El brillo no ha muerto: bienvenidos a la primavera de las lentejuelas

Con la Navidad olvidada y la mirada puesta en los próximos meses de sol, cuesta pensar que la gran tendencia de la primavera –con permiso de los colores pastel– sean las lentejuelas. Pero cuando Gucci, Coach, Tom Ford, Acne Studios, Valentino, Emilia Wickstead o Marc Jacobs (la lista podría seguir) se ponen de acuerdo, parece más que confirmado que el brillo vuelve con fuerza.

Puede que nunca se haya ido. Pero lo cierto es que los últimos tiempos los colores sobrios y las siluetas amplias dictadas por firmas como Céline o The Row han sido el verdadero epítome de lo cool. Ahora, sin embargo, los tejidos brillantes cuajados de abalorios dominan no solo los looks de noche sino también los diurnos. Las razones pueden ser varias: el chaos magic iniciado por Alessandro Michele en Gucci, el gusto de los millennials por lo llamativo en tiempos de la dictadura del like y, por supuesto, el revival ochentero por el que apuestan las firmas.

Según datos del portal de venta Lyst, las búsquedas de ‘lentejuelas’ aumentaron un 42% en la segunda mitad de 2017, justo después de que se presentaran las colecciones para esta primavera y se intuyera la fiebre por el brillo, las plumas, los cristales y todo el exceso asociado a la década de los ochenta y los noventa. El homenaje sobre la pasarela a Lady Di tras 20 años de su muerte también ha influido en esta apuesta por los 80’s.

Dicen que en tiempos de guerra se ruedan musicales y se acortan las faldas. Y ese podría ser uno de los grandes motivos por los que los diseñadores quieren recuperar el espíritu festivo, las noches disco y los diseños que transmiten exceso y alegría. 2017 fue un año complicado en términos sociopolíticos (con el nombramiento de Trump como presidente de Estados Unidos a la cabeza) y seguimos atravesando un momento difícil, especialmente para las mujeres. Crear prendas tan festivas es una forma de evadirse de la realidad y de hacer un guiño a tiempos mejores. La ropa es, más que nunca, un medio para lanzar mensajes y hay mucho de hedonista en la utilización de las prendas tradicionalmente festivas en cualquier ocasión.

El joven diseñador Michael Halpern (al frente de la firma Halpern, que ganó el Fashion Awards 2017 al talento británico emergente en ropa de mujer) es uno de los grandes responsables de la fiebre por el brillo. Su colección para esta primavera-verano es una oda a las lentejuelas en todas sus posibilidades para dibujar un armario hiperfemenino y sin miedo a la extravagancia. Amal Clooney, Marion Cotillard o la modelo Adwoa Aboah –una de las fieles representantes de esta estética, además de ganadora del mismo galardón a mejor modelo del año– ya han lucido sus propuestas, que beben directamente de Studio 54.

También en los complementos firmas como Victoria Beckham (que presentó una ristra de zapatos glitter) o Emilia Wickstead (que conjuntó las lentejuelas rosas de sus vestidos con las de sus bolsos) se atreven con la tendencia. En el universo low cost ya empiezan a hacer acto de presencia botines y bolsos tipo limosnera brillantes, amén de una lista de prendas cuajadas de lentejuelas que prometen irse ampliando en número e importancia las próximas semanas.

La clave del regreso del brillo en 2018 está en que no vuelve únicamente en diseños nocturnos, parcela en la que se mueve con más confianza, sino que también es apto para el día a día. Las últimas temporadas hemos asistido a combinaciones tan inesperadas como una falda dorada con una sudadera o vestidos de noche que se adaptan a las horas de luz al mezclarse con zapatillas de deporte. Ahora le toca el turno a mezclas aún más arriesgadas: vestidos de lentejuelas con americanas de oficina, camisetas básicas debajo de un slip dress brillante (una de las favoritas de la pasarela) o faldas lápiz glitter con jerséis de cuello vuelto. Propuestas que ya van ganando adeptas en el street style y que pueden adaptarse al mundo real si se eligen las prendas adecuadas y se llevan con otras más básicas.

Las celebrities han abrazado con alegría el regreso de la estética disco y las lentejuelas han sido las grandes protagonistas en las últimas alfombras rojas. En los SAG Awards, por ejemplo, dominaron de la mano de Nicole Kidman, Saoirse Ronan, Susan Sarandon o Millie Bobby Brown, que demostró que se pueden mezclar incluso con un par de Converse de toda la vida. Precisamente la protagonista de Stranger Things las llevó en un Calvin Klein rosa, color favorito de otras jóvenes actrices como Elle Fanning para sumarse al ejército del brillo.

Alice Casely-Hayford, directora de moda de Refinery 29, declaraba a The Guardian que «la textura y el color en la ropa es clave para la generación Instagram» y que el auge de la tendencia tiene mucho que ver con las redes sociales. Una afirmación que tiene todo el sentido cuando se busca llamar la atención entre un sinfín de publicaciones diarias. Solo hay que ver el éxito de la aplicación KiraKira+, pensada para sumar destellos a cualquier imagen o vídeo. Aunque la app fue creada en 2015 por el japonés Kentaro Yama, ha pasado bastante desapercibida hasta hace unos meses, momento en el que las botas brillantes de Saint Laurent de 10.000 euros y las colecciones de J.W. Anderson, Molly Goddard, Erdem o cualquiera de las firmas mencionadas en este artículo hicieron acto de presencia. Si algo está claro es que a pesar de que el panorama siga pintando bastante negro, la moda se empeña en transportarnos a un tiempo pasado sino mejor, al menos mucho más brillante.