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Dormir con almohada de seda para evitar el encrespamiento y otros trucos de belleza que aprendimos de Jackie Kennedy

Sus trucos de belleza siguen siendo tan actuales como hace medio siglo.

Jacqueline Kennedy
Jacqueline KennedyMichael Ochs / Getty

Jackeline Kennedy Onassis –o Jackie O,como se la conocía popularmente–, fue y sigue siendo un icono de elegancia y belleza. Sus trucos de belleza siguen siendo tan actuales como hace medio siglo.

El truco estaba en la almohada

Jackie no inventó el peinado bouffant, esa media melena cardada y estática que caía suavemente sobre el rostro y le confería una personalidad a prueba de paparazi. El artífice fue su peluquero, Kenneth Battelle, un estilista de Manhattan en cuya selecta agenda de clientas también estaban Katharine Hepburn, Marilyn Monroe, Lauren Bacall, Judy Garland o Gloria Vanderbilt. A Battelle no le terminaba de convencer la melena lisa de la joven Jackie. Tampoco, el sombrero de A-class girl que tanto solía lucir en los primeros tiempos. Jackie debía mostrar estilo y personalidad y su pelo debía estar a la altura. “El cabello debería ser como un tejido. La luz debe atravesarlo y tienen que darte ganas de posar tu mano sobre él”.

En tres palabras,  necesitaba volumen, firmeza y control. Y en los 60 eso se lograba a base de rulos y laca. Hay, sin embargo, un tercer elemento menos conocido en esta rutina de belleza capilar: la almohada de seda. Tan íntimo secreto de alcoba -nunca mejor dicho – lo desveló uno de sus maquilladores, Peter Lamas. “Si duermes sobre algodón, tu cabello se vuelve áspero”. Por eso Jackie usaba un pañuelo de seda para dormir y una funda de almohada de seda. Lo que fuera con tal de mantener esa imagen impecable.

Con todo lo que ha avanzado la cosmética para el cabello, el consejo sigue tan vigente como entonces. Nadia Barrientos, directora del salón The MadRoom , coincide en que “el algodón es un tejido más ‘seco’ o ‘duro’. Al pasar tantas horas apoyadas directamente sobre un tejido de algodón se produce una mayor fricción con el cabello. Esto produce el temido frizz y, en cabellos muy frágiles, favorece la rotura de las fibras. Con la seda no sucede porque el cabello resbala suavemente”, explica esta estilista.

Jackie Onassis se cuidaba mucho el pelo para que estuviera encrespado.
Jackie Onassis se cuidaba mucho el pelo para que estuviera encrespado.Getty

Cuidado con el detergente

Las sábanas de seda tienen un precio algo más elevado. Cuando hay que ajustar la economía doméstica y no vives ni en la Casa Blanca ni con un magnate con carta blanca de gastos, el algodón malgré tout tampoco parece tan mala opción. “No quiero decir que una funda de algodón sea malísima para el cabello. Es siempre mejor que las sabanas de fibra que, aparte de dar un calor excesivo y no dejar transpirar, generan más electricidad estática. Y eso significa más posibilidades de levantarte con el pelo encrespado o difícil de domar”, señala Barrientos. A renglón seguido apunta que la salud del cabello también depende de los productos de lavado. “El detergente y el suavizante que usemos para lavar las sabanas será también determinante para evitar o potenciar todos estos efectos”.

Esta estilista, conocida entre otras cosas por sus alisados orgánicos, añade que hay cabellos que agradecen más que otros invertir en una funda de seda. “Sobre todo, la recomendaría para cabello finos y sensibilizados que se parten con facilidad. Si lo tienes así y quieres dejarlo largo, una funda de seda va a hacer que no se parta y alcances una melena larga más vistosa. Otros que también se benefician son los cabellos rizados que han perdido el nervio. Con el paso de las semanas empiezan a notar que la estructura vuelve a formarse y recuperan la forma del rizo perdido”.

En realidad, lo del almohadón de seda es la versión aristócrata del turbante de seda que suelen usar las afroamericanas para dormir. Sobre todo, si llevan el cabello alisado. “El turbante evita que se enrede el cabello. Nosotros recomendamos a las clientas con cabellos rizados que duerman con un gorro de seda para para proteger y potenciar el rizo. Mucho mejor si además se aplican una mascarilla para tenerla toda la noche e hidratar al máximo el cabello, porque así no van a manchar las sabanas”, recalca Barrientos.

Unas gotas de aceite en las puntas

Por muy diva que seas, ese peinado requiere dosis ingentes de secador para lograr la consistencia y el volumen deseados. El precio a pagar suele ser deshidratación. Para compensarlo, Lamas le sugirió poner unas gotas de aceite nutritivo en medios y puntas. A Jackie le gustaba aplicarse uno formulado a base de lavanda.

Serum Rescue & Shine, de Victor Toro
Serum Rescue & Shine, de Victor ToroD.R.

Aquí la cosmética capilar sí que ha avanzado una barbaridad En la actualidad es probable que hubiera confiado en los productos de alta peluquería como el Serum Rescue & Shine con extractos de macadamia y arroz de Víctor Toro, o Protect & Shine Oil de Rossano Ferretti, uno de los elixires que “suelo recomendar a las celebridades que pasan por cualquiera de mis salones. Nutre, protege del sol y mejora muchísimo el brillo”, explicaba el estilista durante su paso por Madrid para presentar su línea personal de cuidado para el cabello.

Protective & Shine Oil, de Rossano Ferretti.
Protective & Shine Oil, de Rossano Ferretti.

Pero incluso las divas tienen sus bad hair days, esos días de pelo regular, encrespado, desarreglado y un pelín graso en las puntas. Ahora cualquier celebridad se encasqueta una gorra o un gorro de punto y se lanza a la calle sin más miramientos. En tiempos de las grandes musas eso era impensable. Jackie, como también hacía Grace Kelly, era incondicional del carré en soie de Hermès, el mítico pañuelo de seda que aún sigue remitiendo a las heroínas de Hitchcock. Su favorito era el modelo Astrologie.

Jacqueline Kennedy no dudaba en cubrirse el cabello con un pañuelo de seda si no estaba perfecto.
Jacqueline Kennedy no dudaba en cubrirse el cabello con un pañuelo de seda si no estaba perfecto.New York Daily News/Getty

Décadas después, la villanísima Miranda Priestly de El Diablo Viste de Prada nos enseñó que las grandes damas de la moda no debía poner un pie en la calle sin su pañuelo de seda blanco. De Hermès, por supuesto y comprados en lotes de 25. Que la feminidad y la elegancia no se detengan por un fallo de cálculo en el armario.

 Guerra a los granos y labios marcados

Como a toda mujer con una faceta pública, a Jackie le preocupaba el estado de su piel.  El azar quiso que compartiera con Marilyn Monroe a otro hombre clave en su vida (además de a su marido, el presidente JFK). Ese hombre era su dermatólogo, el doctor Erno Laszlo, quien le instó a evitar los aceites o las cremas demasiado densas para evitar la reaparición de espinillas y otras imperfecciones. Laszlo se adelantó varios años a las consignas de los dermatólogos insistiendo en la limpieza diaria, con un aceite desmaquillador y un tónico ligeramente exfoliante para mejorar la textura de la piel.

En cuanto al maquillaje, su estilo no varió demasiado con los años. Piel impoluta y a prueba de flashes con la base de maquillaje Flawless Finish Foundation de Elizabeth Arden y algo de color en los labios, normalmente, en tono frambuesa o coral.

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