Cuando Madonna se quitó el corsé y demostró que una cazadora vaquera también podía ser provocativa

Madonna lleva en el candelero desde que publicó su primer álbum en solitario y lo bautizó con su mismo nombre en 1983. Casi cuatro décadas de carrera dan para mucho; musical y estéticamente hablando. Si la máxima –referida a su estilo– de un político entonces era la de crear una imagen perenne que pasase a la posteridad, para ejemplo la de Margaret Thatcher, la de la reina del pop fue la contraria. Madonna Louise Veronica Ciccone ha encandilado a sus fans en cada disco, gira y videoclip con una imagen diferente. La de Míchigan es una fuente inagotable de recursos. Un camaleón. Poseedora de una imaginación envidiable y difícil de hacer sombra; aunque los fans de otras divas del pop, o sus detractores, gusten de rebatir el liderazgo de la rubia más famosa de la industria.

En los años 80 Madonna se presentó al mundo como una especie de Marilyn de su década con vestidos de encaje, tutús, medias de redecilla, multitudinarios colgantes con cruces y un cinturón cuya hebilla rezaba “boy toy”. Gracias a sus letras y sus estilismos la intérprete de Like a Virgin cuestionó numerosos patrones sociales incuestionables y rompió numerosas barreras impuestas a su género. El armario de Madonna durante la siguiente década, la de los noventa, estuvo dominado por los corsés de Jean Paul Gaultier con sus reconocidísimos pechos en forma de cono. Monroe seguía presente en su estética gracias a los rizos platino, el maquillaje blanco y el lunar dibujado sobre el labio. En 1998 Madonna dio un golpe de timón. Tenemos que hablar del estilo minimalista de Madonna en el videoclip de Ray of Light.

El 3 de marzo de 1998 Madonna lanzó su séptimo álbum de estudio, Ray of Light, en el que estuvo trabajando desde que se convirtió en madre de su primera hija, Lola Leon, en 1996. En la portada de esta pieza aparece la cantante de perfil con la cara ligeramente ladeada, con el pelo más oscuro, discretamente maquillada y vestida con una blusa de seda en color azul. Una imagen que contrasta con la carátula de su anterior trabajo, Bedtime Stories, en la que Madonna viste ropa de cama de encaje y está maquillada con los labios en granate, las cejas dibujadas y los ojos enmarcados en negro. Parece una de las versiones artísticas de Andy Warhol sobre Marilyn Monroe.

En el videoclip de la canción que da título al disco, y que presentó como segundo single, Madonna mantiene esta nueva esencia de la portada que persigue la erradicación de todo lo superfluo. Vestida con una chaqueta vaquera y un pantalón a juego con cintura de lentejuelas y sandalias de tiras de cuero negro la intérprete recita el mítico “Quicker tan a ray of light” al ritmo de la música. Sólo hay un único cambio de vestuario que se reduce a una prenda. Mientras la artista baila sobre un suelo de luces de color en una discoteca rodeada de bailarines la camisa de denim es sustituida por una camiseta blanca sin mangas. El epitome del minimalismo atribuido a la juventud.

Con este álbum Madonna cosechó buenísimas críticas. Catalogado como un álbum de pop y dance incorpora elementos de techno, house, rock y música clásica. Prácticamente toda la industria lo defendió como la obra más completa y mejor realizada de la estadounidense hasta la fecha. Ray of Lights ganó cuatro Premios Grammy de los seis a los que estaba nominado.

Además Madonna, con 40 años, se impuso a una industria, la de las estrellas del pop, dominada entonces por dos adolescentes, Britney Spears y Christina Aguilera. Con el citado conjunto vaquero Madonna legitimó el discurso que censuraba entonces que el denim fuese una tela informal para uso exclusivo de la gente joven. Volvió a romper estereotipos como el de que una madre no puede enseñar el ombligo; porque en el videoclip Madonna viste una chaqueta vaquera pero prácticamente no la lleva abrochada. Cuando se repasa la trayectoria estética de Madonna es difícil no caer en la parodia o en la ridiculización de un pasado que a los ojos de hoy nos parece peor, por eso muchas veces se obvia Ray of Light aunque sea fundamental para hacer una foto completa de la cantante. Su primera etapa sirvió para inspirar a la juventud, la de Ray of Light para celebrar la madurez y reivindicar que la tela vaquera no tiene edad y todo bajo un halo de aparente ausencia de provocación.