Todos quieren a Jarvis Cocker (incluido él)

Este 23 de octubre comienza en Barcelona el Festival Internacional de Cine Documental Musical Beefeater In-Edit. Entre las películas que se podrán ver, centradas en diferentes géneros musicales, se encuentra Pulp: A Film About Life, Death And Supermarkets, dirigida por Florian Habicht. Aprovechando la ocasión hacemos un repaso por las cualidades que han hecho a Jarvis Cocker una de las figuras imprescindibles de la música desde los años 80 hasta la actualidad.

Autor de himnos generacionales: Common People, Did You Remember The First Time?, Disco 2000… pocas de las personas que hayan vivido durante la década de los 90 se habrán podido librar de escuchar alguna de las canciones de Pulp (aunque fuese en la radio, de pura casualidad). Un gran porcentaje no sólo las escuchó, sino que las convirtió en parte de la banda sonora emocional de su vida, más allá de su adolescencia o primera juventud. Y no es algo que todos los grupos puedan decir.

Icono sexual: a primera vista (sobre todo antes de que el concepto de hipster se colase hasta en los catálogos del supermercado) podría parecer chocante. Al fin y al cabo, Cocker es un inglés delgaducho, con gafotas y pelo ligeramente despeinado. Sin embargo, sus quiebros de voz, los susurros y su forma de actuar en el escenario (sus movimientos de cadera podrían volver gay a cualquier hombre, se decía popularmente) le elevaron a los primeros puestos del podium del sex appeal.

Polémico: lo es, aunque quizás la palabra que más le pegue sea irreverente. Una de sus jugarretas más recordadas se desarrolló en la gala de los Brit Awards de 1996. Mientras Michael Jackson estaba presentando su canción Earth Song, con un coro de niños y una puesta en escena que recordaba a la llegada del mesías, un joven Cocker (sin gafas) se subió al escenario, meneando el trasero y corriendo mientras se escapaba de uno de los figurantes, que intentaba darle caza sin demasiado éxito.

La acción fue una protesta en contra de la manera en la que el cantante se estaba presentando a sí mismo: “Las estrellas del rock ya tienen suficiente ego como para hacerse pasar por Jesucristo. Eso fue lo que me sacó de quicio, esa cosa en particular” declaró a The Independent tras la muerte de Michael Jackson.

Carisma: no sólo es inteligente (sus obras y sus declaraciones lo demuestran) sino que además el cantante tiene una forma de vestirse, desenvolverse y representar el personaje que él mismo ha creado que logró que en 2011 fuese nombrado la segunda persona más cool del mundo según la lista de New Musical Express. Sólo le superó Azealia Banks.

Escena del video de ‘Common people’.

El músico definitivo: aunque su papel más conocido sea el de líder de Pulp, Cocker ha trabajado en muchos más proyectos y ha explorado diversas facetas musicales. El último disco del grupo, We Love Life, se publicó en 2001 y desde entonces, ha participado en la banda sonora de Harry Potter y el caliz de fuego, creó otra banda llamada Relaxed Muscle, lanzó discos en solitario y dirigió vídeos musicales (para Aphex Twins, por ejemplo). Además, en 2010 colaboró con la organización National Trust, dedicada a la conservación de lugares históricos y de belleza natural- elaborando un disco con sonidos ambientales de los lugares en los que opera la institución. Un año después, Pulp volvió a los escenarios con la formación original para dar conciertos, pero no para crear nuevos materiales.

Polifacético: aunque su fama se haya construido gracias a sus trabajos musicales, Cocker también ha explorado otros ámbitos artísticos alejados de la música. En 2012 publicó su primer libro Madre, hermano, amante, una selección de las mejores canciones de Pulp, prologadas por él mismo. El año pasado debutó como editor en Faber & Faber (la misma que había publicado su libro en el Reino Unido) con el libro Singing From The Floor de JP Bean. Además, también participa en el programa Wireless Nights de la británica Radio 4: su última contribución ha sido una narración sobre la historia del insomnio junto a la Filarmónica de la BBC.

Showman: además de los ya mencionados movimientos de cadera, bailes y demostraciones de un histrionismo bien ensayado, Jarvis es un experto en encandilar a su público tanto en solitario como con sus bandas y, a veces, hasta sorprenderlo después de tantos años sobre los escenarios. Cuando en 2011 actuó en el festival Primavera Sound de Barcelona no sólo se pudo ver una petición de matrimonio en directo, sino que cuando llegó el momento del hit de los hits de la banda, Common People, Cocker dedicó la canción a la #spanishrevolution (el movimiento 15M estaba en ese momento en plena ebullición). En una entrevista posterior, Cocker declaró acerca de aquella dedicatoria que: “Que la policía golpee a manifestantes pacíficos es malo aquí y en cualquier lado del mundo”.

Tesoro nacional: a pesar de las letras de sus canciones, sus actos polémicos o su trayectoria profesional, Cocker está considerado como un “tesoro nacional” del Reino Unido. Él se lo toma a la ligera, aunque con lógico orgullo: “No me levanto por las mañanas y me dijo ¡Oh, tesoro nacional, estás realmente reluciente esta mañana!. Pero es bueno, todo el mundo quiere ser amado ¿No”, sostuvo en una entrevista con los lectores de The Guardian.

Una vida de película: al inicio del artículo mencionábamos el documental de Florian Habicht Pulp: A Film About Life, Death And Supermarkets. Según su sinopsis: “Pulp y Sheffield como elementos inseparables. Esto no podría haber sucedido en ninguna otra parte. Ancianas, niños, fans y pescaderos examinan al grupo de la gente común. Pulp, popstars a su pesar, hablan de lo suyo. Y Jarvis cambia una rueda del coche”. Entre los actos promocionales del documental hubo un karaoke con las canciones del grupo organizado en Nueva York con Jarvis como juez ¿Quién si no?

Cocker ha sido considerado una de las personas más ‘cool’ del planeta.

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