Diez años en el armario de Letizia
Se cumplen 10 años del compromiso oficial de los príncipes. Ese día, doña Letizia vistió de Armani. Hoy, su estilo es otro. ¿Qué la ha hecho cambiar?
Las sandalias con tacón de madera, firmadas por Armand Basi y que doña Letizia llevó a la regata Breitling en Mallorca, «se agotaron en todas las tiendas», recuerda Matías Rodríguez, responsable de comunicación de la firma. El vestido rosa de Mango que eligió para visitar el centro de diseño de la compañía, también. Los salones en charol nude de Magrit, con los que llegó a los Premios Príncipe de Asturias de 2011, «ahora se fabrican de forma continuada», dice José María Amat, director de la casa. ¿Y qué hay del sombrero Cloche de Pablo y Mayaya que lució en la boda de Guillermo y Catalina? «La gente nos pedía el mismo, pero hacemos diseños exclusivos», cuenta Mayaya Cebrián, su creadora.
En referencia a este último, un clásico de inspiración años 20, la sombrerera relata que «lo eligió ella misma». Porque doña Letizia tiene las ideas claras. «Se deja aconsejar pero sabe lo que quiere. Y si no lo sabe, en cuanto le vas enseñando cosas, lo descubre», añade Cebrián. «Sus asesores nos consultaron hasta a qué altura de la frente debía llevar el tocado. Y debo decir que lo llevaba en el lugar exacto», comenta. Rodríguez apoya la opinión: «Si decide ponerse una prenda concreta, es porque se siente cómoda con ella. Si no, no lo haría». Por su parte, María Vázquez Lorca, consultora en Comunicación Política e Imagen Pública, comenta: «Ahora se arriesga menos, pero incluso cuando lo hace [como con la comentada blusa de leopardo que llevó el pasado día 21 de octubre] es consciente de ello. No se le escapa nada». Sabido es que Letizia tiene en cuenta hasta los más pequeños detalles. Por ejemplo, ha encargado zapatos de salón a medida a un artesano español en Madrid que cuentan con una plataforma interior para hacer mucho más llevaderos y cómodos los actos oficiales.
De Lorenzo Caprile, en el enlace de Federico y María de Dinamarca.
Cordon Press
En ocasiones, es una persona del equipo de la Casa Real quien se pone en contacto con las firmas, y les transmite «una petición concreta», nos revelan Iñaki y Aitor Muñoz, diseñadores de Ailanto. En otras, se desplaza hasta el showroom del diseñador o los creadores van a su casa. «Nosotros hemos ido a probarle complementos a ella y a sus amigas, tomando un té tan ricamente», desvelan Pablo y Mayaya.
Hoy, Letizia es una defensora a ultranza de la moda española. Y si la princesa lo lleva, el pueblo lo desea. «Es un icono nacional e internacional», afirma Quique Díaz, director de comunicación de Mascaró y Pretty Ballerinas. «Nueva Zelanda, Reino Unido, Alemania… Cuando ha llevado algo nuestro, la demanda en el extranjero se ha disparado», cuenta Cebrián. Otros se muestran más escépticos y no la ven como una it girl. «Si lo lleva Olivia Palermo, se agota. Si se lo pone Letizia, no llega a tanto», nos cuenta un diseñador que no quiere dar su nombre. Puede que hablar de icono de estilo sea exagerado –aunque la actriz Melissa George, famosa por su papel en Anatomía de Grey, la cite como fuente de inspiración sartorial–. «Tiene la percha, pero le falta el charm de la Middleton», nos cuentan entre bambalinas.
De lo que no hay duda es de que lo que viste doña Letizia tiene repercusión, algo beneficioso para las marcas y para ella. «Que vista firmas españolas tiene un efecto positivo en su imagen», asegura Verónica Baena Graciá, profesora titular de Marketing de la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Europea de Madrid. «E incluso ese efecto positivo no es tan importante como el impacto negativo que tendría si apareciese de forma continuada llevando marcas que no fuesen nacionales», concluye.
El vestido de Mango que llevó en la visita a sus oficinas se agotó.
Cordon Press
Tras su criticado debut público vestida con un traje blanco de Armani, Letizia ha convertido su vestuario en una apología de la Marca España. Pero no de cualquiera: de la más popular. «Aparecer comprando ropa de Mango, o incluso reciclando modelos, es un mensaje muy potente con el que se pretende que la opinión pública conozca cómo es su futura reina y cómo podría ser su reinado en comparación con el de doña Sofía», dice Vázquez Lorca. «Hacer ostentación en estos tiempos sería un error», apoya Baena. La propia princesa, durante una comida informal con periodistas, comentó que es perfectamente consciente de que no puede aparecer con un bolso de 2.000 euros colgado del brazo, tal y como arrecia la crisis en el país.
Sobre su evolución, María Vázquez dice: «Ha pasado de ser espontánea a estar estratégicamente diseñada para obtener resultados». Memorable fue su aparición, a principios de este año, en la entrega de premios de los Embajadores Honorarios de la Marca España. Se dice que eligió una falda roja, a juego con la corbata del príncipe, porque sabía que el photocall era amarillo: implícita quedaba la referencia a la bandera. Desde la Casa Real, no se pronuncian. Como todos sabemos ya, la discreción es la marca de la institución.
Hasta en tres looks ha reciclado este blazer de Mango.
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En la entrega de premios de Embajadores Honorarios de la Marca España, en febrero de este año.
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Para eventos más informales, Letizia confía en Aitor e Iñaki Muñoz, diseñadores de Ailanto.
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El sombrero de Pablo y Mayaya que llevó a la boda de Guillermo y Catalina disparó la demanda de la firma en el extranjero.
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Los letizios (el salón con plataforma que ha lucido en un sinfín de colores), ya son un superventas de Magrit.
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