George Clooney: «Soy más útil fuera de la política»
El eterno galán de Hollywood está feliz. Las celebraciones de su boda continúan y las enlaza con los festejos de sus recién cumplidos 54 años y su último estreno cinematográfico, ‘Tomorrowland’.
Aunque haya dejado de ser el soltero de oro desde que se casara con la abogada Amal Alamuddin el pasado mes de septiembre, George Clooney continúa etiquetándose como uno de los galanes más deseados de Hollywood. El actor lleva un año proclamando su amor por la letrada, admirada defensora de los derechos humanos, y ahora, envidiada señora de Clooney. Porque aunque él no para de trabajar, (ha realizado tres rodajes en un año, incluido el esperado estreno de Tomorrowland), en lugar de centrar las conversaciones en sí mismo, siempre vuelve a Amal. Como si, inevitablemente, todos los caminos llevaran a ella. El tema de los niños, sin embargo, lo evade con humor, con la misma elegancia y simpatía con la que supo evitar durante años cualquier pregunta sobre compromisos amorosos.
Mientras llega (o no) el momento de la descendencia, se entretiene con las celebraciones de su último cumpleaños y con la promoción de sus películas. Nacido en Lexington (Kentucky, EE UU), el 6 de mayo de 1961, la experiencia le dice que placer y trabajo nunca deben estar reñidos. Por eso acude a esta entrevista con exquisita puntualidad.
¿Alguna vez se pregunta por qué se ha convertido en uno de los actores más famosos de todos los tiempos?
Ahora por lo menos sé que mi esposa es la razón de todo el jaleo que nos rodea. Se lo digo siempre. La otra noche estuvimos en el hotel Carlyle de Nueva York, donde un grupo de fotógrafos esperaba en la entrada a Mick Jagger. Hicimos tiempo para que saliera y así pasar desapercibidos, pero fue imposible. Cuando nos pillaron le dije a Amal que dejara de ir tan guapa. ¡Nos va a buscar la ruina! (risas).
¿Festejó allí su cumpleaños?
No, lo celebré aquí, en Los Ángeles, con mi grupo de amigos. Nada más acabar mi última película, a las órdenes de Jodie Foster, fui corriendo a casa para cenar con 25 de mis mejores colegas. ¡No sabes cómo me siento de halagado en estos momentos! Aún no he tenido tiempo ni de abrir todos los regalos…
Este ha sido un gran año para usted. ¿Le ha costado mucho adaptarse a la vida de casado?
No ha sido tan duro. Lo más complicado es nuestra agenda. Amal es abogada, una mujer independiente que por su trabajo necesita viajar, y yo también me paso el día de un lado para otro. Así que intentamos ajustar fechas para no pasar más de una semana separados. De momento, la cosa funciona.
El actor junto a su esposa, la abogada Amal Clooney.
Getty Images
Los estilismos de su mujer son analizados con lupa por la prensa de moda y la del corazón. ¿Le ha dado ella ya algún consejo sobre cómo vestir? El esmoquin que llevó en el Baile del Metropolitan de Nueva York, por ejemplo, no es habitual en usted…
Pues mira, es la primera y la última vez que me pongo ese tipo de chaqué. Lleva mucho tiempo arreglarse con algo así y, más aún, quitárselo.
¿Le van más las camisetas promocionales de su marca de tequila Casamigos? Se las pone con cierta frecuencia…
Te diré lo mismo que le digo a Amal cada vez que me echa la bronca porque me ve con una de ellas puesta. Es mi tequila y ésa es una buena manera de venderlo. Cuando tienes una media de 30 paparazzi delante de tu casa todos los días, ¿por qué desaprovechar la oportunidad de que me fotografíen con el nombre de la bebida y hacer así publicidad?
Y usted, ¿le ha dado algún consejo de estilo a su mujer?
Ella tiene muy claro quién es y lo que le gusta. A veces, las grandes firmas le regalan vestidos porque están interesados en que la vean con ellos, pero ella no se deja influir. Sabe muy bien lo que quiere.
¿Qué cosas puede aprender Amal de usted, entonces?
Recuerda que he sido soltero durante muchos años. Me manejo con soltura en los fogones. Después de todo este tiempo que he pasado en Italia he aprendido a cocinar una buena pasta. También se me da bastante bien preparar el desayuno y hasta me manejo con soltura organizando la cena de Acción de Gracias. Eso sí, el taboulé se lo dejo a mi esposa y a su madre. La cocina libanesa que preparan es deliciosa. Me encanta su gastronomía. Y su gran familia. Todavía estamos celebrando nuestro compromiso: hicimos un segundo banquete de bodas solo para su gente.
George Clooney en Valencia, donde ha presentado esta semana su próxima película, ‘Tomorrowland’.
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¿Qué menú sirvió en su cumpleaños?
En una ocasión así lo mejor es dejarte llevar y comer todo lo peor. Nos inflamos a base de carne y pastel. Puestos a celebrar, vamos a por todas.
Sin destripar el misterio que rodea la trama de la película retrofuturista Tomorrowland, realiza usted un viaje en el tiempo en el que se rodea de interesantes personajes de la historia. ¿A quién le hubiera gustado invitar a su celebración de aniversario de poder retroceder a cualquier época?
Me gustaría invitar a (Thomas) Jefferson para charlar largo y tendido sobre nuestra Constitución. No sé si invitaría a George Washington, porque todos sabemos que se comería hasta las raspas y no dejaría nada para los demás (risas). Y he oído que Albert Einstein era el alma de las fiestas. Me divierte la idea de poder emborracharle y que me explique de una vez en qué consiste la teoría de la relatividad.
¿Le gustaría tener la libertad de viajar en el tiempo cuando se le antojase?
Dependiendo de las condiciones. Si el viaje es de ida y vuelta, cuando quieras. Lo que no me haría ninguna gracia es, por ejemplo, contraer la polio, claro. A todos nos gustaría trasladarnos a otros siglos, ver qué pasará en el futuro, pero siempre poder volver si no nos convence lo que vemos.
Siempre se le ve sonriente, de buen humor. ¿Cómo logra mantener el optimismo cuando las noticias que recibimos del mundo que nos rodea son tan deprimentes?
Vivimos momentos complicados que cada vez comprendemos menos. El planeta está que arde. No tienes más que poner la televisión y ver los informativos. Amal y yo lo hablamos todos los días. La situación en Siria nos parte el corazón y la de Ucrania también. Pero nací en 1961, cuando el mundo vivía tensiones similares: la lucha por las libertades civiles, la guerra de Vietnam o el movimiento por la liberación de la mujer. Desde pequeños nos han inculcado a ambos que debíamos involucrarnos en la sociedad a la que pertenecemos. Eso es lo que me gusta de Tomorrowland. Que en un momento en el que domina la idea de que no podemos hacer nada para cambiar nuestro futuro nos muestra que eso sí es posible.
Clooney junto al presidente Obama en una conferencia.
Getty Images
Parece el discurso de un gran político. ¿Le tienta la idea de formar parte del gremio?
No pasa una semana sin que se mencione mi nombre como próximo candidato a gobernador. Tengo amigos en la política a los que respeto y admiro pero a los que no envidio en absoluto. Creo que puedo ser mucho más efectivo estando fuera.
En el caso de Amal, especializada en derechos humanos, ¿es una ventaja o un handicap ser la señora de Clooney a la hora de defender sus causas?
Estar a mi lado es complicado. Ella sigue luchando por lo que le importa al mismo tiempo que sale en la prensa del corazón. Pero la visibilidad que ha adquirido también hace que en entrevistas como ésta podamos hablar de temas tan delicados como el genocidio armenio, algo que no suele formar parte de la cultura popular. Así que… no todo es tan negativo.
Antes de que abra los regalos de cumpleaños… ¿hay algo en especial que le gustaría recibir?
Lo único que deseo de verdad es recorrer el mundo con Amal a mi lado. Tener tiempo para irnos a cualquier rincón del planeta que no conozcamos. Por ejemplo, los dos solos, en moto, yendo al corazón de los Alpes franceses, a esa pequeña localidad francesa llamada Barcelonnette que cada año celebra un festival mexicano. Algo así sería increíble.
Antes de irme tengo que hacerle la pregunta del millón… ¿Tienen alguna intención de aumentar la familia?
Pues mira, nos acabamos de casar, así que, sinceramente, ni idea. Hay que darle tiempo al tiempo. También es cierto que nunca pensé que me casaría hasta que conocí a Amal, con quien tengo claro que quiero pasar el resto de mi vida. No puedo estar más feliz con nuestra decisión. Así que voy a seguir con mi filosofía de vida: lo mejor es disfrutar el momento y lo demás, ya se verá.
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