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¿Adiós a los turistas chinos comprando lujo en Europa?

Chanel ha anunciado que bajará los precios de sus artículos en China para evitar la falsificación y la reventa. ¿Estamos ante el fin del turismo de compras que tanto ha beneficiado a Occidente?

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CARLOS BARRIA (REUTERS /Cordon Press)

Esta semana, las colas de ciudadanos chinos a las puertas de los grandes almacenes y las tiendas de lujo han sido una constante en el país. Curioso, dado que pese a ser una de las naciones que actualmente sostiene el mercado de la alta gama, desde hace un par de años, el consumo se ha ralentizado. Pero marcas como Tag Heuer, y sobre todo, Chanel, han encontrado la medida para reactivar la venta de forma casi intantánea: equiparar sus precios en todo el mundo, o lo que es lo mismo, bajarlos en ciertas zonas de Asia, como China, donde los impuestos cifraban su incremento en un 10 y hasta un 20%.

"Esto hace unos días me habría contado unos 3.000 euros, pero ahora vale 600 euros menos", cuenta al diario China Daily una joven que espera pacientemente para poder comprar un bolso de la casa francesa. Y apunta una cuestión clave en estas dinámicas: "Planeaba ir a Europa para comprar accesorios, pero ya no hay necesidad de ir hasta allí".

Según Morgan Stanley, los chinos gastan nada menos que 150 mil millones de euros al año en compras de lujo realizadas en Europa y Estados Unidos. Son los turistas que más dinero se dejan en sus viajes. Hasta hoy, muchas de las espectaculares tiendas de firma que se han abierto a lo largo y ancho del país servían para hacer notar su presencia e influencia; no tanto para rentabilizar la zona como para animar a los ciudadanos a consumirlas, aunque fuera más allá de sus fronteras.

Pero el poco dinero que se queda en el país dados los altos precios de bolsos y prendas ha fomentado la corrupción, la falsificación y la reventa a niveles estratoféricos. Los empresarios llevan años reivindacando una bajada de impuestos para fomentar el consumo. En 2012, el año que más crecieron las réplicas y el negocio de la reventa, el consumo cayó un 6%. Dos tercios de las compras se hicieron fuera de China. Por eso Chanel ha preferido mantener intacta su autenticidad antes que lucrarse con el turismo. Su bajada de precios se debe a un deseo de minimizar el mercado negro. "Será un modo efectivo de preservar la calidad y la exclusividad de nuestros clientes, así como un paso en la lucha contra el comercio paralelo, que se beneficia de las diferencias de valor y daña la imagen y la exclusividad de la marca", han declarado desde Chanel.

Security personnel stand guard with weapons outside a Louis Vuitton shop at a shopping mall in Shanghai
ALY SONG (REUTERS / Cordon Press)

De esta guisa se visten los vigilantes de seguridad en las tiendas de lujo para evitar posibles robos

Cordon Press

Pero si su ejemplo se extiende, ¿qué ocurrirá con Europa? Las avenidas de la moda de las capitales europeas basan el grueso de su facturación en el turismo ruso, japonés y, sobre todo, chino. Hasta el punto de que la mayoría de las tiendas de lujo poseen dependientes que hablan mandarín y algunas ofrecen descuentos a los visitantes del Lejano Oriente. París, por ejemplo, redactó hace un par de años una especie de guía de convivencia para incitarlos al consumo. Enseñas como Burberry o Louis Vuitton anuncian y asesoran sobre sus sedes londinenses y parisinas en redes sociales del país como Weixin, una aplicación que permite hacer valoraciones personales sobre las compras realizadas en el extranjero y hasta aceptar los encargos que demandan los contactos de la agenda. Otros ofrecen pases vip a sus instalaciones y hasta ofertas especiales.

Es el caso del Paseo de Gracia barcelonés. Su asociación comerciantes (Amics de Passeig de Gràcia) lanzó hace algunos meses una iniciativa para incentivar aún más las compras chinas. Autobuses guía, personal shoppers o una tarjeta que les permite adquirir prendas y accesorios libres de impuestos son algunas de sus propuestas.

Chinese actress Yao Chen poses during a photocall before German designer Karl Lagerfeld's Autumn/Winter 2015/2016 women's ready-to-wear collection show for French fashion house Chanel during Paris Fashion Week
CHARLES PLATIAU (Reuters / Cordon Press)

La actriz china Yao Chen posa minutos antes de que dé comienzo el último desfile de Chanel en París

Cordon Press

No es de extrañar. En Cataluña se concentra el 34% de las compras de turistas en España, según la Organización mundial del Turismo. Madrid no le sigue de cerca, pero ya presume de ser el lugar donde se realiza el 14 % (por eso la página turística de la comunidad puede leerse en mandarín). Los chinos se dejan más de un 40% de su presupuesto en moda de lujo y en nuestro país gastan de media casi 200 euros diarios sólo en compras. Por encima están París, Londres o Milán, dodne el gasto en enseñas de moda por parte de los orientales es mucho mayor.

Probablemente, y tratándose de un país que ha visto crecer exponencialmente su número de millonarios en la última década, muchos ciudadanos chinos prefieran seguir comprando en las capitales del lujo por vivir una experiencia genuina y originaria. Pero si otras firmas siguen el ejemplo de Chanel, el grueso de la población con recursos realizará la mayoría de sus adquisiciones cerca de casa y reservará sus viajes para los productos estrella. La corrupción bajará enormemente en el país, y se multiplicará la tasa de consumo, pero a riesgo de que la balanza juegue muy en contra de Occidente. Quien dijo que la moda no era relevante para las condiciones económicas y sociales de un país, mentía.

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