Látex líquido y otros trucos para pintarte las uñas de tu mano dominante (la que siempre queda mal)
Unas sencillas técnicas para controlar el pulso y varios consejos expertos pueden evitar el desastre.
Incluso los llamados nail artists, profesionales de la manicura elevados a artistas, admiten que no es fácil. Seas diestro o zurdo, esmaltar bien la mano dominante es una tarea que exige pulso, concentración y cierta técnica, algo que es más sencillo de decir que de llevar a la práctica. Sin embargo, existe una serie de trucos que pueden ayudarte a obtener un resultado mejor y más duradero.
Antes de empezar…
La clave para conseguir una manicura bonita es la preparación. Si es posible, en días previos a la manicura, cuida tus cutículas. Las cutículas protegen las uñas de las bacterias, por lo que si se dañan pueden dejar una puerta abierta a las infecciones, con lo que mantenerlas sanas es muy importante. Un consejo doméstico de los profesionales es sumergir las manos en agua tibia con jabón o unas gotas de aceite de oliva durante unos 10 minutos varios días por semana para mantener las cutículas blandas y las uñas limpias. Además, es una buena idea aplicar aceite hidratante para cutículas (hay muchos en el mercado, como Huile Abricot de Dior, Aceite Nutritivo de Uñas y Cutículas Karité de L’Occitane u OPI Pro Spa Aceite para Uñas y Cutículas) para prevenir que se sequen y se resquebrajen.
“Es muy importante hacer una buena preparación de la uña con una exfoliación al lado de las cutículas, para retirar lo que haga falta y después pulir la uña con una lima de cara suave, con un gramaje tipo 100, y si está muy estriada, con uno de 180”, nos explica Lucero Hurtado, embajadora de OPI y manicurista de celebridades como Penélope Cruz o Ana de Armas. “Lo primordial es hacerlo muy suavemente para que no se estropee la uña: poner una base fortalecedora e hidratar las uñas antes de empezar”, añade. Al eterno dilema de si cortar o no las cutículas, los profesionales recomiendan no hacerlo, y simplemente retirarlas, ya que si no se domina la técnica, es muy probable hacer alguna herida que alimente alguna infección.
Cierra las ventanas.
Puede sonar sorprendente, pero si vas a hacerte la manicura en casa, lo ideal es que escojas un lugar donde no haya corriente de aire, para evitar que aparezcan indeseadas burbujas en el esmalte a la hora de aplicarlo.
El látex líquido: tu mejor aliado.
Este producto, que se puede encontrar fácilmente en Amazon, Sephora y en droguerías, es básicamente un gel meloso que se puede aplicar alrededor de las uñas antes de la capa de color. Cuando se seca se convierte en un sólido elástico y fino, que actúa como una barrera entre el esmalte y la piel o las cutículas. Una vez maquillada la uña es muy sencillo de retirar: basta con despegarlo tirando de él con los dedos.
“Estas bases peel off son perfectas para quienes no tienen demasiada práctica, y muy especialmente para maquillar la mano dominante. Es un muy buen truco que aporta control y hace que esmaltar sea mucho más cómodo. Una vez hemos terminado, esa base se quita como si fuese una goma, dejando la piel limpia de esmalte”, cuenta Teresa Martín, maquilladora y creadora de la asesoría de belleza Beauty Inside.
Elige un color suave.
Para adquirir práctica pintando la mano dominante, es mejor hacerlo con un tono suave que no dé tanta impresión a la hora de perfeccionar los bordes como los clásicos rojos. Y aunque aplicar el color suele ser el paso más emocionante, los profesionales recomiendan siempre pincelar primero una capa de base para que ese tono dure más tiempo.
Una vez todo preparado… empieza por la mano difícil.
Si te preocupa estropear la manicura al pintar con tu mano no dominante, prueba a hacer esta primero: así te quitas la parte difícil cuanto antes y el resto de la manicura te resultará mucho más sencilla. Ten en cuenta que es más sencillo perfeccionar una uña ovalada o redondeada (que además estiliza el dedo) que una con forma stiletto o cuadrada. Y recuerda, desde el principio, que solo quieres pintar en una dirección: no importa si se trata de la base, del color o del brillo, si mueves el pincel en distintos sentidos estarás creando pequeñas hendiduras que pueden llevar a la descamación o rotura de la capa de color.
Trabaja en secciones pequeñas.
En lugar de deslizar una capa en una sola pasada, intenta aplicar el esmalte con pasos más pequeños, algo que puede ayudarte a una aplicación más precisa, algo muy útil cuando se está haciendo un ejercicio de pulso. “Siempre empiezo en el centro de la uña y después voy hacia los laterales, con cuidado de no manchar la piel. Un buen truco para controlar mejor el acabado es que la primera capa de color no llegue a cubrir los extremos laterales, así dejamos la uña bastante cubierta y con un retoque en la segunda capa, es suficiente”, revela Teresa Martín.
Recuerda: menos es más.
“Siempre aplico cuatro capas en total: una de base, dos de color y una de brillo o top coat”, dice Teresa Martín. De hecho, uno de los errores más comunes a la hora de aplicar el esmalte es utilizar excesivo producto. “Al repasar el esmalte siempre es mejor hacerlo con las mínimas capas”, coincide Lucero Hurtado.
Controla el pulso.
Los nail artists cuentan con sus propios trucos para mantener la mano firme. El primero consiste en elegir una base estable, como la superficie recta de una mesa, para evitar que los codos o los antebrazos tiemblen. “Una buena postura es mantener el esmalte muy cerca de la mano que vamos a pintar y tener como punto de sujeción el dedo meñique”, recomienda Lucero Hurtado. El gesto es sencillo: se sostiene el pincel con la mano no dominante, se fija el meñique en la superficie para que mantenga la mano que trabaja estable, y se mueven solamente los dedos índice y pulgar para aplicar el producto. Esto aporta un mayor control frente a esmaltar a mano alzada.
Otro consejo para mantener la estabilidad de la mano está en el libro de la manicurista de las celebridades Gina Edwards: “Un gran truco es usar un bloque de yoga o una caja de zapatos para anclar el brazo y así mantener la estabilidad”, dice.
Ten a mano un lápiz corrector.
“Aunque utilizo más las bases peel off, hay otra alternativa que funciona muy bien: los lápices correctores son magníficos para limpiar los trazos indeseados alrededor de la uña”, recomienda Teresa Martín. A diferencia del clásico truco del bastoncillo de algodón impregnado en quitaesmalte, este tipo de lápices tienen una forma del cabezal pensada especialmente para llegar a todas las zonas alrededor de la uña con facilidad. Hay que tener en cuenta, eso sí, que el lápiz quedará algo teñido del color del esmalte, con lo que es recomendable pasarlo inmediatamente por un pañuelo de papel para mantenerlo limpio el mayor tiempo posible.
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