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Kate Beckinsale: «Un traje de látex es como la Spanx, lo aprieta todo»

Mientras la estrella de su ex, Michael Sheen, va en ascenso, ella ya reina en el Olimpo de las heroínas de acción. Acaba de cambiar de tercio con un thriller que ya se estrenó en España, Contrabando.

Kate Beckinsale

Tres estrenos y un solo cuerpo. Ese que le hizo soltar a Seth Rogen el piropo más bruto dicho nunca en los Globos de Oro. «Su cuerpo provoca esas emociones», reafirmó más tarde el humorista sobre la impactante belleza de esta británica de 38 años. Separada de Michael Sheen, padre de su hija Lily, Beckinsale está casada con el realizador Len Wiseman y con su carrera y con sus tres estrenos, que la convierten en esposa de Mark Wahlberg en Contrabando, hacen de ella la nueva Sharon Stone en la reinvención de Total Recall y la han devuelto por cuarta ocasión a esa saga de vampiresas de armas tomar llamada Underworld.

Con tres estrenos en un año, ¿queda tiempo para algo más?

Como madre soy estupenda, aunque como ama de casa, para qué engañarnos, soy un desastre. No me las voy a dar de que cuando estoy estresada me pongo a limpiar porque, además, nadie me creería. Y en la cocina, odio el tacto de la carne cruda, así que en mi casa se comen muchas ensaladas y bocadillos. Como mucho, me gusta hornear brownies.

¿Es imposible compaginar su figura en el traje de Selena en Underworld con un bocadillo en la mano?

Odio decirlo, porque me gusta hacer creer que la preparación es dura, pero cualquiera se ve bien dentro de un traje de látex. Es como la Spanx, lo aprieta todo. Además, es el traje y también es el corsé. Dicho esto, si te vas a poner algo así, es mejor que te olvides del postre.

¿Es su única recomendación para tener un cuerpo Kate?

Me he vuelto una obsesa del yoga, algo que ha sustituido al gimnasio por completo, aunque para películas de acción también hago algo de cardio y procuro evitar las patatas fritas.

¿Cómo es el ceremonial de ponerse un traje nuevo?

Hay trajes y trajes. En Contrabando no tenía más misterio, iba a maquillaje, me peinaba y luego me dejaban a solas en mi camerino con mi ropa. En Underworld necesitas ayuda con el corsé, con las botas. Vamos, un pequeño número.

¿Y meterse en la piel de Sharon Stone?

Mi personaje no es exactamente el de Sharon, es una amalgama de varios. Además, es la primera vez que hago de mala y eso tiene un punto.

Sin embargo, su carrera la ha convertido en heroína de acción. Como madre, ¿le preocupa la violencia en sus películas?

Se lo he llegado a preguntar a Lily para responder por ella y siempre me dice que le parece bien porque sabe que esa no soy yo. Todavía no le dejo ver muchas de mis películas. Y dado que empieza ahora la escuela secundaria, lo de que me vean en acción está muy bien para que sepan a quién se enfrentan si se meten con mi hija.

¿Se ve como una chica guerrera?

Es fácil sentirse así junto a tu doble de acción. Te tienes que recordar todo el rato que se lo debes todo y que tú no eres más que una chica de Chiswick incapaz de matar ni a una mosca.

¿Lo suyo es ser madre?

Sería divertido ver cuál sería mi carrera de no haber tenido a mi hija. Me han ofrecido grandes papeles en lugares donde no podía ir con ella y he dicho que no. Muchas de las películas las ruedo en EE UU o en Vancouver, y el viernes estoy en casa.

Hija de actores, criada junto a su marido realizador, supongo que la suerte con Lily está echada.

A los 13 años quién no sueña con ser actriz. Lily no es diferente, pero tiene sus rarezas. Lo que más le va en este momento es escribir. Tuve a mi hija muy joven y me siento muy cercana a ella. Incluso cuando llega a casa y desaparece en su cuarto. Tengo ese sentimiento de que no hace tanto yo hacía lo mismo.

¿Y su propia pasión por escribir?

Era lo que más me gustaba, pero me fui por otros derroteros. El día que Lily aprendió a leer dejé de escribir mi diario. Los hijos lo encuentran todo. Unas amigas me regalaron de broma un bolígrafo con la forma de un pene y lo siguiente fue ver a mi hija con eso en las manos preguntando: «Mamá, ¿esto qué es?».

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