De Ternua a Tenaya: el montañismo femenino cambia el rumbo de la ropa deportiva

Algunos señalan, sin equivocarse, que siempre ha habido mujeres presentes en la montaña, pero lo que se olvida mencionar es que hasta hace no mucho eran muy pocas. Había pocas alpinistas, pocas escaladoras, pocas corredoras o pocas esquiadoras de montaña en un mundillo sumamente masculinizado. Es un hecho que, afortunadamente, ha cambiado de forma radical… ¿Desde cuándo? Los fabricantes de ropa de montaña señalan un arranque o un despertar definitivo fechado hace una década, un impulso en el último lustro y una revolución desde la pandemia.

España es un país de montañas, de roca y de grandes mujeres referentes en muchas disciplinas: Josune Bereziartu fue la primera en alcanzar el noveno grado en escalada. En 2002, la guipuzcoana escaló la ruta Bain de Sang, en Suiza, y la imagen de la gesta sigue siendo icónica: viste una sencilla camiseta de Bruce Lee mientras parece levitar sobre una placa lisa de roca caliza. Viste como vestían los chicos entonces. Ni siquiera sus pies de gato, de la marca Tenaya, eran específicos de chica. Hoy, las escaladoras disponen de su propia estética, con tops, mallas, cascos o arneses diseñados para ellas. Nada ajena a este impulso, Zara acaba de presentar una colección cápsula de ropa de escalada en colaboración con la firma murciana Tenaya. Esta línea, señala Gerard Rebés, director de marketing de Tenaya, “habla directamente de una nueva era de la escalada con más oportunidades para la representación femenina en el deporte. El auge de la escalada está protagonizado en gran parte por mujeres jóvenes”.

Marc Díez abrió hace apenas año y medio una tienda exclusiva de la firma sueca Haglöfs en Andorra con una novedad: la mitad del producto que ofrece es para las mujeres y, de su volumen de ventas, el 60% es ropa de mujer. “Nuestro público femenino tira del carro y nos pide ropa técnica, específica y de alta calidad. Ya no dudan en comprar una chaqueta cortavientos e impermeable de 500 euros si eso es lo que precisa su actividad. El perfil de la compradora es de entre 25 y 28 años y de unos 50 que llevan toda su vida practicando montaña”. Desde la distribuidora de Haglöfs en España señalan un incremento del 16,3% en las ventas de ropa femenina de montaña en el último año, un salto enorme. Por primera vez, la firma lanzará la próxima temporada una colección específica para mujer, no una réplica de la colección para hombres: habrá productos que no tendrán su equivalencia masculina.

Edurne Pasaban se convirtió en 2010 en la primera mujer en pisar la cima de las 14 montañas más elevadas del planeta. Durante años fue una rara avis en los campos base del Himalaya y el Karakórum, en su mayoría pobladas por hombres. Ahora que acaba de cerrarse la temporada primaveral en el Everest, se ha registrado un aumento del 20% en los permisos de cima femeninos. Pasaban acaba de alcanzar el patrocinio de la firma vasca Ternua, que también asiste con una sonrisa al despegue del outdoor femenino. Eduardo Uribesalgo, miembro de la familia fundadora de la firma guipuzcoana y responsable de innovación y sostenibilidad, explica cómo ha cambiado el panorama: “Desde los inicios hubo una colección de mujer, pero más reducida. Para las prendas más técnicas hacíamos una colección unisex. Y así ha sido hasta hace casi seis años. Desde entonces hacemos colecciones diferenciadas en todas las categorías de producto. Hemos llegado a un 50%-50% porque hemos visto que en la última década se ha dado un crecimiento femenino en todos los deportes de montaña. Carreras, escalada, senderismo, alpinismo, montañismo… Estábamos obligados a satisfacer esta demanda y sus exigencias; las mujeres nos piden prendas técnicas y con características que se ajusten a sus necesidades”. Ternua ha crecido cerca de un 50% en las ventas de ropa femenina en los últimos cinco años. “No sé si la mujer está salvando la industria del outdoor, pero sí que está ayudando a que evolucione y su volumen crezca”, reconoce Uribesalgo.

  Foto: Cortesía de Haglöfs

El País Vasco, igual que Cataluña, Madrid o Valencia, es uno de los epicentros del montañismo nacional. Leire Martínez, responsable de una tienda de deportes de Irún, acogió la vestimenta y el calzado de montaña en su escaparate hace 21 años. Desde entonces sus ventas en este segmento no han dejado de crecer: “El periodo pospandémico nos ha regalado un auge en las ventas de zapatillas de trail, botas, chaquetas o pantalones de montaña. Las clientas son más exigentes y nos piden prendas técnicas, desean ir bien equipadas. Las ventas han aumentado un 25% desde que pasó el confinamiento”.