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El verano es de los museos raros

Triunfa el gusto por lo diferente: objetos peculiares expuestos en espacios de todo el mundo para atraer a un público que busca historias cercanas y no se resiste ante la atracción de lo único.

El verano es de los museos raros
Museo de las Relaciones Rotas
Ana Fernández Abad

Lugares para recuperar el tiempo perdido, rincones ocultos en calles secundarias que cuentan historias particulares y, a la vez, muy universales. El número de museos pequeños y peculiares crece en todo el mundo. «En las últimas cinco décadas, cada año se abren nuevos centros, muchos de ellos procedentes de colecciones privadas. ¿La razón? Al ser de reducidas dimensiones y tener una fuerte identidad propia, resultan más cercanos para los visitantes», explica el belga Wim de Vos, coordinador del European Museum of the Year Award (EMYA).

Estas botas de 1890, diseñadas para parecer un zapato en una pierna con medias, forman parte de la exposición Fashion Victims. Situado en Toronto (Canadá), 100.000 visitantes fueron en 2013 al complejo.

Museo Bata

Como los gabinetes de curiosidades de los siglos XVI y XVII, que hablaban de tierras remotas e inspiraron el nacimiento de los museos, estos centros sirven para «estimular la creatividad y crear sinergias con el público», afirma De Vos. Frente a los 9,3 millones de visitas recibidas en el Louvre el año pasado (el recinto que bate todos los récords), las 35.000 personas que fueron al Museo de la Inocencia de Estambul –premio EMYA de 2014– pueden parecer una nimiedad, pero reflejan una tendencia: el gusto por lo diferente, por lo único.

Bajo el Caribe mexicano, entre Cancún, Isla Mujeres y Punta Nizuc, el artista Jason deCaires Taylor creó en 2010 una exposición con 500 esculturas que en el último año fue vista por 800.000 buceadores.

Museo subacuático de Arte

«Actualmente se busca como valor la constante novedad, y eso lleva a renovar la concepción del museo», apunta María Rodríguez Velasco, profesora de Historia del Arte de la Universidad CEU-San Pablo. Desde la Asociación Española de Museólogos dicen que propuestas como las casas museo gustan «porque son más asequibles y el público no se siente examinado». Los expertos aseguran que asimilar en una visita toda la información que transmite una pinacoteca clásica puede resultar abrumador, pero entender una pequeña historia concreta y cercana es más fácil.

Milton Maltz, experto en romper códigos en la guerra de Corea, abrió en 2002 en Washington (EE UU) el recinto que exhibe esta barra de labios pistola. Recibe 600.000 visitas anuales.

Museo de los espías

Coleccionistas (Y) visionarios. Ese espíritu inspiró, precisamente, la creación del Museo Bata, en Toronto. Elizabeth Semmelhack, conservadora del centro, cuenta: «Su fundadora, Sonja Bata, comenzó a coleccionar zapatos en los viajes alrededor del mundo que hacía junto a su marido, porque estaba fascinada por las diferencias de calzado entre los distintos países». Ahora exhibe más de 10.000 piezas. Con ellas, Semmelhack trata de «crear exposiciones variadas y divertidas». La última, que podrá visitarse hasta junio de 2016, se llama Fashion Victims: los placeres y peligros del vestir en el siglo XIX, un viaje a una época en la que había vestidos de arsénico y el tartán ya estaba de moda como estampado en los botines de los victorianos.

El Nobel de Literatura Orhan Pamuk hizo realidad su libro en 2012. Desde entonces, cada año van 35.000 visitantes a esta casa del barrio de Çukurma (Estambul, Turquía).

Museo de la Inocencia

La conservadora sostiene que los retos a los que se enfrentan los museos, independientemente de su tamaño, son similares. «Entre los desafíos comunes figura el de proporcionar experiencias», destaca el Observatorio de tendencias 2014 de la American Alliance of Museums. De hecho, el tirón que ejercen los pequeños entre un público cada vez más ávido de lo diferente ha supuesto un toque de atención para los de toda la vida. «Las instituciones clásicas están muy preocupadas por su rol; por eso desarrollan otros discursos expositivos y proponen nuevas muestras a su audiencia, para acercarse a ella», concluye De Vos.

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Sobre la firma

Ana Fernández Abad
La editora de estilo de vida de S MODA está especializada en temas culturales y personajes de actualidad. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra y ha escrito en medios como Diario 16, El Comercio o Descubrir el Arte.

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