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El bloguero de moda no tiene edad

Cuentan entre 4 y 17 años, sus estilismos sientan precedente, poseen sus propias colecciones de accesorios, dan conferencias TED y, aunque son menores de edad, ya son referentes.

El bloguero de moda no tiene edad

Tavi abrió la veda. Con 11 años, revolucionó el sistema de la moda al crear su blog, Style Rookie, y convertirse en un icono de estilo con sitio reservado en los desfiles y un premio del Consejo de Moda Norteamericano bajo el brazo. Ahora que ha cambiado la pasarela por Broadway –acaba de debutar sobre las tablas con This is Our Youth, de Kenneth Lonergan–, la Red busca nuevo rey adolescente.

Los aspirantes al trono no son pocos: las redes sociales son, oficialmente, el medio de expresión de las nuevas generaciones. En España, el 85% de los adolescentes las usan, según el último estudio del Centro Reina Sofía. «Internet ha cambiado la forma en la que crean su identidad. Con cada foto, texto y vídeo que suben se plantean quiénes son», explica Roxana Morduchowicz, profesora en la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires.

El factor estilo se hace notar: que muchos de los blogs que arrasan tengan como protagonistas a fashionistas precoces decididos a mostrar al mundo su particular universo estético no es casualidad. «Moda y redes sociales son el tándem perfecto para los jóvenes», explica Paula Valle, directora de comunicación de Foro Generaciones Interactivas.

Ryker (que adora llevar gafas) posa como Adam Gallagher, autor del blog de referencia de este precoz fashionista.

www.ministylehacker.com

RYKER WIXON, 4 AÑOS
Un juego entre madre e hijo convertido en un ‘lookbook’ con muchos «Me gusta».

De Ryan Gosling o Pharrell, al modelo de la última editorial de GQ. Las fotos de Mini Style Hacker –el álter ego de Ryker– emulando a los hombres más estilosos del momento son la sensación de Instagram: su cuenta ya alcanza los 173.000 seguidores (y sumando). «Aún no me explico tanta popularidad», nos cuenta su madre, Collette.Todo empezó como un pasatiempo. «Quería hacer algo diferente para pasar tiempo con él. Elegimos un look y lo hacemos nuestro, demostrando que vestir bien puede ser divertido y accesible a cualquier edad… y presupuesto. La gente se identifica con esa forma de ver la moda. Aunque no cabe duda de que hay otro factor: resulta muy mono ver a Ryker posar». Tanto, que más de una agencia de modelos les ha ofrecido contratos muy sugerentes. «No me interesa», sentencia Collette. Su idea es otra: «Los niños tienen que tener la oportunidad de expresarse, crear su propio estilo y saber que ser diferente está bien. Y con eso no digo que Ryker elija todos sus looks. Es un juego entre los dos. Pero tiene sus prendas favoritas», comenta.

«Aunque suene a tópico, no sigo las tendencias. Trabajo en la tienda del Ejército de Voluntarios. Allí encuento cosas únicas». dice Flower. Arriba, posa en su habitación con un vestido de segunda mano que acaba de adquirir.

bobblyrainbowsocks.blogspot.com

FLOWER VIOLET, 17 AÑOS
Un espíritu libre con las ideas muy claras (y un estilo muy particular).

«Ecléctica» es la palabra que mejor define a la autora de Bobbly Rainbow Socks (en español, Calcetines de arcoíris y burbujas). «Soy una niña de 5 años y una abuela de 80 a la vez», asegura. Empezó su diario digital a los 13 años. «Estaba pasando un mal trago en el colegio y decidí crearlo como válvula de escape. Escribo por y para mí misma. Si a los demás les gusta, genial. Si no, también», dice. «Algunos blogueros lo ven como una oportunidad de hacer dinero: se convierten en anuncios vivientes. Me da pena cuando algo tan personal deriva en un negocio».

La individualidad es lo que persigue esta chica de Dorset (Reino Unido). Sus estilismos son la prueba. «La gente me dice que le gustaría tener valor para llevar una mochila Teletubby o vestidos de princesa, como yo. No quiero sonar cursi, pero mi objetivo es demostrarles que pueden. No necesitas ser alta, rica y ostentosa para vestir a tu rollo. La moda nos pertenece a todos». Por eso le molesta la etiqueta de «nueva Tavi». «Insinuar que soy una versión menos talentosa de ella es insultante». También que la encasillen en la nueva cultura twee. «Me gusta visitar a mi abuela, la naturaleza, el croché y los gatitos. Pero eso no me reduce a un estereotipo. La gente está tan empeñada en divisar tendencias que olvida que todos somos diferentes. Si hay una revolución, es que hoy la gente no tiene reparo en mostrarse como es». En este sentido, las redes sociales son clave. «Han cambiado las reglas para nuestra generación. Ahora todos tenemos voz», afirma.

Moziah creó Mo’s Bows gracias a su blog. «La gente enviaba mensajes preguntando de donde sacaba las pajaritas. En realidad las hacía yo. Mi abuela me enseñó a coser. Así que pensé: ‘¿Por qué no venderlas?’».

Annabella Charles Photography

MOZIAH BRIDGES, 12 AÑOS
O cómo construir un negocio a partir de su afición por las pajaritas.

Internet se mueve rápido, en constante búsqueda de lo último. Pero Moziah lo tiene claro. «Soy el futuro», sentencia. La seguridad con la que habla sorprende. Es lo que tiene declararte CEO de tu propia empresa con tan solo 12 años. Mo’s Bows, la firma de pajaritas que creó al cumplir los 9, se ha convertido en un pequeño imperio con el que ha ganado cerca de 23.000 euros en apenas unos meses. Atribuye parte del éxito a su blog, donde solía salir luciendo su accesorios insignia. Gracias a él consiguió una suma sustanciosa de seguidores (y potenciales compradores).

Dice que diseña y confecciona cada pieza, que vende en su propia web, Etsy y más de una docena de boutiques masculinas de lujo. «Solía llevar corbatas. Me pasé a las pajaritas porque tienen ese toque genuino», narra. Ahora son su sello. «Pero no se trata del complemento en sí, sino de la persona que está detrás», comenta. De hecho, la última colección incluye modelos para mujer. «Cuando te pones una Mo’s, ganas confianza. La moda tiene mucho que ver con la educación. Si te ves bien, te sientes seguro. Y si te sientes seguro, eres capaz de hacer cualquier cosa que te propongas». Moziah predica con el ejemplo. «Quiero añadir más prendas a Mo’s Bows y reunir dinero suficiente para crear una firma de ropa para niños. No es imposible. Ralph Lauren empezó vendiendo corbatas con 10 años».

La referencias de Evita –a la vista en sus editoriales– van de la estilista británica Holly Suan Gray al irreverente fotógrafo Kyle Thompson.

The Crème de La Crop

EVITA NUH, 15 AÑOS
La bloguera que llegó de Jakarta para conquistar el mundo de la moda.

Como tantas otras chicas de su edad, se confiesa adicta a las compras. La diferencia es que Evita tiene un estilo fuera de lo común (una mezcla entre Katie Grand y Leandra Medine), que muestra en sesiones de fotos aptas para las páginas de una revista. «Para destacar entre la multitud, hay que tener carácter», afirma. Su web, The crème de la crop, surgió como respuesta a un diagnóstico de síndrome de Asperger. «Socializar nunca ha sido fácil para mí. El blog me abrió al mundo. Siempre hay alguien, en algún lugar, que aprecia tus rarezas». En su caso, unas 37.500 personas, sus seguidores en Twitter e Instagram.

Hoy su web, más que un diario virtual, es su currículum. En él figura su trabajo como estilista, fotógrafa y directora creativa de su línea de bolsos: En.Pens. «La gente cree que los blogueros como yo somos niños malcriados a los que les gusta chupar cámara. Se equivocan. Trabajo duro. La moda es el negocio más cruel. Mejor empezar joven. Así, cuando llegue a los 20, habré cometido los errores necesarios para triunfar».

TOBIAS OTTING, 9 AÑOS
Un ‘dandy’ en miniatura con madera de estilista… y de celebridad.

Está en cuarto de primaria, pero ya ha dado una charla TED en Cambridge. Su bitácora, Junior Sartorialist, le hizo ganar el puesto en el panel. Nada más verlo, Tamsen Webster, director ejecutivo de la plataforma, decidió que tenía que participar. El tema de la conferencia: «La importancia de encontrar tu propia voz y compartirla».

Él la ha encontrado y la utiliza para hablar de la exposición de joyas del Museo de Bellas Artes de Boston, la nueva línea de gafas de Warby Parker o cómo llevar con estilo tirantes y cárdigans (dos de sus actuales obsesiones, junto a las corbatas). «Su cabeza es un hervidero de ideas», asegura su madre, Laura. A la hora de volcarlas en su blog, ella hace de guía. «No puedo decirle a mi hijo cuáles deben ser sus intereses e inquietudes, pero puedo ser su GPS y tutelarle hasta donde quiera llegar», cuenta. Que, en el caso de Tobias, es la Escuela Parsons. «He oído que es difícil entrar… Quiero estudiar moda y ser estilista». ¿Y famoso? «Ya lo soy. Un poco. Aunque aún me quedan muchos peldaños hasta serlo mundialmente».

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