Liz Taylor no va a salvar la carrera de Lindsay Lohan
La actriz no ha pasado el examen de su último papel en el telefilme ‘Liz & Dick’. La crítica tacha su interpretación de «parodia».
Aunque parezca imposible, a Lindsay Lohan le salen aún peor las cosas cuando está (supuestamente) sobria y trabajando. Con su carrera cinematográfica paralizada en los últimos años, la actriz ha dado el salto a la televisión y se ha atrevido a encarnar a Liz Taylor en el telefilme Liz & Dick. Las demoledoras críticas de la película, que se emitió el pasado domingo en Estados Unidos, han dedicado especial atención a su interpretación. Este linchamiento es tan solo una nueva polémica para Lohan, quien en los últimos tiempos se supera a sí misma: se ha hecho amiga de Charlie Sheen en el rodaje de Scary Movie 5 y ya le debe dinero, un fanzine recopila sus imágenes más absurdas y es compañera de reparto del actor porno James Deen en el thriller erótico con vocación de serie B The Canyons.
Protagonizar una película para la televisión ha dejado de ser una deshonra para un actor de cine, pero parece ser que Liz & Dick, centrada en el borrascoso romance que Taylor y Richard Burton mantuvieron desde que se conocieran rodando Cleopatra en la década de los 60, no está a la altura de los actuales estándares de calidad de la ficción televisiva. Producida por un canal menor como Lifetime, para Hollywood Reporter es sencillamente una parodia propia del programa de humor Saturday Night Live. «Hilaridad involuntaria», es uno de los términos que dedican para definir este retrato de la legendaria actriz. Entertainment Weekly destaca «el rostro congelado» de su protagonista. Ninguna de las reseñas pasa por alto su pasado reciente de Lohan. The New York Times coincide en definir su trabajo como paródico.
Mientras que en la pantalla Lindsay Lohan llegó a trabajar para el mítico cineasta Robert Altman y compartir plano con Meryl Streep, al salir de los platós lo que compartía eran juergas y condenas judiciales con Britney Spears y Paris Hilton. Para unos la actriz se convirtió en una celebrity en el peor sentido del término, para otros es una musa del absurdo, merecedora de protagonizar su propio fanzine. Lindzine recopila cada tres meses en imágenes sus momentos malos y los peores también. «Es una publicación creada para el disfrute de aquellos iluminados que ya son devotos de Lohan y para abrir los ojos de quienes aún no entienden su grandeza», cuentan a SModa The Warmholes, el colectivo detrás del proyecto.
A medida que sus escándalos copaban más y más espacio en los medios también disparaban la cuota de la póliza de seguros a la que las productoras han de responder por mantener a un actor polémico en un rodaje. Desde ese momento su nombre comenzó a caer de todas las propuestas de casting. Hace un año y medio fue sustituida por Amanda Seyfried (Mamma Mia) como protagonista del comentado biopic sobre la actriz porno Linda Lovelace.
Y es que su futuro en la gran pantalla es tan errático como su vida personal. Los escasos proyectos que ha firmado -los primeros en tres años- son bastante dispares. Un abismo (y probablemente varios ceros en el sueldo) separan a Scary Movie 5 de uno de los proyectos más esperados del cine independiente, The Canyons.
Su participación en la enésima secuela de la saga de humor absurdo le coloca como seria candidata a los Razzie a la peor actriz del próximo año. La parte positiva es que en el set de rodaje ha encontrado un nuevo amigo. Charlie Sheen, otro renegado de la industria como ella, aparece en esta parodia de las películas de terror y le acaba de prestar 100.000 dólares para que la actriz pueda pagar sus impuestos.
También encabeza el extraño reparto de The Canyons, junto al actor porno James Deen y al cineasta de culto Gus van Sant. Paul Scrhader se coloca tras la cámara de este thriller erótico con estética de serie B, muy esperado por tratarse de una historia escrita por Bret Easton Ellis, el autor de «American Pycho».
Schrader pude ser lo mejor o lo peor que le puede pasar a una carrera cinematográfica. Por un lado, es el hombre que hizo de Richard Gere el American Gigolo con el que se convirtió en estrella y también rehabilitó a otro actor con problemas, Nick Nolte, ofreciéndole un papel en el drama Aflición que le valió una candidatura al Oscar como mejor actor. Pero el estadounidense es uno de los cineastas más irregulares de Hollywood, capaz de firmar películas que son pasto de videoclub, lo que casi seguro condenaría a Lohan a subproductos cinematográficos o, con un poco de suerte para el espectador, a un reality show propio.
Lindsay Lohan interpreta a Liz Taylor en el telefilm Liz & Dik.
Cordon Press
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