas barras, ni la periodista Carolina Durante dio permiso para que una banda tomase su identidad. No era la primera vez para Ester tampoco: ya había recibido con alegría en 2020 una mención de J Balvin.

Entonces, ¿por qué nos pareció turbio a nosotras, si a Ester no? En primer lugar, porque Dani ha tenido suerte, quizá a otra no le haría tanta gracia la propuesta, y esa reacción también sería muy legítima.

En segundo, porque creo que todo esto nos ha vuelto a desconcertar sobre todo a esas chicas a las que Dani desataba tantas pasiones en los 2000 y que alucinamos con La madre de José. Esas mismas chicas hemos ido viendo cómo —lo señala muy bien la analista cultural Estela Ortiz— mientras nosotras, o al menos unas cuantas de nosotras, buscamos relaciones cada vez más igualitarias, ellos, o al menos unos cuantos de ellos, se siguen sintiendo cómodos en esa posición que te da enseñar el mundo a alguien que está por estrenarlo. Este problema sale a cada poco, cuando algún estudio (más o menos fiable, pero siempre generador de interés) dice que la edad ideal de la pareja sexual heterosexual para la mayoría de los hombres de cualquier edad son los 24 o 25 años, mientras que la mayoría de las mujeres los prefieren siempre más o menos de su edad. Sería peligroso estigmatizar por sistema todas las diferencias de poder, como la que puede marcar la edad, que se dan en los vínculos —en el podcast Ciberlocutorio exploraron lo problemático del fenómeno que nos lleva a nunca juntarnos con gente de distinta clase social a nosotros, por ejemplo—. Pero sí hemos aprendido a cuestionar patrones, a plantearnos por qué hay tantos hombres que no se sienten atraídos por mujeres que les abran a ellos un mundo y que les ganen, o al menos igualen, en experiencia. Por qué los ojos se les van a la que iba a parvulitos cuando ellos ya eran adultos de éxito, qué vueltas debemos darle a eso.

Es un camino que hemos recorrido, y en paralelo Dani Martín evolucionaba por el suyo. En estas dos décadas, el cantante ha hablado con mucha honestidad de asuntos difíciles para la masculinidad, como la autoestima, o sobre el duelo. Dani es un buen tipo y ya se quitó de encima el papel de canallita. Así que, de primeras, nos desencaja ver que ahora que cumple 47 le dejan de admirar las mujeres mayores y la que le pone es, precisamente, una de 24. Pero hay una línea de puntos que une La Madre de José y Ester Expósito, y la señalaba también Estela Ortiz: ninguna de las dos canciones es en realidad ni para la madre de José, ni para Ester. La primera se dirigía a José, le acababa restregando a su colega que se lo había hecho con su madre. Ester Expósito, por su parte, es en verdad un choteo con los muchachos, le habla al “puto Lei”, a Aron, a todos esos del chiringuito. Los gustos de Dani, chafardear con los amigos, en realidad tampoco han cambiado tanto en estos 20 años.

Muchos nos hemos acordado con Ester Expósito de La madre de José, pero yo me he acordado también de Natalia Verbeke. En 2003, Verbeke tenía más o menos la edad de Dani, algo más que Ester ahora. Había protagonizado el exitazo El otro lado de la cama, era la cara más bella del cine español y no había redes sociales, pero las suyas hubiesen sido un filón. Verbeke actuó en aquel año en un videoclip de El Canto del Loco y otro grupo, La Costa Brava, le dedicó una canción con su nombre. Era una letra delicada y surrealista, como se caracterizaban las de aquella banda. Luego el tiempo pasó, y la propia Verbeke ha hablado de cómo las ofertas desaparecieron al mismo ritmo que cumplía años. Tampoco hubo más canciones. Será una buena noticia que Ester desarrolle su carrera en una industria que empiece a soportar que las mujeres envejezcan, que con 50 y con 70 haya quien la siga llamando para películas, y dedicando canciones. Y que ella siga encantada de la vida con ello.

Sobre la firma

Belén Remacha
Trabaja en EL PAÍS Audio. Antes lo hizo durante seis años en elDiario.es, donde entre otras cosas cubrió la pandemia de Covid-19, y en la plataforma Sonora. De Zaragoza, es graduada en periodismo por la Universidad de Zaragoza.
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