Jourdan Dunn: «A la gente le fascina ver a una modelo comer»
«Mucho negro y cuero». Así resume Jourdan Dunn el punto de partida de una temporada en la que los vestidos y las faldas desbancan a los pantalones con patrones de líneas depuradas que se ciñen a la cintura y experimentan con las texturas.
En más de una ocasión le dijeron que no se molestara en presentarse a un casting porque las agencias “no querían más chicas negras”». Con esa declaración, incluida en una entrevista a la modelo que la revista digital de Net-A-Porter publicó en marzo, el debate sobre el racismo en las pasarelas volvía a reabrirse con Dunn de por medio. No era la primera vez. En 2008, la top protagonizó más de un titular tras denunciar la escasez de modelos negras en la profesión. «No tienen que ser siempre chicas rubias y delgadas las que salgan en las revistas», declaró a The Guardian. La histeria se desató. Naomi Campbell anunció su planes de abrir una agencia de modelos de color y Vogue Italia lanzó un número dedicado al tema. Dunn fue la chica de portada, y su carrera se disparó.
Su agente se muestra reticente a hablar del asunto. Pero Dunn lo cuela en la conversación. «De pequeña me fijaba en Naomi [Campbell] y Tyra [Banks]. Ahora que llevo ocho años en esta profesión, me hago una idea de los retos que tuvieron que superar», cuenta Jourdan a S Moda. Ella misma ha tenido que enfrentarse a más de uno. En junio tuiteó que Dior la había excluido de su desfile de alta costura por tener el pecho demasiado grande. Un giro irónico para una chica que confiesa que verse tan delgada la volvió paranoica. Nacida en Londres pero de raíces jamaicanas, la suya es una cultura que venera las curvas. «Palillo» era el insulto oficial en las discusiones con sus hermanos. «Yo solo quería ser como J. Lo o Beyoncé», recuerda.
Sudadera de satén (1.050 €) y falda de muselina y sarga de seda (1.690 €), ambas de Givenchy by Riccardo Tisci.
Alan Gelati
Con 23 años, sus iconos son otros. «Mi madre fue madre soltera y nos educó sin quejarse ni compadecerse de sí misma». El padre de Dunn se marchó cuando ella tenía tres años, pero nunca notó su ausencia. «Mi madre trabaja todo el día, así que pasábamos mucho tiempo en casa de mi abuela. Tenía a mi lado a dos mujeres increíbles a las que admirar». Hoy, la historia familiar se repite. Dunn también es madre soltera y trabajadora. Su exnovio fue a la cárcel por posesión de drogas poco después de que naciera su hijo Riley, y es la abuela quien cuida de él mientras ella viaja de un lado a otro. «Quiero que Riley tenga estabilidad». Sufre anemia falciforme, una enfermedad crónica que exige atención continua. «Sobre todo cuando tiene una crisis y hay que ir corriendo al hospital», explica.
La familia (y la comida) son valores importantes para Dunn. «La comida nos une. Cuando era pequeña, íbamos todos los domingos a almorzar a casa de mi abuela», cuenta. «Me gusta comer», afirma. Su restaurante favorito es The Meat & Wine Co, en Londres. «¡Tienen un chuletón increíble!». Aunque tampoco desprecia una hamburguesa. Cuando se ha dejado caer por McDonald’s con Cara Delevingne, la noticia se ha hecho viral. «A la gente le fascina ver a una modelo comer», dice.
También cocinar. El pasado diciembre, Life + Times, el canal online del rapero y empresario Jay-Z, emitió el primer episodio de Well Dunn, un programa de cocina donde la modelo muestra sus aptitudes culinarias. Preparó cerdo con salsa al estilo caribeño, y fue un éxito de audiencia. La cadena ya está cocinando la tercera temporada, aunque cambiar la pasarela por los fogones no entra en los planes de Dunn. Pero sí convertirse en diseñadora. «He aprendido mucho sobre patronaje y tejidos en estos años, y quiero crear una línea de vaqueros que funcione para todas las tallas y figuras».
Jersey (1.850 €) y falda (3.650 €) de cachemir y lana, ambos de Dior.
Alan Gelati
Camisa con detalle de piel en el cuello (1.200 €), falda de cuero (5.900 €), cinturón a juego (1.650 €) y zapatos con cordones (1.190 €), todo de Hermès.
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Camisa oversize (890 €), vestido de cuero y pitón (2.690 €), collar (c. p. v.) y botas con hebillas y tiras de piel (995 €), todo de Saint Laurent by Hedi Slimane.
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Vestido de seda y encaje de helecho de Gucci (2.000 €).
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Gabardina de pelo de potro de Burberry Prorsum (7.500 €) y botas de charol de DKNY (c. p. v.).
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Vestido palabra de honor de terciopelo y neopreno de Emporio Armani (650 €).
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Vestido de macramé con cuello y puños de camisa de Valentino (3.500 €).
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