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Símbolo de estatus y pieza funcional en el día a día: la exhibición que desentraña el poder imbatible del bolso

«Queríamos resaltar cómo ciertas actitudes y valores son universales», cuenta Lucia Savi, comisaria de la exposición estrella en el Victoria & Albert este invierno, Bags: Inside Out.

Sarah Jessica Parker con un bolso Baguette de Fendi en un capítulo de 'Sexo en Nueva York' en 1999.
Sarah Jessica Parker con un bolso Baguette de Fendi en un capítulo de 'Sexo en Nueva York' en 1999.cordon press
Patricia Rodríguez

“En algunos países africanos los intrincados bolsos de cuentas de colores representaban el alto rango de los miembros de la sociedad y a menudo se llevaban alrededor del cuello”, explica Lucia Savi, comisaria de la exhibición temporal Bags: Inside Out que acaba de abrir sus puertas en el museo Victoria & Albert de Londres con todas las entradas vendidas para las próximas semanas. El bolso como símbolo de estatus no es un invento moderno: “En China se escenificaba con el tipo de bolsitas que llevaban colgando de la faja, con los materiales empleados para confeccionarlas y decorarlas”. Tampoco es un accesorio exclusivo del armario femenino. “A pesar de su variedad y complejidad, cuando escuchamos la palabra bolso, la asociamos casi inmediata y exclusivamente con mujeres”, añade, “con esta exposición quería desafiar esa noción”.

Complementos cargados de significado, por un lado son un lienzo visible con el que presentarse al mundo, pero también piezas funcionales empleadas a diario. “Creo que lo que hace que sean objetos tan fascinantes es su doble naturaleza: pueden ser artículos muy personales, para llevar nuestras posesiones, pero al mismo tiempo están presentes en la esfera pública, destacando quién somos y quién aspiramos a ser”.

Ni los microbolsos ni los bolsos con mensaje son un invento moderno. En la imagen, a la izda., una chatelaine, un broche decorativo para el cinturón (1863-85); a la dcha., una limosnera confeccionada por la Female Society for Birmingham (1825) contra la practica de la esclavitud.
Ni los microbolsos ni los bolsos con mensaje son un invento moderno. En la imagen, a la izda., una chatelaine, un broche decorativo para el cinturón (1863-85); a la dcha., una limosnera confeccionada por la Female Society for Birmingham (1825) contra la practica de la esclavitud.cortesía del museo victoria & albert

El museo expone 300 ejemplos para conquistar a cualquier idólatra del accesorio: creaciones desde el siglo XVI hasta hoy, de diversos rincones del mundo. El maletín rojo de Winston Churchill, la cartera favorita de Margaret Thatcher, un bolso de mano de principios del XVIII con un mensaje a favor de la abolición de la esclavitud, el Alexa de Mulberry de la mujer que lo bautizó, Alexa Chung… O el primer Birkin de Hermès, creado en 1984, que aún conserva las iniciales de su dueña, Jane Birkin, y las pegatinas con las que lo decoró.

En los cincuenta y sesenta, actrices de Hollywood y celebridades como Grace Kelly y Jacqueline Kennedy Onassis eran tan influyentes que sus bolsos favoritos fueron rebautizados en su honor: “El Kelly de Hermès y el Jackie de Gucci se convirtieron en unos objetos icónicos que han mantenido su allure y deseabilidad desde entonces”. Pero cuando realmente la industria explora el poder del star system para vender bolsos es a partir de los años noventa, con el advenimiento del sacro it bag, “cuando ciertos bolsos se convierten en el símbolo último del consumo conspicuo. Por aquel entonces el Lady Dior personificaba la exclusividad al estar asociado a la princesa Diana mientras que la Baguette de Fendi o el Saddle de Dior eran inmortalizados por Sarah Jessica Parker en la serie estadounidense Sexo en Nueva York”. Los bolsos de lujo se convirtieron entonces en elementos tan poderosos como las imágenes de personalidades a las que se asociaban. La Baguette de lentejuelas morada que le roban a Carrie Bradshaw en uno de los capítulos más famosos de Sexo en Nueva York aparecerá en las vitrinas de la exposición que comisaria Savi: “Entre 1997 y 2007 se vendieron alrededor de 600.000 modelos de este bolso”.

Mitomanías a parte, “al yuxtaponer modelos de distintas épocas y lugares, queríamos resaltar cómo ciertas actitudes y valores son universales”, indica la experta. Todo para evidenciar la importancia de los bolsos como reflejo relevante en la vida de hombres y mujeres de todo el mundo, “objetos que han llevado consigo tanto en su día a día, como en momentos importantes”.

Grace Kelly con el bolso de Hermès al que dio nombre.
Grace Kelly con el bolso de Hermès al que dio nombre.Allan Grant /The LIFE Images Collection /Getty Images, Victoria and Albert Museum, Londres

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Sobre la firma

Patricia Rodríguez
Periodista de moda y belleza. En 2007 creó uno de los primeros blogs de moda en España y desde entonces ha desarrollado la mayor parte de su carrera en medios digitales. Forma parte del equipo de S Moda desde 2017.

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