¿Debería ser Miley Cyrus el «personaje del año» de ‘Time’?
La cantante queda tercera en la lista de «personajes del año» decidida por los lectores de la revista por detrás del jefe de las Fuerzas Armadas de Egipto y el primer ministro turco, aunque podría, y debería, haber ganado.
Miley Cyrus ha quedado tercera en la encuesta planteada por la prestigiosa revista Time para escoger a la persona del año. Si bien es el director de la publicación estadounidense el que dispone junto a sus editores quién es el personaje más relevante de los últimos 365 días, decisión que se hace pública en su número especial de la segunda semana de diciembre, Time realiza un sondeo paralelo en su web para que los lectores se pronuncien al respecto. Así, si el año pasado el presidente de EEUU Barack Obama fue el personaje del año sobre el papel, el público se decantó por el líder de Corea del Norte Kim Jong-Un como Person of the Year. El colectivo de inmigrantes sin papeles quedó en tercer lugar, por detrás del presentador de The Daily Show, Jon Stewart.
Este 2013 y hasta hace tres días, Miley Cyrus encabezaba esta lista tradicionalmente reservada a personalidades de otro calibre (aunque algunos pertenezcan también al mundo del entretenimiento, como Angelina Jolie en representación de la industria hollywodiense o deportistas como LeBron James). El jefe de las Fuerzas Armadas de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, ocupaba el segundo lugar, seguido muy de cerca por el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. Ambos han quedado finalmente por delante de la estrella del pop si bien el recuento final no se hará público hasta el viernes. Justo por detrás de Cyrus encontramos al candidato a primer ministro de la India, Narendra Modi, y a la senadora demócrata Wendy Davis. Edward Snowden, Malala, el Papa Francisco y Jimmy Fallon cierran este año un top ten tan contradictorio como lícito.
No es casualidad que la cantante haya entrado arrasando en el ranking al tiempo que la votación de los lectores se ha hecho extensible por primera vez a Twitter (allí la popularizadora del Twerking suma más de 15 millones de followers, sin clubs de fans de por medio a modo de lobby). De hecho a pocas semanas de conocerse su imparable progreso saltaron los rumores de que su ascensión en la lista había sido manipulada por unos informáticos, acusación desmentida este mismo lunes en un recordatorio interno a propósito del indiscutible dominio de la cantante "la tabla de votaciones es legítima y los resultados son claros: Miley es la principal candidata para hacerse con el triunfo" afirmaba la revista. Horas después el desenlace daba un vuelco y Miley perdía fuelle a pesar de los esfuerzos propios y ajenos, incluidos los del propio semanal, que desde su cuenta de Twitter apostaba por hacer campaña de última hora aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, o lo que es lo mismo, que Miley y sus seguidores hacían correr como la pólvora el hashtag #TIMEPOY
Nada se estipula en la condiciones de elección acerca la meritocracia de los posibles candidatos más allá de "para bien o para mal, la persona que más peso haya tenido en la actualidad". Desde luego, si lo que cuenta es en qué medida ha contribuido cada uno de ellos a hacer ruido mediático, a Miley Cyrus no hay golpe de Estado o programa de espionaje que pueda hacerle sombra. Así se demostró el pasado octubre cuando se supo que las noticias relacionadas con Miley han interesado al público norteamericano 12 veces más que las de Siria (Bachar el Assad ha quedado, por cierto, en el número 11 del ranking popular de Time).
De todos modos la paradoja no es solo cosa del sufragio universal. Time ha revelado estos días su miscelánea de socorridos top ten anuales y Miley ha ejercido de comodín en varios de ellos. De entrada se ha clasificado como mejor y peor vestida, a la vez, en sus listas de estilo (no esperábamos menos de alguien que afirma "hace falta mucho dinero para lucir así de ordinaria"). El Marc Jacobs verde que se puso para la Fashion Group Internactional Night of Stars el pasado octubre le ha valido el puesto número 6 en la lista de mejor vestidas mientras el dos piezas de látex color carne que se puso durante su polémica actuación en los VMAs le ha supuesto el número uno en la de peor vestidas (un primer puesto forzado visto que el resto de contendientes se han clasificado de la mano de un estilismo estrictamente de alfombra roja). Eso sí, el desempate se lo ha ganado siendo la única figura con ranking anual propio de momentos estelares. Un por algo será que lo dice todo si bien no implica que la artista más políticamente incorrecta del planeta pueda ser encumbrada, de frente y sin subterfugios, por la publicación más políticamente correcta del mundo.
Getty
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