Fabien Baron: «Marta Ortega tiene una capacidad asombrosa para tomar decisiones correctas»
Pocos directores de arte pueden presumir de haber propuesto a Kate Moss como imagen de CK en los 90, haber dirigido Sex y Erótica de Madonna y haber rediseñado, por casualidad, el nuevo logo de Zara. Charlamos con el hombre que lo ha hecho todo en la industria de la moda.
Hay pocos directores de arte que puedan presumir de tener una carrera tan apabullante como la de Fabien Baron (Francia, 1959). Su sello está detrás de Sex de Madonna, el libro de gran formato más vendido de todos los tiempos. Es también responsable de haber propuesto a Kate Moss como la imagen de Calvin Klein y de haber creado con ella el estilo heroin chic, que tanto influyó en los noventa. Tampoco se le han resistido los rediseños de algunas de las revistas de moda más prestigiosas (Vogue Italia, Harper’s Baazar, Interview) a las que dotó de tipografías contundentes y fotos impactantes. Su currículo, con grandes campañas publicitarias a sus espaldas, es tan extenso que conviene asimilarlo ojeando Fabien Baron: Works 1983-2019 (Phaidon), un libro en el que ha querido mezclar sus trabajos más comerciales con algunos dibujos y fotografías que hacía en su tiempo libre. «Este libro me ha ayudado a compartir algo más que mi trabajo comercial. Mezcla mis proyectos profesionales con ese universo más íntimo que he ido construyendo con el poco tiempo libre que tenía».
Baron ha hecho de todo. Nunca ha temido ir más allá de lo que tradicionalmente se esperaba de un director de arte. Pero quizá lo que le ha convertido en un imprescindible de la industria de la moda es su capacidad para actuar como un visionario. Él fue quien le consiguió la primera gran campaña a Kate Moss cuando nadie sabía que se convertiría en una de las mejores modelos de la historia. También tuvo el olfato de dirigir Erótica de Madonna y convertirlo en un videoclip de culto que aún hoy es capaz de generar controversia. Todo este inmenso talento diversificado en diferentes disciplinas (también ha diseñado muebles y logos) es lo que hace que Marta Ortega no dude en levantar el teléfono cuando Zara se enfrenta a un reto que implica a varias vertientes de la compañía. Tal es la sintonía entre Baron y la hija de Amancio Ortega que de una de sus colaboraciones nació, sin buscarlo, el nuevo logo de la marca. «Marta Ortega me llamó para pedirme el lookbook de una colección especial de hombre. Ella insistió en que fuera algo distinto respaldado por un equipo de gente muy buena. Le propuse como fotógrafo a Steven Meisel. Rápidamente nos dimos cuenta de que buscábamos lo mismo. Cuando empezamos el proyecto le dije que al ser una colección especial quería tratar el logo también de una manera diferente. Así que diseñé un nuevo logo que les gustó tanto que, después de un tiempo, decidieron utilizarlo para todo».
Baron, que ha trabajado para grandes firmas de lujo como Giorgio Armani, Givenchy, Yves Saint Laurent o Calvin Klein, asegura que nada le ha deslumbrado más que Inditex: «Me impresionó mucho conocer Zara desde dentro». La conexión entre Baron y Arteixo fue tan especial que viajó a A Coruña para celebrar con los Ortega la boda de Marta. «Es fantástica. Me encanta trabajar con ella porque tiene muy buen gusto y una capacidad asombrosa para tomar las decisiones correctas», explica.
El tono de Baron cambia por completo cuando se pronuncia sobre la industria de la moda en general, que define como cruel y complicada. «Es la más gratificante cuando tienes éxito, pero si lo pierdes te apartan y no les importas nada. Cuando estás constantemente buscando algo novedoso, tiendes a olvidarte de la gente». Sin embargo, reconoce haber encontrado la fórmula para sobrevivir en ella durante más de tres décadas sin perder la ilusión y sintiendo que más que trabajar «juega como si fuera un niño». Por un lado, ignorar por completo las críticas. «No me afectaron ni con la gran polémica de Sex ni con el vídeo de Erótica. Lo que la gente piense no tiene que agobiarte. Simplemente tienes que hacer tu trabajo, creer en lo que haces y superarlo para seguir con otras cosas». Por otro lado, huir de la nostalgia y abrazar lo nuevo. «La era digital ha cambiado por completo el rol del director de arte. Ahora tienes que ser muy polivalente y abarcar todas las vías donde alzar tu voz. Digamos que la idea de que un director de arte esté en la oficina frente al ordenador solo haciendo maquetas está pasada. Ahora se espera que tengamos las ideas, los conceptos, estar en sesiones de fotos y también encargarnos del diseño de la revista sin olvidar toda la parte digital».
Una idea extensible a las firmas de lujo que tienden a liarse en el plano digital cuando la solución no está en la forma sino en las ideas. «Internet no es más que una herramienta para hacerte escuchar y tus mensajes son lo único que interesa a la gente. Gucci es un ejemplo de marca que admiro porque siendo fiel a sí misma y olvidándose de lo que se espera de ella entiende a la perfección el mundo digital en el que vivimos».
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