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El fotógrafo del absurdo en la moda

Las fotos de Charlie Engman destilan una visión alejada de estereotipos, llena de naturalidad e improvisación. Hedonismo juvenil y extrañas composiciones para sacar a la moda de contexto.

cover
Cortesía de Charlie Engman

Menudo y con unos ojos azules tan inquietos como sus manos, Charlie Engman adereza su discurso con un sentido del humor irónico y consistente. Como en sus obras más experimentales. El fotógrafo que publica en Vogue, I-D o Dazed&Confused gracias a su peculiar mundo enigmático se define a sí mismo como un tipo normal al que le gusta observar y experimentar las cosas. Casi tanto como compartirlas con otra gente. Charlamos con él en la presentación de la colección primavera verano de Eastpak, cuya campaña ha retratado.

Este fotógrafo de Chicago comenzó con la fotografía mientras estudiaba japonés y coreano en la universidad, y nunca imaginó que acabaría captando el absurdo en la moda. “Como no tenía mucho tiempo para explorar el lado creativo de las cosas, empecé a hacer fotos para mantener mi cerebro activo. Las utilizaba como bocetos para preservar una idea y luego pensar en ella, hasta que me di cuenta de que había algo allí que me llamaba la atención".

‘Common sense’

Cortesía de Charlie Engman

Engman no se corta y quiere dejar claro que él no hace muchas distinciones entre la fotografía de moda y su trabajo más personal. Para él todo es fotografía. “La fotografía ayuda a organizar el mundo visualmente. En la moda, para mí no todo se reduce a fotos impactantes, maquillaje y glamour".

Con su cámara capta el hedonismo de cuerpos jóvenes que aparecen abandonados en lúgubres apartamentos neoyorquinos o en pintorescos espacios abiertos, líneas curvas y serpenteantes que se cuelan entre muebles o escombros. Es el caso de su serie Domestic Diorama, con fotografías que parecen transitar en un frágil equilibrio entre el morbo y la celebración. En ellas, se retuerce ante su lente y retrata su cuerpo indistintamente como un objeto estático impersonal y como un significante emocional. Pero nada es casual. Cuenta con formación en performance y danza: “para mí todo siempre vuelve al cuerpo, es el objeto más excitante de todos. Es algo muy físico y visual, pero también emocional. Crece y cambia, lo que lo convierte a su vez en un elemento de tiempo. Me gusta pensar en el cuerpo como una especie de arquitectura a través de la cual se experimenta el mundo”.
 

Cortesía de Charlie Engman

Es el maestro del abusrdo. “Intento encontrar un buen modo de crear relaciones entre cosas que quizás no tienen un vínculo real, pero de algún modo a través de la fotografía de repente hablan, tienen una conversación contigo. Y lo mismo ocurre cuando trabajas con gente: hay alguien que se está expresando y tienes que construir algo desde ahí”.

En sus fotografías se advierten movimientos, gestos y muecas que habitualmente pasan desapercibidas. Los modelos aparecen naturales, sin gestos forzados, y él lo prefiere así. “No suelo dar instrucciones. Si alguien siente que le están haciendo una foto, no funciona. Yo no estoy ahí para moldear un carácter, sólo intento mostrarlo".

Imagen de la campaña de Engman para Eastpack.

Charlie Engman para Eastpack

También lo caracteriza cierta tendencia a texturizar sus imágenes con collages, patrones y formas geométricas. "No soy el tipo de fotógrafo obsesionado con el momento y con documentarlo. Todo cambia, así que no trato de ser auténtico ni objetivo, no intento decir ‘así es esto siempre’. No creo en eso. Para mí se trata de algo más, de un objeto que he creado, que a su vez es una imagen, y las imágenes pueden ser manipuladas”.

La creatividad lo desborda y no teme a las redes sociales de fotografía: “Me inspiro todo el tiempo. Quizás suene aburrido, pero me gusta salir a caminar por ahí y observar. También paso mucho tiempo en Internet, mirando una cosa y otra, sobre todo en Tumblr, viendo lo que está haciendo o mirando otra gente. Me fascina esa combinación de lo que sucede en la realidad y lo que pasa en esa especie de nube que es la web. También uso mucho Instagram. Como fotógrafo, al principio era algo que me inquietaba bastante, pero desde que empecé a utilizarlo me parece genial. Es como volver a mis inicios con la fotografía, a tomar notas casuales de cosas que quiero recordar". Le fascina el poder de la virtualidad: "Es excitante. Es fantástico ser capaz de tener un sentimiento por algo de forma instantánea. Internet es todo un universo, hay muchas cosas que puedes hacer con ella, pero sobre todo es un modo más fácil de comunicación y aprendizaje. Pienso que la accesibilidad es lo más importante: poder ver, probar y mostrar. Y eso es también lo que más amo de la fotografía: pulsas un botón y ¡voilà!”.

Charlie Engman

Alina Lakitsch

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