Aura Garrido: «Sin referentes es muy difícil imaginarte a ti misma en un espacio y en un lugar»
Tras poner voz y rostro a personajes icónicos de la ficción, la madrileña sigue apostando por vivir tantas vidas como sea posible metiéndose en la piel de una detective en la serie ‘Un asunto privado’. Con ella hablamos sobre actrices —y papeles— empoderados, la inestabilidad de la profesión o cómo sobrellevar los rigores de la exposición mediática.
La primera vez que Aura Garrido (Madrid, 33 años) apuntó con el dedo a la pantalla y dijo “yo quiero hacer eso” fue durante un visionado de Superman. Todavía recuerda el encantamiento que le produjo a aquella hija única, con predilección por combatir la soledad imaginando historias interpretadas por sus muñecos, ver a Christopher Reeve sobrevolar los cielos. Además, su kryptonita particular era la indecisión y ser actriz desplegaba ante sus ojos un abanico de posibilidades. “Para mí era la oportunidad de vivir muchas vidas, de ser muchas personas”, asegura Garrido, que aprovechó la ocasión de convertirse en actriz para poner voz y rostro a varios de los personajes más inolvidables de la ficción reciente.
La que fuera calificada como gran revelación de la industria nacional es hoy una de sus grandes realidades, capaz de cargar sobre sus hombros con producciones que aspiran, incluso, a conquistar mercados más allá del patrio. Es el caso de la serie Un asunto privado (que se estrena el 16 de septiembre en 240 países a través de la plataforma Prime Video), en la que Garrido viaja a la Galicia de los años cuarenta para dar vida a Marina Quiroga, una joven con vocación de detective que trata de cazar a un asesino superando a villanos, obstáculos o prejuicios de género que se interpongan en su camino. Una heroína empoderada y adelantada a su época, como lo fueron la Amelia de El Ministerio del Tiempo o la Matacuras de Malnazidos, advirtiendo una especie de patrón profesional que ni ella atina a explicar. “No sé por qué me ofrecen este tipo de papeles, supongo que tiene que ver con lo que emanas. Me siento afortunada porque cuando empecé había muy pocos”.
Pese a interrumpir sus vacaciones para charlar con S Moda, su carácter risueño marida a la perfección con un discurso reflexivo y sereno, solo obstaculizado por una tos asmática que combate con un vaso de agua. El descanso se antoja necesario: acaba de rodar dos películas —Amanece y Alguien que cuide de mí—, en otoño vuelve a los teatros con Una historia de amor, y la promoción de Un asunto privado acaba de arrancar. Con la voz ya clara, Aura Garrido no ahorra en elogios hacia su coprotagonista en la serie, Jean Reno, que da vida al astuto mayordomo que la acompaña durante la resolución del crimen. Hijo de gaditanos, el actor francés exhibe aquí su estatus de estrella global y un llamativo deje andaluz. “A Jean no le ves el truco ni el aspaviento”, concede. “Trabaja duro para estar preparado y, una vez en plató, te mira a los ojos y te parte el corazón. Solo los grandes tienen eso”.
Como si de una de las grandes se tratara, la cara de Aura Garrido ha ocupado este verano las portadas de decenas de medios. La publicación de unas fotografías junto a su compañero Mario Casas apresuró los titulares de ‘pareja sorpresa del verano’. Ella prefiere guardar silencio y se muestra confiada de que una exposición hipertrofiada no afecte al curso de su rutina. “Todo esto me pilla en una edad en la que tengo las cosas más colocadas, cuando era más joven sí que hubiera sido difícil gestionar ser muy conocida. Debe ser complicado tener siempre un ojo en si alguien te está mirando”, corrobora, adoptando un tono más solemne. Su vida también es un asunto privado: “Siempre he llevado una vida muy íntima y normal, y aprecio mucho el equilibrio que he podido experimentar estos años”.
No fue fácil compensar la balanza. En apenas dos años, Aura Garrido pasó de matricularse en arte dramático a ser nominada al Goya a mejor actriz revelación por Planes para mañana. Después llegarían Crematorio, Promoción fantasma o Stockholm, que la hizo merecedora de otra nominación. Y el flechazo se convirtió en rutina, la vocación en carrera y las singularidades en sacrificios. “Esta profesión es complicada porque desapareces durante meses cuando ruedas, estás poco presente en la rutina de tu familia y amigos…. Muchas veces me he preguntado si es la vida que realmente quiero tener”, confiesa. La sensación de inestabilidad no ha desaparecido, pero el amor por el oficio puede más: “Es que no me veo haciendo otra cosa que contando historias”.
Una pasión que la llevó a debutar como directora en septiembre de 2021 con La Braulia, un cortometraje sobre la gestión del duelo de dos amigas de la infancia. “Siempre he pensado que me gustaría explorar el otro lado, pero no sé si quiero dirigir o producir. Lo que sí sé es que todavía no estoy preparada”, evoca. Mientras llega la oportunidad, Garrido destaca la transformación de una industria que ha añadido a su vocabulario términos como representación o diversidad. “lmpresiona ver cómo ha cambiado tanto en tan poco tiempo. La mentalidad, los prejuicios, las conversaciones que se tienen… Ha sido muy bestia”. Queda mucho por recorrer, pero las mujeres ocupan por fin los espacios antes vedados y Aura Garrido cavila sobre cómo su realidad podría haber cambiado de haberse producido antes este temblor sistémico. “Sin referentes es muy difícil imaginarte a ti misma en un espacio y en un lugar, así que yo pensaba que mi único espacio ahí como mujer era el de actriz. Quizá si hubiese nacido ahora me habría interesado por ser directora. No lo sabré nunca”.
* Estilismo: Ángela Esteban Librero. Maquillaje y peluquería: Natalia Belda (Mr. Pérez) para Guerlain y Sebastian Professional. Asistentes de fotografía: Maitane Huidobro y Mario Val. Asistente de estilismo: Belén Claver.
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