Lady Gaga: “Utilizo mi base de maquillaje todo el día, incluso para dormir”
La estrella ha pasado de usar la belleza como herramienta para construir a uno de los personajes más reconocibles del siglo XXI a convertirse en poderosa empresaria del sector cosmético. Su línea de maquillaje, Haus Labs by Lady Gaga, acaba de llegar a España (en exclusiva en Sephora)
“Siempre he sentido que el maquillaje es una forma de expresión y desde que tengo 17 años me ha gustado experimentar con él”, cuenta Lady Gaga (Stefani Germanotta, Nueva York, 38 años) al otro lado de la pantalla en una videollamada. “La primera vez que me pinté lo hice con lo que encontré en el cajón de mi madre y luego lo hacía con lo que me pudiera permitir. Fui a un colegio en el que estaba prohibido, así que al salir de allí estaba deseando probar. Cuando empecé a actuar en clubes nocturnos en Nueva York lo usaba para encontrar a un nuevo yo. Fue una manera de entender mi identidad. Una manera de sentirme más segura que nunca. Yo era muy insegura en aquellos años y el maquillaje me ayudó a sentirme poderosa”.
No es ajena a las contradicciones que envuelven a estos pigmentos: “A las mujeres desde que somos jóvenes nos enseñan que usar maquillaje es parte de cómo debemos movernos por el mundo, pero si usamos demasiado se nos cuestionan nuestros valores”, dice. La estrella ha recurrido a la moda y a la belleza para reinventarse incontablemente a lo largo de su carrera. Desde sus inicios en el mundo de la música (con sus excéntricas apariciones públicas o sus hipnóticos videoclips) hasta la versión más contenida de sí misma recientemente, centrada en la interpretación. Precisamente en esta faceta ahora rueda su próxima película con Joaquin Phoenix, Joker: Folie à Deux, en la que será Harley Quinn. En los últimos tiempos es habitual verla sobre la alfombra roja emulando el glamur del Hollywood dorado, como cuando recogió su Oscar en 2019, inspirándose en Audrey Hepburn. En su estantería se acumulan, además, entre otros, 13 premios Grammy, 10 Billboard Music Awards, dos Globos de Oro y un Bafta.
A las mujeres desde que somos jóvenes nos enseñan que usar maquillaje es parte de cómo debemos movernos por el mundo, pero si usamos demasiado se nos cuestionan nuestros valores.Lady Gaga
Habla con entusiasmo de su línea de belleza, Haus Labs by Lady Gaga, que acaba de aterrizar simultáneamente en Sephora en 12 países europeos, entre ellos España. Llegar a conversar con ella no es fácil. Tras varios meses de correos que vienen y van o cambios de fecha para la cita, su equipo explica que “LG ha decidido que prefiere hablar con varios medios a la vez [entre ellos S Moda en exclusiva para España], para tener más tiempo”. Durante la entrevista queda claro que lo necesita, porque se expresa con pasión largo y tendido de ingredientes o formulaciones. Si alguien puede permitírselo es ella. También escoger los temas a tratar: “A LG le gusta tu pregunta sobre su concepto de belleza”. Y, si LG lo quiere, esta periodista no le va a llevar la contraria:
P: Lleva casi dos décadas trabajando delante de las cámaras, ¿cómo ha evolucionado su noción de belleza en este tiempo?
R: Cuando empecé mi carrera ser convencionalmente bella no me funcionaba. Me centré mucho más en mi arte, en ser interesante y en traspasar los límites. Siempre he sido alguien que se ha revelado contra las reglas de la feminidad y del patriarcado. Eso formó parte de mí siempre, pero a medida que crecí y el mundo cambió, quedo claro que vivimos en una época en la que la estética se considera una especie de moneda de cambio. No menosprecio a las personas que celebran su estética, porque creo que es otra forma de arte y de afrontar la vida.
Hoy, defiende, el foco del consumidor se posa más que nunca sobre la eficacia y la seguridad de los cosméticos, como consecuencia de la pandemia: “La gente quiere utilizar productos que sean innovadores, que contengan ciencia y que sean buenos para ellos. Durante la covid el cuidado personal se convirtió en algo fundamental. Gracias a las vacunas ahora escuchamos a los científicos. Hay una combinación de cambio cultural y gente que exige saber qué se está poniendo en la cara. Creo que hacia ahí se dirige la belleza hoy, a productos inteligentes y de alto rendimiento”.
Su relación con esta industria no es reciente, viene de lejos. En 2012 lanzó junto a Coty su fragancia Fame y en 2014 expandió la gama con Eau de Gaga. En el maquillaje se inició en 2019, con Haus Laboratories, pero aquel primer acercamiento no terminó de encajar. Sin complejos, la diva no tuvo reparos en borrar para volver a empezar de nuevo en 2022 con la marca actual. Un cambio completo de productos y posicionamiento: hace cinco años, por ejemplo, confió en Amazon para la distribución y con Haus Labs ha preferido apostar por Sephora, mucho más reputada en el sector. En sus estanterías comparte espacio con algunas de las marcas más deseadas del momento.
Las fórmulas del maquillaje, infusionadas con principios propios del tratamiento, son la base de todo esta vez: “Durante años usé árnica para combatir la inflamación en mi cuerpo y el dolor de las articulaciones, así que me pregunté si también podría tener un impacto significativo en la piel. La fermentamos y vimos que era aún más poderosa, capaz de reducir el enrojecimiento. Queremos que la gente se sienta bien cuando se aplique el producto, que el arte esté en la formulación y que sea suficientemente potente”. De momento ha convencido a las redes sociales, que no es poco, que se declaran conquistadas por la pigmentación y la duración de sus productos. “Para mí era muy importante construir una marca que fuera significativa. No quería vender mi look o que la gente lo comprara para imitar mi apariencia. Quería crear algo que fuera más un artefacto de mi visión de la belleza”.
Su cóctel de activos, pendiente de ser patentado, está presente en el fondo, Triclone Skin Tech Foundation, al que la estrella se declara adicta: “Uso mi base de maquillaje y el corrector todo el día, incluso para dormir. El cuidado de la piel para mí es algo que va más allá de lavarte la cara por la mañana y aplicarte la crema, o usar tus aceites y sueros antes de irte a dormir. Para mí es un proceso que dura todo el día, pero siento que las plataformas de investigación de la piel han sido notoriamente poco sofisticadas y es difícil saber qué te estás poniendo. Lo dice en el frasco, tienes una idea, pero en realidad no existe algo realmente articulado sobre qué es bueno para ti y qué no. Así que en mi rutina uso un limpiador muy simple y un aceite facial con árnica fermentada que fue desarrollado para mí por un laboratorio en el que confío”.
Fórmulas, tecnología, ingredientes limpios y ciencia se repiten sin cesar hasta el final de su discurso, cuando termina disculpándose por tantos tecnicismos. Porque si algo queda claro tras charlar con la intérprete es que ha pasado infinidad de horas en el laboratorio: “Hay muchos datos, así que voy a pedir que os envíen por escrito toda la información sobre los ingredientes”, dice. A la mañana siguiente llega puntual el correo electrónico de su equipo: “Aquí está toda la información técnica que LG quiere que tengas”.
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