Cara Delevingne, de modelo mejor pagada a la actriz más gafe del cine
La carrera cinematográfica de la británica se puede resumir en una pésima elección de papeles y un fracaso total de crítica y público. ¿Debería plantearse centrarse solo en la moda?
“¿Puede actuar Cara Delevingne?”. Esa era la muy elemental cuestión que se hacía la periodista Teo Bugbee en un artículo publicado en The Daily Beast allá por 2015. La modelo debutaba entonces como actriz protagonista en la dramedia de corte juvenil Ciudades de papel y, a pesar de que su trabajo no terminó de convencer a nadie, una agenda repleta de proyectos interesantes obligaba a tomarse en serio el desembarco de la que estaba llamada a ser the next big thing, la próxima gran estrella de Hollywood. Una decisión, la de inmiscuirse en la interpretación, que la llevó a aparcar su brillante carrera en el mundo de la moda. Dos años después la cuestión sigue vigente. Y algunos, los más crueles, ya cambian el verbo de la oración por un “¿debe?”. La carrera cinematográfica de la británica está a punto de acabar antes incluso de establecerse debido a una pésima elección de filmes que han fracasado, de forma rotunda y consecutiva, en el último par de años. Los descalabros de Valerian y Tulip Fever, estrenadas este verano, podrían ser la puntilla. ¿Estamos ante la última actriz gafe del cine?
En un verano cinematográfico histórico por su desalentadora recaudación de taquilla (el peor del último cuarto de siglo en Hollywood), Valerian y la ciudad de los mil planetas destaca como uno de los hundimientos más sonados. La ópera espacial de Luc Besson (El quinto elemento) prometía ser un soplo de aire fresco en el género de la ciencia ficción, gozando de un aspecto visual envidiable y una pareja de prometedores intérpretes a punto de convertirse en estrellas. Pero prometer no es cumplir. La recaudación global no ha cubierto los 180 millones de dólares de presupuesto, con solo unos pírricos 40 procedentes de los espectadores norteamericanos. Unas pérdidas millonarias que le han costado el puesto a Edouard de Vesinne, responsable de la productora Europacorp. A la prometedora pareja protagonista, Dane DeHaan y Cara Delevigne, medios como The Independent la han calificado como la “peor de la historia del cine” y The Hollywood Reporter se ceba con la modelo que, según exponen, “necesita aprender que actuar es más que poner sonrisitas y los ojos en blanco”.
Parece evidente que su repercusión en la pasarela no se ha trasladado a la pantalla y, por cruel que pueda resultar la anterior cita, tampoco es la más negativa que ha recibido Cara Delevingne. “En Escuadrón Suicida la modelo convertida en actriz no solo ofrece su peor interpretación personal, sino algo cercano a lo que debería ser la peor interpretación de alguien que abandonó la profesión”, escribió The Telegraph. Las críticas recibidas por la película de superhéroes y en especial su villana –una bruja tenebrosa de nombre Encantadora–, la llevaron a enfrentarse a la prensa, sosteniendo que “los comentarios eran tan terribles porque ni siquiera les gusta el género de superhéroes”. “No importa la opinión de los críticos, hacemos la película para el público”, afirmó. A pesar de que la recaudación global no se puede calificar de fracaso, los antihéroes de DC no cumplieron las expectativas y Delevingne no repetirá en la segunda parte.
El último revés para ella ha tenido lugar este mismo mes. Ya es legítimo referirse a su última película, Tulip Fever, como seria candidata al título de “mayor desastre cinematográfico del siglo”. Esta es la cronología de su descalabro: en 2014 se anunció el rodaje de un ambicioso drama histórico basado en la crisis del tulipán en la Ámsterdam del siglo XVII, producida por unos poderosos hermanos Weinstein que buscaban repetir el éxito de su Shakespeare in love. Actores consagrados como Judi Dench y Christoph Waltz y jóvenes de moda como Alicia Vikander, Dane DeHaan y Cara Delevingne formaban un reparto de campanillas digno de cualquier producción con ambición a estatuilla. La primera fecha de estreno, emplazada en noviembre de 2015, fue retrasada para no coincidir con La chica danesa, que le daría un Óscar a Vikander. Julio de 2016 y febrero de 2017 también aparecieron como posibles días de lanzamiento pero los malísimos comentarios recibidos en los diferentes tests de público y por parte de la prensa les hicieron retrasarla una vez más. Finalmente, y después de una lamentable polémica artificial como estrategia de marketing para vender la película ahora como un thriller sexual –con desnudos de Vikander censurados por la televisión incluidos–, Tulip Fever ha visto la luz este septiembre en Estados Unidos. ¿Su recaudación? Menos de 2 millones de dólares en el primer fin de semana. Y en la campaña de promoción, ni rastro de Delevingne.
La cara de un ángel, Pan (Viaje a Nunca Jamás), London Fields… No te sientas mal por desconocer estos títulos porque, incluso para los expertos, la nota media de la carrera cinematográfica de la británica no llega al aprobado (4/10). Hasta Kate Upton, una modelo a años luz en cuanto a repercusión pero que también ha iniciado ahora su trayectoria en el cine, supera sus registros. Bien haría Delevingne en tener una conversación con su agente sobre el rumbo de su carrera porque si hay una industria que no perdona decepciones consecutivas esa es Hollywood. Ahí están los ejemplos de Halle Berry –defenestrada después de su terrible Catwoman– o Katherine Heigl –defenestrada después de su salida de Anatomía de Grey–, las últimas en ser relacionadas con el término gafe y que los responsables de casting más prestigiosos parecen haber borrado de sus bases de datos.
Los próximos proyectos de Delevingne siguen dejando más incógnitas que certezas. Actualmente rueda el drama Life in a year con Jaden Smith (hijo de Will), en el que da vida a una joven enferma de cáncer. El próximo año también la veremos debutar en las series de la mano de Amazon. Se trata de Carnival Row, fantasía noir en la que un grupo de criaturas míticas que huyeron de su tierra escapando de la guerra se enfrentan a un asesino en serie en su país de adopción. La británica se pondrá en la piel de la líder de estos refugiados con Orlando Bloom (El señor de los anillos), otro gafado, como partenaire. Si consigue darle la vuelta a la situación, el mundo ganará una prometedora actriz de cine. Si no es el caso, el mundo ganará una excelente modelo. ¿Tendrá más suerte Bella Hadid?
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