El nuevo fenómeno de Instagram es una bailarina de burlesque de 76 años cuya historia ha recaudado 2,2 millones de euros
El periodista Brandon Stanton ha contado su hisotoria en su cuenta de Instagram, Humans of New York, y la ha convertido en un fenómeno de la red social.
“Esta es la narración más ambiciosa que jamás haya intentado en el blog”, escribió el periodista Brandon Stanton en su cuenta de Instagram, Humans of New York, que cuenta con casi once millones de seguidores. “Se desarrollará en el transcurso de 32 publicaciones. Pero si hay alguien que puede mantener a una audiencia durante toda una semana, esa es Tanqueray”. Stanton explicó que la salud de Tanqueray, cuyo verdadero nombre es Stephanie, se ha visto deteriorada, por lo que a medida que compartiera su historia, Humans of New York recaudaría dinero para que pudiera vivir el resto de su vida con comodidad y dignidad.
“Stephanie tiene muchas necesidades urgentes, por lo que su atención será costosa, pero su historia no tiene precio”, escribió el periodista. “Si la serie agrega algún valor a su vida durante los próximos siete días, considere hacer una contribución a nuestra recaudación de fondos a través del enlace en la biografía”. Antes de que terminara la semana, el fondo de Stephanie había recaudado más de un millón de dólares. Pero las donaciones no se detuvieron cuando terminó la historia de Stephanie. El fondo ha llegado a 2.6 millones de dólares (2.2 millones de euros) y sigue aumentando. Según datos de Instagram, la cuenta Humans of New York ganó 66.000 nuevos seguidores desde que empezó la serie de Tanqueray y ha tenido más de 140.000 comentarios, entre los que se encuentra uno de la actriz Jennifer Garner que pregunta: “¿Por qué esto no es una serie de Netflix?”
Una infancia difícil
“Mis padres ni siquiera dormían en la misma habitación. No había abrazos ni besos. Mis únicas amigas eran mis muñecas. Por las noches, ponía una manta sobre una vieja mesa de juego y pretendía que esa era mi casa”, cuenta Stephanie a Stanton. Dice que el deseo de salirse de su casa cuanto antes, fue probablemente lo que la hizo enamorarse del primer hombre que conoció como adolescente y embarazarse de él. Este le había pedido que se casaran, pero cuando ella apareció en la estación de tren donde habían quedado de verse, con cuatro meses de embarazo, él le dijo que volviera a su casa, pues él estaba casado.
Como lo último que quería era volver a la casa donde era infeliz, en Albany, Nueva York, Stephanie decidió que escaparía, pero cuando entró en la noche para empacar sus cosas, su madre la escuchó y llamó a la policía para acusarla de robo. “El juez me dijo que podía dar al bebé en adopción y volver a vivir con mi madre o podía hacer de uno a tres años en la prisión de Bedford Hills. Estuve de acuerdo en entregar al bebé pero no volvería a casa de mi madre. Le dije al juez que me enviara a prisión. La sala se quedó sin aliento”.
Stephanie relata que era conocida como la artista de la prisión: la que bailaba, pintaba y hacía certificados de matrimonio para las presas que se casaban. La guardia de la prisión también sabía que ella no era una criminal, por lo que la ayudó a salir, consiguiéndole una audiencia para que le dieran libertad condicional.
La lectura de la palma que se cumplió al pie de la letra
La compañera de celda de Stephanie, una mujer llamada Roberta que venía de una clínica mental, le leyó la palma la noche antes de que saliera de prisión. “Le di mi último cigarrillo, miró mi mano y empezó a describir todas estas cosas. Me dijo que viviría toda mi vida en la ciudad de Nueva York, que sólo me enamoraría una vez y que sería una vida dura y solitaria, pero que un día mucha gente sabría mi nombre. Lo más loco es que todo se hizo realidad. Bueno, casi todo. Roberta me dijo que algún día ganaría mucho dinero. Será mejor que eso suceda rápido porque ya tengo 76 años”, dijo Stephanie a Stanton, sin sospechar que unos cuantos días después de aquella publicación, la última predicción de Roberta se habría cumplido, pues Stephanie sería millonaria.
El Nueva York de los 60
“Así suena Nueva York en la noche, cuando te acuestas en la cama y tienes miedo de volver al lugar de donde viniste. Parece que vas a perder tu lugar en la cola y si no te levantas de la cama, lo que se suponía que te iba a pasar, le pasará a otra persona”. Stephanie recuerda caminar todas las noches por Broadway, soñando con bailar en los teatros algún día. “Después caminaba un poco más, donde estaban los teatros para adultos, donde en realidad iba a terminar bailando”.
Desde trabajar en una fábrica, a vender abrigos robados de mink junto con mafiosos italianos, o cumplir extrañas fantasías sexuales de empresarios, Stephanie hizo de todo antes de convertirse en Tanqueray, bailarina de burlesque. Incluso fue una GoGo dancer, burlando al racismo que no aceptaba bailarinas afroamericanas en esa época. “Cuando entré por la puerta, la mandíbula del tipo casi se cae al suelo. Yo era la cosa más negra del mundo. Creo que había decidido que me iba a decir que no, pero puse un poco de BB King y comencé a bailar”.
Tanqueray
“’Burlesque’ es una palabra que suena elegante, pero básicamente significa ser stripper. Puedes usar un disfraz de 3.000 dólares y pavonearte por el escenario como la Reina de Inglaterra. Pero en el último número será mejor que te quites la ropa”, relata Stephanie con su humor característico. Cuando decidió dejar atrás su vida de GoGo dancer y ser stripper, se dio cuenta de que necesitaba un nombre artístico. Su cliente más leal, un mecánico llamado Oscar, siempre bebía gin and tonic con Tanqueray. De ahí nació el nombre que, según la bailarina de burlesque, conocían más de 10.000 hombres en Nueva York. “Cada vez que bailaba en Times Square hacían cola alrededor de la cuadra solo para que pudiera firmar la portada de su revista de desnudos. Siempre escribía: ‘fuiste el mejor que he tenido’, o alguna estupidez como esa. Algo que los hiciera sonreír por un segundo”.
Extensiones de la historia de Tanqueray
Uno de los misterios que dejó en vilo a los lectores de la serie de 32 publicaciones de la vida de Stephanie, es qué sucedió con el hijo que dio en adopción. Por esto, el periodista Brandon Stanton hizo la publicación 33/32, en la que relata que Stephanie tiene dos hijos pero que siempre ha pedido privacidad para ellos. Dijo que había mantenido una relación con su primer hijo durante casi toda su vida, aunque a veces no fuera fácil. Mitch, el hijo de Stephanie le dijo a Stanton: “Entiendo sus traumas, por lo que no tengo nada contra ella. Me costó trabajo pero he llegado a un lugar de positividad. Mi forma de ver el mundo es esta: Todo el tiempo la gente está haciendo una de dos cosas. Están enseñando amor o están clamando amor”.
El periodista de Humans of New York, decidió hacer una última publicación extra para agradecer a la gente que ha donado al fondo de Stephanie y para anunciar que cuando ella muera, el dinero se donará a la Association to Benefit Children (ABC), una asociación sin fines de lucro que sirve a niños en situación vulnerable de la ciudad de Nueva York.
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