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«Si notas el peso es que no es la adecuada»: claves para usar la copa menstrual sin dañar el suelo pélvico

La colocación o la elección de la talla son algunas de las recomendaciones para que la copa no cause disconfort vaginal. Dos ginecólogas y una fisioterapeuta especializada en suelo pélvico nos aconsejan sobre su uso.

Woman holding a pink menstrual cup on blue background
Getty (Getty Images)

En un mercado que ha explotado durante años esa primera necesidad que son los productos de higiene para las personas menstruantes, y que lo ha hecho con discursos que alimentaban el tabú de la regla, con precios prohibitivos y sin respetar el cuerpo o el medio ambiente; la llegada de la copa menstrual supuso un triunfo. Hace una década esta se abrió hueco tímidamente en las estanterías de los sex shop y ahora convive en los supermercados entre compresas y tampones como una alternativa más. Según un estudio de YouGov de 2019, aunque de momento en España solo un 9% de las personas que tienen la regla la utiliza, entre quienes tienen 25 y 34 años la cifra asciende a un 17%. Siendo además el producto con mayor tasa de consideración: el 31% de las personas encuestadas está pensando en usarla. Demostrada su eficacia también por la comunidad científica, ¿qué se sabe sobre la relación entre su uso y la salud del suelo pélvico?

“De momento no hay ningún artículo ni estudio publicado que relacione el uso de la copa menstrual con la aparición de patología a nivel del suelo pélvico”, explica a S Moda la ginecóloga Lara Quintas, especialista en dolor pélvico crónico y disfunciones pelvi-perineales en el Centro Women’s de Barcelona.

“Hay que tener en cuenta que nuestro suelo pélvico es una estructura constituida por músculo fascia, ligamentos y tendones que está sosteniendo todo el peso de nuestro tronco y que responde a muchos cambios, como el ciclo menstrual, la excitación y/o el orgasmo, el embarazo, el parto, la menopausia o la posmenopausia”, detalla la Dra. Zuramis Estrada Blanco, ginecóloga y especialista en desórdenes de suelo pélvico. Ambas ginecólogas recalcan que, teniendo en cuenta estos factores, son muchas las ventajas que proporciona el uso de la copa.

“Evita irritaciones o sequedad en las paredes vaginales, respeta el medio ambiente, es cómoda. Al estar libre de químicos no altera la flora vaginal, permite un uso prolongado (hasta 12 horas), es económica (ahorras dinero) y hay diferentes tallas que se adaptan a cada vagina”, enumera Estrada Blanco. “Y, además, nos ‘reconcilia’ con nuestros genitales a través de la palpación y el autoconocimiento”. Sin embargo, hay casos en los que quienes la usan pueden notar cierta molestia, escapes o el propio peso de la copa al caminar o realizar actividades físicas. Esto, explican las expertas, puede deberse a que se no se está haciendo un uso apropiado.

“Si notas el peso o molestia es que no es la copa adecuada para ti”, apunta Pilar Pons, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y vaginismo. Según explica, esto puede deberse a una cuestión de talla o de colocación. “Lo primero es encontrar la talla, esto va a depender de la edad, de si se ha tenido un parto, de la cantidad de flujo o de la constitución de la persona”. Un tamaño pequeño puede hacer que la copa no sea efectiva y que haya pérdidas de sangre, o incluso que caiga después de ser colocada. Un tamaño grande puede provocar dolor, disconfort vaginal o dificultad al colocarla y retirarla. “Es importante sacar el vacío antes de retirarla para evitar lesionar nuestro suelo pélvico”, añade Lara Quintas.

“Si no se consigue colocar bien, es recomendable consultar con alguna especialista o con una amiga experimentada”, propone Pons. En su consulta, donde trata a pacientes que padecen vaginismo (contracción de la musculatura del suelo pélvico que rodea a la vagina y que causa dolor), llegar a colocarse la copa sin padecer molestias es en muchos casos uno de los objetivos que motivan la visita. “Empezamos primero con el tampón porque es pequeñito y alargado, pero hoy en día hay algunas copas que son productos increíbles. Ergonómicas, elásticas e incluso un poco torcidas, que simulan muy bien la forma de la vagina, que no es un canal recto, y se adaptan muy bien”.

“Otra cuestión importante y que mucha gente desconoce de cara a ganar comodidad y confort vaginal con y sin el uso de la copa, es que haya una buena hidratación en la vulva y en la entrada de la vagina”, apunta la fisioterapeuta. “Es clave en todas las edades, desde jóvenes a mayores”. Un truco para conseguirla es “aplicar aceite hidratante e introducir la primera falange del dedo pulgar en la entrada de la vagina y dar un masajito. Solo con eso ganamos una barbaridad”. Una vagina sana, explica, es una vagina “abierta, normal y flexible para, por lo menos, poder hacer una revisión ginecológica normal sin dolor”.

Para prevenir en salud y potenciar el suelo pélvico, la Dra. Zuramis Estrada da esta serie de recomendaciones: evaluación especializada para conocer cómo se debe trabajar en cada caso, autopalpación, realización de ejercicios de kegel o hipopresivos, evitar en la medida de lo posible el estreñimiento o conductas como cortar el chorro de orina y aguantar cuando se tiene ganas de ir al baño. También considera evitar el sobrepeso o los ejercicios de impacto si no se tiene controlado el suelo pélvico y, en caso de que sea necesario, recurrir a terapias complementarias para potenciar los tejidos, como la radiofrecuencia o la magnetoterapia. Y concluye: “Algo tan primario como tener orgasmos también nos ayuda a entrenar el suelo pélvico”.

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