¿Qué le pasa por la cabeza a un pionero digital como Nick Knight?
Entrevistamos en exclusiva al artista visionario, que recibirá el premio especial Isabella Blow en la gala de los British Fashion Awards el próximo 23 de noviembre.
Recordando a Alexander McQueen: «Esta mañana estaba de camino al estudio, intentando hacer una foto mientras conducía –algo que no debe hacerse–, porque delante de mí, en el lateral de un taxi tenía la foto del actor que interpreta a Alexander McQueen en la obra sobre la vida del modisto. Siempre me ha resultado extraño ver cómo esas personas que un día forman parte de tu vida y son tus amigos, otro día ya no están y pasan a ser propiedad pública, e incluso se escriben obras de teatro, libros y guiones de cine sobre ellos. Es algo perturbado».
Sobre Isabella Blow (será galardonado con el premio que lleva el nombre de la mítica editora): «Cuando pienso en ella, imagino sus dientes manchados de pintalabios. Porque eso es lo primero que veías cuando hablabas con ella. Su amplia sonrisa y sus dientes».
De los gigantescos tocados de Isabella Blow: «Tengo la versión más exagerada de esa imagen grabada en mi memoria. De un día que coincidimos en un desfile de Alexander McQueen para Givenchy. Isabella llevaba un águila en la cabeza con una pesadísima cadena de seis metros que caía sobre lo que creo recordar que era un vestido plateado. Son imágenes a las que te acostumbras y no valoras hasta que dejan de existir y te das cuentas de que las echas enormemente de menos».
Una anécdota íntima con Blow: «También la recuerdo leyéndome poesía por la mañana. Una llamada a primera hora, después de haber pasado la noche con un hombre increíble del que se había enamorado. Quería leerme poesía porque le inspiraba. De manera que ahí estaba ella, tumbada en su cama, recitando un poema de André Breton, si la memoria no me falla. Son el tipo de recuerdos que conservo de ella».
Hoy la creatividad y la pasión de Blow para desafiar los parámetros de lo que se considera normal… «Es difícil reemplazar a Blow… Ni siquiera me gusta la idea de imaginar una sustituta actual. Pero sí hay gente, que a su modo, distinto de Blow, también desafía las leyes de la estética. Mujeres como Amanda Harlech o Daphne Guinness, que tienen una visión de la moda muy especial y que, en cierto modo, han tomado el relevo visionario de Blow. Pero hay más nombres, de otras disciplinas, con otras perspectivas… La copia de Blow no existe. Serán siempre mujeres distintas. Fuertes y dispuestas a cambiar la opinión general de la sociedad. Lady Gaga es una de ellas».
Echa de menos… «El mundo de posibilidades que Blow abría a su paso. Le entusiasmaba buscar nuevas vías de expresión, más allá de los límites que establecen las aburridas reglas sociales. Ella abrió muchas puertas, a genios como Alexander McQueen… Y echo de menos trabajar con gente así».
Sobre por qué todavía hoy hay gente reticente a considerar fotografía una imagen tomada con un iPhone… «Porque siempre habrá gente necia e irracional que no ve con claridad. Pero eso no debe preocuparnos. Da igual qué cámara utilices. Nadie critica las instantáneas borrosas de Robert Capa, del desembarco de Normandía, durante la guerra. En arte tampoco nadie se cuestiona si un pintor esboza trazos nítidos o no. Porque, de ser así, solo nos gustaría Salvador Dalí. Y sin embargo podemos contemplar una obra de expresionismo abstracto y emocionarnos con los brochazos que surcan el lienzo. Por alguna razón, la fotografía es una de esas disciplinas que ve cómo la gente se obsesiona con la técnica, que es la parte menos interesante. Nadie tiene por qué saber qué cámara utilizo. Sinceramente, creo que es absurdo. Lo realmente interesante es el mensaje que quieres transmitir. Así que no me preocupan los comentarios que puedan surgir por usar un iPhone. ¿Cuál es el problema? Cualquier teléfono inteligente de última generación sirve. De hecho, con el último modelo de iPhone puedes filmar en 4K, eso es más de lo que yo tenía hace unos años en mi estudio. ¿Qué más puedes pedir? No hay debate posible. Supongo que el problema es que antiguamente se creía que para ser un ‘fotógrafo de verdad’ tenías que tener un auténtico equipo de fotografía. Pero tener un equipo carísimo no te hace un buen fotógrafo. Eso y el miedo generalizado a que todo el mundo pueda ser, de repente, fotógrafo. Lo que es absurdo. ¿Tenemos bolígrafos desde hace cuántos años? Y sin embargo no se han escrito millones y millones de historias maravillosas. Que le des a alguien el medio, no significa que el resultado sea necesariamente bueno».
De la moda en la era digital: «Que una marca no quiera abrazar Internet es como decir hace cien años que no quieres anunciarte en una revista porque no te gusta el papel. La red es hoy el principal escaparate de moda. Los chicos de 15 años no leen revistas. Y la generación de más de 20 años, con poder adquisitivo para poder comprar e invertir dinero en moda, solo consulta una revista cada seis meses porque está acostumbrada a buscar toda la información online».
Tribute to Alexander McQueen by Nick Knight, music by Björk from SHOWstudio on Vimeo.
Los fashion films… «Han reemplazado a la fotografía. De hecho, son el medio más fascinante para mostrar moda. Tanto es así que [desde SHOWstudio] acabamos de lanzar un premio y estamos buscando a los mejores realizadores del mundo. Podríamos decir que hoy los fashion films están en la misma etapa inicial donde estaba la fotografía de moda hace cien años. Cuando CondeNast lanzó Vogue. Al principio, en 1910, solo había ilustración de moda. Hasta que decidieron hacer fotografía de moda… y buscaron fotógrafos para realizar las primeras sesiones. Los elegidos fueron Edward Steichen y Adolph de Meyer, que durante 20 años fueron los únicos que hicieron fotografía de moda para Vogue. Los fashion films solo tienen 15 años de vida [SHOWstudio se fundó en 2000]. Y aunque hay gente haciendo cosas interesantes, todavía no hay grandes realizadores. Pero su influencia como plataforma para ver moda es indudable. De hecho, si antes recibía encargos para hacer fotografía y quizá un extra en vídeo… Hoy es al revés. Casi todos los encargos que llegan a mi estudio, de marcas como Tom Ford, son para realizar fashion films. Ha cambiado todo mucho. Pero todavía queda un largo camino por recorrer. Sobre todo si tenemos en cuenta que la fotografía de moda no se definió hasta los años 60 con gente como Richard Avedon, Irvin Penn, Bailey… Con ellos nace la fotografía de moda moderna. En otras palabras, 50 años después de las primeras sesiones. Mi ilusión es que, igual que Vogue fue una plataforma en su día, hoy SHOWstudio sea una lanzadera en la era del fashion film».
A cerca del fenómeno Snapchat y otras apps: «Internet ha multiplicado las posibilidades… Snapchat, Instagram, Tumblr… Estas redes crean nuevas formas de arte, del mismo modo que hubo distintos movimientos en torno al pop art. Si el pop art bebía del consumismo y del capitalismo, Internet es una herramienta masiva que ha cambiado nuestras vidas. Es una plataforma pionera para ver arte generador por Internet. De hecho, es probablemente la plataforma de comunicación más importante desde la invención del papel. Veremos nuevas vanguardias. Y para mostrar su obra, un artista no necesitará intermediarios: ni galerías de arte, ni editoriales, ni productoras de cine… La comunicación con el público es directa. Pero hay algo más, que hace a este medio único, si repasamos la historia del arte hasta los Medicci, los primeros grandes mecenas. Es mucho más popular. Hoy tenemos la industria de la música, la industria del cine… Pero son industrias que piensan en términos de ganancias: «solo puedes mostrar tu obra si esta es rentable». Es una diferencia fundamental a la hora de crear arte. Con internet el aspecto lucrativo pasa a un segundo plano para dar paso a las emociones. Y las emociones son una puerta importantísima. Desde mi punto de vista, es un cambio muy sano. Snapchat, Instagram… Estas plataformas abren nuevas vías de expresión artística».
Sobre el efecto embelesador de la belleza atípica… «Es algo totalmente personal. Tienes que sentirlo. No es racional. Te enamoras de una persona por mil y unas razones distintas… y no necesariamente porque se ajuste a un prototipo de belleza clásica. Es quizá su asimetría, tan especial y única, ese rasgo extraño, ese maladroit… Hay un algo inexplicable que nos enamora. Actualmente estoy impartiendo un curso online y en una de las primeras clases pedía a mis alumnos –tengo más de 800– que buscaran la belleza en un perfil atípico, y retrataran a alguien que a ellos les fascinara –aunque no respondiera al canon clásico–. Porque creo que es entonces cuando descubres la auténtica belleza. También por esa razón a menudo busco modelos en Instagram. He encontrado a una chica en América –no puedo decirte cómo se llama–; pero estamos hablando para ver cuándo podemos encontrarnos para hacer una sesión con ella».
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