¿Se puede justificar que un serúm cueste más de 1000 euros?

El sérum JK7 nació de un proyecto de investigación de 7 años en los que su fundador, Jurgen Klein, ha dedicado a probar cada uno de los más de 70 ingredientes naturales que contiene el producto. Este producto está hecho a base de aceites esenciales como el jazmín, la rosa, la camomila, el sándalo o el Ylang Ylang. Todos ellos, se combinan con liposomas a base de hierbas naturales, proteínas y péptidos. Pero, quizás, lo que realmente sorprenda de este producto no es su composición sino su precio: el envase de JK7 de 15 ml cuesta 1.200 dólares y el de 30 ml asciende a los 1.800. (1113 euros y 1670 euros respectivamente)

Pagar tal cantidad de dinero por un cosmético puede parecer una locura, por eso desde la marca lo justifican asegurando que uno de los ingredientes estrella que encarece el producto es la utilización del extracto de la cáscara de la fruta de mangostán, un componente que según un estudio científico publicado en el National Institutes of Health tiene unas propiedades excelentes para la piel.

Alia Kennedy, sales manager del producto, asegura que JK7 es un sérum 100% natural y orgánico que contiene ingredientes de alta calidad y rendimiento. “Nos apoyamos en el estudio de los mejores ingredientes disponibles, los métodos de fabricación a mano y la investigación científica, como es el caso de la corteza de la fruta de mangostán”, comenta Kennedy. “Es un producto que no lleva rellenos y tampoco está testado en animales”, matiza.

Sin embargo, ¿hasta qué punto un cosmético puede justificar su alto precio? La Dra. Mayte Truchuelo, miembro de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), apoya la teoría de que hay distintos extractos naturales y también de frutas, que han demostrado ayudar en el rejuvenecimiento cutáneo. “Los más conocidos son los ácidos cítricos como la vitamina C, con propiedades antioxidantes, anti-manchas, exfoliantes etc.; el ácido mágico derivado de la manzana con propiedades exfoliantes, antisépticas y despigmentantes o el ácido ferúlico, de origen vegetal, también con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, despigmentantes y fotoprotectoras”, explica la experta.

No obstante, el precio no tendría por qué indicar si un sérum es más efectivo o menos. “Lo que determina la eficacia es la composición, que por ley debe aparecer en el envase de todo producto», asevera Truchuelo. “Si la composición es interesante y se ha demostrado con estudios los beneficios estructurales en la piel, será un sérum bueno, con independencia del precio.”, añade.

Además, esta dermatóloga recomienda que los principios activos se garanticen. “Deben estar bien extraídos, conservados y tienen que penetrar adecuadamente empleando liposomas o nanotecnología, aparte de tener una buena formulación y conservantes. Todo esto, encarece la fórmula”, concluye.

Matt. R. Kaeberlein, presidente de la American Aging Association (AGE), apunta en su página web que el colágeno y la elastina apoyan el rejuvenecimiento de la piel dado que se produce una actividad anti-glicación, es decir, un proceso anti- aging. Sin embargo, recoge que aún no existen evidencias científicas de que un producto pueda afectar directamente a todo el proceso de envejecimiento.

A pesar de todo, en el mercado surgen continuamente productos innovadores que presumen de eficacia cuando lo cierto es que un sérum, por sí solo, no es un producto milagroso. La dra. Sandra Ibáñez, dermatóloga de la Clínica Dermatológica Internacional, nos comenta que existen multitud de sérums muy diferentes pero que son de alta calidad coinciden en su alta concentración de componentes. “Los más eficaces son los de absorción rápida, inmediata y de reparación profunda, aunque no deben usarse solos, sino complementarse con alguna crema”, recomienda Ibáñez. Además, no debemos olvidar que el estilo de vida, la alimentación, el tabaco, el alcohol, incluso, una correcta higiene facial son elementos clave para mantener una piel joven.