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Secos, agrietados e hinchados: remedios caseros y de especialista para recuperar los pies de los daños del verano

Las sandalias, el calor y la arena de la playa afectan negativamente. Tres especialistas nos dan sus consejos para tratar los problemas surgidos.

Los pies se resienten especialmente en verano.
Los pies se resienten especialmente en verano.getty
Javier Caballero

El 70% de los españoles sufre problemas en los pies. El 80% de los afectados son mujeres, por lo que se suelen asociar estos trastornos con el tipo de zapato utilizado. Así se desprende de diversos estudios, como los del servicio de reumatología del Hospital del Mar de Barcelona de 2015 o la Asociación Española de Cirugía Podológica de 2018. Ambos concluyen en cifras y causas similares.

Estas alteraciones pueden ir desde tendinitis a otros como los juanetes o las grietas. En verano se sufren muchas de ellas. El abuso de sandalias y chanclas, las altas temperaturas y superficies como la arena afectan a los pies, que reciben el otoño en condiciones nefastas. Sin embargo, con un correcto cuidado, muchas de ellas tienen solución.

Así afecta el verano a los pies

Paz Torralba, directora de The Beauty Concept, nos cuenta cómo daña un uso excesivo de sandalias y chanclas al soporte de nuestro cuerpo. «El contacto muy estrecho con el asfalto y otras superficies puede provocar grietas», comienza. «Da igual lo cómodos que resulten, si se llevan a diario, los talones sufren». Lo más importante para la experta es resaltar que no son un simple problema estético: también de salud. «A partir de ahí, pueden rajarse los pies, convertirse en heridas que sangran y, como son terminaciones, es complicado cicatrizar».

Por otro lado, este calzado abierto los expone más a la radiación solar. «Los pies son los grandes olvidados en la protección solar», advierte la experta. «La piel es muy fina, sufre en exceso, rápidamente se pone roja y se quema, salen ampollas y quemaduras». Estas quemaduras y ampollas, después de curarse, pueden pigmentarse y convertirse en manchas. «Parecen un tatuaje».

El calor de esta época influye en la sudoración, que aumenta. En el peor de los casos, pueden aparecer hongos al crear un clima propicio para su expansión: la humedad. En el menos malo de los casos, se llega a la sequedad. «Al pasar de una temperatura muy elevada a un espacio con aire acondicionado, se sufre una deshidratación profunda», avisa Torralba. Además, estos grados de más dilatan los vasos sanguíneos, dificultando el retorno de la sangre. «Los pies se enrojecen y quienes normalmente sufren de hinchazón, se agrava el problema».

El arena de la playa es el otro gran enemigo a combatir. «Produce fricción que puede agravar las heridas y grietas, en especial cuando salimos del agua», advierte la directora del centro. «Mezclada con la crema solar, se produce un batiburrillo de suciedad. El producto que antes nos protegía, al terminar el día debe retirarse por completo».

Soluciones en casa y en el centro

Si no se han seguido los consejos profesionales durante el verano, se pueden cumplir a la vuelta para solucionar los problemas surgidos. Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza, incide en la importancia de la hidratación. «Después del verano, se debe hidratar bien toda la piel corporal, y esa misma crema que utilicemos será perfecta también para tratar los pies y reequilibrar sus nutrientes», dice.

Torralba se muestra de acuerdo con esta idea, aunque prefiere productos específicos para los pies. «La piel es más fina, como sucede con el contorno. Pero entiendo que muchas veces supone un gasto excesivo que no se puede asumir. En ese caso, mejor apostar por las corporales que nada».

Elisabeth San Gregorio, responsable de formación de Medik8, confía en los principios renovadores para las durezas y la sequedad. «Un elemento clave será el retinol. Por la noche, antes de dormir, podremos aplicar en los pies limpios unas gotas de esta sustancia, siguiendo a nuestra rutina facial, y veremos cómo ofrece grandes efectos en la textura de la piel».

Para las grietas y heridas producidas por el calzado, Torralba nos da un truco casero. «Si están abiertas, primero desinfectaremos con algún antiséptico. Después, por la noche, podemos untar el pie y en especial el talón con una capa gruesa de vaselina pura, poner un calcetín y dormir con ellos. Esto último es imprescindible pues si no perdemos el producto en las sábanas. Regenera de forma muy eficaz la piel».

La especie de tatuaje que puede surgir tras la regeneración de una ampolla o una quemadura se trata en cabina. Y se debe hacer en cuanto se aprecia. «Como no se ve en invierno, muchas pacientes lo ignoran. Preguntan un año después, cuando se ha asentado y resulta más complicado eliminarlo», apunta Torralba. La profesional lo compara con las estrías, que también se pueden eliminar en cabina. «Son más fáciles de quitar cuando aparecen y presentan un color rojizo que cuando pasan a blanco».

En verano disponemos, además, de un sanador natural: el mar. «Recomiendo baños de sal semanales a todos nuestros clientes porque eliminan muchas toxinas. En la playa, te sumerges cuando tienes calor, el poro está abierto y empiezan a salir», destaca Torralba.

Aparte de estos baños que se pueden realizar con el agua del grifo y la sal común, la profesional nos chiva otro remedio casero. «Preparar una vez a la semana un barreño con agua y unas gotas de árbol de té. Disfrutaremos de unos minutos de relax y de sus propiedades bactericidas». Luego, un peeling, también una vez por semana. «Debemos renovar la piel, así las cremas penetrarán mejor». Y, una vez al mes, tratamiento en cabina. «En el centro, cortaremos bien las uñas, que no se suele hacer correctamente y son un foco de infecciones. Preparamos un cóctel de sueros personalizados según las necesidades del cliente. Y damos un masaje de una hora, que es lo que debe durar para ser efectivo, donde ayudamos a la penetración de activos y a estimular la circulación sanguínea».

Torralba, para finalizar, lanza un consejo. «En los pies se reflejan hasta 200 puntos de nuestro organismo. A través de ellos se pueden descubrir enfermedades, saber cómo se encuentran nuestros órganos… Recomiendo dedicarles tiempo, más por salud que por estética».

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