«Un gel de ducha barato de súper puede atenuar los efectos de tu hidratante»
Hablamos con Tahone Jacobs, fundadora de Per Purr, una firma 100% «made in Spain» que fabrica a mano jabones, exfoliantes y aceites naturales que potencian la acción de cualquier tratamiento.
Es habitual pensar que la rutina de cuidado del cutis comienza con una crema. Sin embargo, un nuevo enfoque de la belleza, más holístico, dice que una piel sana y bonita comienza en el momento en que nos levantamos por la mañana y nos ponemos bajo la ducha. Que una piel limpia e hidratada es el mejor lienzo posible para absorber y potenciar los beneficios de cualquier tratamiento. Que en el baño no hacen falta tantos cosméticos, sino ingredientes naturales y de calidad. Y que un consumo sostenible, con menos residuos para el planeta y con menos químicos para la piel, es la clave de una nueva belleza. Una de las impulsoras de la nueva cosmética con conciencia es Tahone Jacobs, una brasileña que vino a Madrid para fundar en 2013 Per Purr, una marca de cosmética orgánica que propone un cambio en la rutina de aseo personal, no solo haciéndola más eficiente, sino haciendo de ella un ritual diario de bienestar que empieza con en la ducha.
“No es raro encontrar en un cuarto de baño una carísima crema antiedad al lado de un gel de oferta del súper, cuando es muy probable que dicho jabón esté contrarrestando parte de la efectividad de la crema”, explican desde la marca. “La verdad es que sabemos muy poco a cerca del jabón nuestro de cada día. Será por eso que no le damos la importancia que merece y que en realidad tiene. Desde Per Purr nos gusta recordar que el jabón no solo limpia, sino que, además, sirve de base a la correcta nutrición, preparando la piel para recibir los demás nutrientes que le aportarán el resto de cosméticos”.
Jacobs se autodeclara “adicta” a leer las etiquetas de los cosméticos desde niña: “Soy de la época en que las cremas solares llevaban PABA –protectores solares con filtro químico–. No se hablaba de alergia por la cosmética, ni en los niños: así sufrimos los atópicos nacidos en los 80, o antes. Vivía con picores, dermatitis y sequedad”, nos cuenta. De ahí que aprendiera a hacer jabón casero, como hacían las abuelas, en la cocina de su casa. Años después de investigar de manera autodidacta la cosmética natural, decidió crear su propia marca bajo dos principios: ingredientes botánicos y elaboración artesanal.
Con esta filosofía de minimalismo eficiente, la firma elabora de principio a fin, a mano y en su nave madrileña, nueve jabones en pastilla cuyos ingredientes principales son naturales para que la limpieza sea el primer paso de cuidado de la piel. Ante los principios activos obtenidos en laboratorio que la cosmética ha abanderado durante décadas (principalmente excipientes para aportar textura, colorantes y perfumes sintéticos), esta marca propone aceites esenciales como el de hierba-limón (con propiedades reafirmantes y tonificantes) o verbena (que ayuda contra el insomnio y las migrañas) combindos con manteca de mango orgánica (con acción emoliente naturale y una alta capacidad antioxidante, ayuda en la cicatrización de heridas y en la regeneración de la piel) como la fórmula de su jabón Detox, o como su jabón hidratante y tonificante Greeny, que ayuda a controlar el exceso de sebo en la piel y que contiene tres ingredientes naturales principales: aceite de hojas de té verde (un potente compuesto natural para tratar las condiciones que causan enrojecimiento e inflamación de la piel por golpes, ampollas, llagas y granos dolorosos), aceite esencial de la planta del té (con efecto antiséptico triple contra bacterias, hongos y virus, y acción cicatrizante, antiinflamatoria, desodorante y expectorante) y manteca de mango orgánica. A partir de ahí, la piel está lista para cualquier tratamiento.
Nos cuenta Jacobs que su primer producto estrella fue un exfoliante de sales finamente pulverizadas del Himalaya (concretamente, sal rosa extraída de un depósito de 250 millones de años), del Mar Muerto y de Epsom, que “deja la piel muy hidratada y suave, relaja los músculos y mejora el ánimo por su olor único de litsea”, algo así como mindfulness aplicado a la cosmética. Más tarde lanzaron la línea capilar sin sulfatos ni parabenos con champús hidratantes y de arcilla, una mascarilla y varios acondicionadores (“un éxito, pues hay muchos productos capilares naturales pero no te dejan el pelo tan bonito. Te lo dejan seco y el color triste. El nuestro, además de garantizar brillo y un cuero cabelludo sano, hace una espuma buenísima”, dice Jacobs). La gama se completa con una selección de aceites faciales y corporales, y una línea de sales de baño.
Esta nueva belleza se basa en la vuelta a los orígenes, sustituyendo la utilización de componentes sintéticos por fórmulas naturales artesanas. “Es un movimiento algo nuevo, principalmente en España. Pero vemos que algunos países (como los escandinavos) llevan años apostando por un consumo sostenible y de calidad. Apuestan por lo sencillo. Teniendo en cuenta el momento que estamos viviendo, en el que damos más valor al tiempo y a la gente que queremos, viene el concepto de vivir en una casa “cozy”, o el “hygge” del que tanto hablan los daneses. Una casa con colores y muebles naturales. Una alimentación más sana y más tiempo para comer tranquilamente. Un tiempo dedicado a ti, a mantenerte, a cuidar de tu piel y la de tu familia. Estos son los momentos en los que entra la cosmética natural”, resume Jacobs.
Mientras dure el estado alarma, la firma quiere estimular que la gente se lave más las manos, por ello ofrecen un 25% de descuento en todas las pastillas, y un 20% en los geles.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.