De seca a mixta, ¿por qué cambia nuestro tipo de piel?
Los factores internos y externos pueden influir. Conoce las razones por las que el rostro vive constantes cambios.
La piel no es estática. Puede cambiar a lo largo del tiempo e incluso puede hacerlo durante un periodo concreto de nuestra vida, algo así como un paréntesis, y, donde antes había una zona T problemática, aparecer una situación de sequedad.
Seca, normal, mixta y grasa son los cuatro valores que normalmente se tienen en cuenta para diagnósticos dermatológicos o catalogación de cosméticos. Sin embargo, factores internos e externos pueden influir para que cambie la etiqueta que llevábamos puesta desde siempre.
Pilar Pantoja Gómez, directora de A Punto Estética Avanzada explica que los factores internos que pueden afectar en estas variaciones son todos aquellos relacionados con la edad y con la herencia genética, “con los que podemos tomar precauciones para atenuar el paso del tiempo”; mientras que los externos son los que se relacionan con el ambiente donde vivimos y el estilo de vida que tenemos. “En estos diferenciamos dos tipos: Los incontrolables como el sol, el frío, la sequedad ambiental, la contaminación y los radicales libres que, aunque no se pueden controlar, sí pueden tomarse medidas para que afecten lo menos posible a nuestra piel. Y en segundo lugar, los controlables, que son los que dependen de nuestro modo de vida, de la alimentación, los hábitos saludables, el estrés y el sueño. De su control depende en gran medida el estado de nuestra piel”.
Externos o internos, ambos tipos de factores pesan bastante en un hipotético cambio de piel, pero es evidente que los externos resultan más fáciles de controlar, desde el momento en el que dormir más horas o practicar alguna técnica de relajación puede ayudar a poner a raya una situación de estrés o cansancio que está afectando al cutis.
“Cuando se produce un cambio en nuestra piel debemos pararnos a pensar por qué ha sido producido, si ha sido por agente externo deberemos tomar más precauciones para que no vuelva a suceder, como usar pantallas solar con un filtro más alto o seguir una higiene diaria exhaustiva para que las partículas que hay en el aire no afecten la piel. Y si son son producidos por agentes internos, habría que hacer cambios en nuestra rutina diaria para que el organismo no sufra esas alteraciones, tales como descansar más, asistir a clases de relajación o llevar una buena alimentación”, detalla Pantoja.
La piel no cambia de forma brusca ni definitiva, pero es necesario saber por qué una zona seca se vuelve grasa, por ejemplo.
Imaxtree
Sin embargo, todo esto no sucede de la noche a la mañana. “La piel no cambia de forma brusca”, advierte la doctora Soledad Sáenz Guirado, especialista delInstituto Dermatológico de Granada y miembro de la Academia Española de Dermatología y Veneorología. Ni tampoco lo hace de manera definitiva o drástica. “Se dan casos de alguna piel seca que ya no es ta seca y aparece con algo de grasa en la zona T. Pero esos cambios no son para siempre”, insiste. No hay que llevarse a engaño. Esos cosméticos que prometen cambios definitivos, simplemente no pueden cumplir. “Todo lo más, hay algunas cremas que controlan el exceso de grasa, pero todo vuelve de nuevo cuando se abandonan”, apunta la especialista.
Entre los factores que pueden influir en el cambio de tipo de piel de manera temporal están el estrés, que produce cambios en la secreción hormonal, y lleva a producir algo más de grasa. Es el motivo del acné adolescente, un momento en el que existen más andrógenos en sangre. Lo mismo sucede con los embarazos, en los que la piel puede resecarse ligeramente a partir del tercer o cuarto mes de gestación. También influye la existencia de alguna patología dermatológica concreta como la rosácea, y el mero envejecimiento. “Con la edad, la piel se va secando, incluso las más grasas, porque las glándulas sebáceas disminuyen de tamaño”, apunta la doctora Sáenz.
¿Qué hacer cuándo todo esto sucede? “Deberemos ir adecuando los productos en función de las necesidades de nuestra piel y dejarnos aconsejar por profesionales cualificados para el diagnóstico de la piel. Ellos valorarán los cambios que deberemos hacer tanto en la higiene diaria como el tratamiento domiciliario o si fuera necesario algún tratamiento en cabina”, concluye Pilar Pantoja.
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