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El peligro del ‘te quiero’ exprés: ¿Cuándo tiene sentido pronunciar las palabras más importantes de una relación?

Pasarse de frenada y banalizar la importancia de la honestidad puede generar problemas a la hora de sostener un vínculo verdadero y sostenido

Decir "te quiero" en una relación
Marita Alonso

“Lo inevitable siempre encuentra su manera. En Hamburgo o en el fin del mundo. Te amo, ¡maldita sea!”. Aunque estas palabras parecen salidas de una telenovela, son las que Merche Torre Couso, la nueva pareja de Risto Mejide, ha escrito en el perfil del presentador, que un mes antes de este romántico viaje terminó su relación con Laia Grassi, con quien salió cuatro meses. Una muestra de amor 3.0 que ahora se conoce como hard launching (una revelación explícita de una nueva relación en las redes sociales) a la que el publicista nos tiene bastante acostumbrados. En Que sea amor del bueno. Por qué la responsabilidad afectiva es clave en tus relaciones, (Zenith, 2022) Marta Martínez Novoa comenta que lo que antes eran palabras de cariño susurradas en el hogar, ahora se lanzan al mundo en un tuit. “A veces, sin darnos cuenta, nos pasamos de frenada y banalizamos la importancia de la intimidad como generador de estrechez en el vínculo. Y quizás esta pérdida de la intimidad, tal y como la conocíamos, es la que nos lleva a olvidar el esfuerzo que realmente conlleva una relación interpersonal, en la que a veces hay que ceder, poner límites y tener paciencia. ¿Tendrá esto algo que ver con que cada vez haya más personas a las que les cuesta permanecer y ‘meterse de lleno’ en el vínculo?”, se pregunta.

“No hay un calendario universal”

El programa de radio Que no surti d’aquí parece pensar que sí, pues ha mostrado su sorpresa ante semejante exhibición de amor exprés. “No me puedo creer que estos dos se estén diciendo ‘Te amo’, ‘Te quiero’... ¿Cuánto llevarán?”, pregunta Marta Montaner. “¡Dos semanas!”, responde Juliana Canet. “Si de verdad la quiere, tiene un problema muy grave de vacío existencial que intenta saciar con esa persona”, asegura la periodista. “Si pasa una vez, está bien, pero cuando hay un patrón sistemático…”, añade su compañera.

La Doctora en psicología Marta de Prado considera que lo que hay que valorar no es tanto la rapidez con la que se dice ese te quiero, sino lo que significa para quien lo verbaliza y cómo sostiene el vínculo. “No hay un calendario universal. Hay gente que el ‘te quiero’ lo siente como compromiso y como proyecto, mientras que otras personas sienten ese te quiero como un ‘qué bien estamos y qué a gusto nos encontramos’. Dependiendo de sus historias afectivas, hay quienes se dejan llevar porque sienten que pueden confiar y se sienten cómodos mostrando afecto desde el principio. Otros necesitan una mayor certeza de pertenencia y de permanencia a un proyecto común para poder decirlo”, explica. “Lo que es fundamental es que haya coherencia. Ese ‘te quiero’ tiene que ir acompañado de presencia, de límites sanos y de responsabilidad afectiva. La cuestión no es decirlo pronto o tarde, sino que no esté vacío del significado que está asociado al vínculo”, asegura la psicóloga.

Pero Núria Jorba, directora del Centre Núria Jorba, considera que decir te quiero en los primeros meses no tiene ningún sentido. “Eliges a la persona desde el enamoramiento, por tanto, no la conoces. Tienes una idea de ella (ese ideal que nos imaginamos cómo nos gustaría que fuera) pero con los meses es cuando empiezas a descubrir la realidad fuera de tu imaginación. Por eso, si dices te quiero al principio, lo que estás diciendo es que te gusta la idea que tienes del otro”, señala. “Aunque por descontado hay gente que es más enamoradiza, a partir de los 6 meses es cuando se podría empezar a plantear, porque es cuando poco a poco vamos conociendo un poquito la realidad de la otra persona”, aclara la psicóloga, sexóloga y terapeuta de parejas.

“Para esa persona, siempre serás Lanzarote”

Para el ex monje y coach emocional Jay Shetty, a cuyo pódcast acuden estrellas como Madonna y que fue el responsable de oficiar la boda de JLo y Ben Affleck, la primera señal de alerta en una relación es cuando alguien dice te amo demasiado pronto. “Es fundamental ir despacio y reflexionar sobre lo que significa el amor. Todos anhelamos un espacio donde sentirnos aceptados tal como somos, auténticos y en armonía con nosotros mismos. Esto implica que alguien nos ha visto en nuestros peores momentos: estresados, cansados, irritados y agotados”, comenta.

La antropóloga Helen Fisher, que asegura que entre 12 y 15 meses después de haberse iniciado el enamoramiento, el torrente de hormonas decae, considera que “el amor romántico, en el mejor de los casos, es una maravillosa adicción”. Explica que los estudios de escaneo cerebral muestran que cuando una persona se enamora, se activan las mismas áreas cerebrales que a los adictos a la droga. Y es por eso por lo que hay quienes enlazan relaciones de duración muy breve, pues durante la fase de la luna de miel, que es en la que todo parece ser increíblemente romántico, emocionante y natural y durante la cual la atracción física es muy elevada, la euforia está siempre presente. Pero bien sabemos que tras la luna de miel, llega la vida real…

Precisamente con esa premisa comienza la segunda temporada de la serie de Netflix Nadie quiere esto, en la que la presentadora de un pódcast y un rabino que acaba de quedar soltero se enamoran. Cuando la protagonista habla de lo enamorada que está en dicho pódcast, su descreída hermana la corta de inmediato. “Una relación no es seria mientras siga en la fase de luna de miel”, dice. “ ¡Ya hemos salido de esa fase!”, responde la protagonista, a quien interpreta Kristen Bell. “¡Pero si lleváis como cinco minutos! La verdadera relación comienza cuando mezcláis vuestras vidas, vuestros amigos…”, responde la hermana. Es entonces cuando algunas personas rompen la relación para lanzarse a otra y seguir así disfrutando de relaciones sin aristas y en las que la única fase existente es la fase de luna de miel.

“Muchos hombres están saltando de una mini relación de mentira a otra. Es como si hicieran un parkour emocional delirante, confundiendo a todas las plataformas en las que aterrizan mientras viven su patética aventura”, escribe en Querida Dolly (Editorial Planeta, 2023) Dolly Alderton. La experta en relaciones amorosas advierte de los peligros de las personas que se lanzan con absoluta fogosidad a la siguiente relación sin haber pasado por el pertinente duelo necesario para conocer a otra persona en un estado emocional saludable. “La mayoría de personas perciben su primer encuentro después de una ruptura como si fueran alguien que siempre dice que sí sin responsabilidades. Siento decirlo, pero para esa persona, siempre serás Lanzarote”, dice, refiriéndose a ese lugar vacacional en el que hacer lo que quieras pero sin responsabilidades

Alerta ‘love bombing’

También puede suceder que ese te amo acelerado puede ser un caso de bombardeo amoroso, una táctica de manipulación en la que alguien colma de afecto a su pareja romántica para obtener algo a cambio. Patricia Ramírez, coautora de Autocuidado (Grijalbo, 2025), recuerda que lejos de ser un amor apasionado, el love bombing es una estrategia de seducción rápida que busca generar dependencia: muchos halagos, grandes gestos, promesas inmediatas… pero poco conocimiento real. “Una señal de alerta es cuando la relación avanza a toda velocidad, el otro necesita reafirmación constante y apenas hay espacio para el ritmo personal o los límites propios. El amor sano no te deslumbra: te calma. Si algo te hace sentir confusión, presión o prisa, más que amor puede ser una forma de control disfrazada de pasión”, dice a S Moda.

“Al inicio de una relación hay una auténtica tormenta química en el cerebro: dopamina, oxitocina, noradrenalina, endorfinas… todo nos empuja a idealizar, a desear y a sentir que por fin hemos encontrado a esa persona. En ese estado de euforia, decir te quiero puede salir de forma impulsiva, más como una descarga emocional que como una declaración consciente”, asegura la psicóloga. Aclara que lo esencial es recordar que ese “subidón” no siempre significa amor maduro. “A veces lo que sentimos es enganche emocional, no un vínculo profundo”, puntualiza. Marta de Prado dice para terminar que el amor sano termina siendo tranquilo, coherente y permite respirar sin obsesiones. “Una red flag indudable es cuando el otro tiene la necesidad de que la relación quede formalizada rápido, que enseguida se vea, que enseguida aparezca en redes sociales o en entornos familiares. Aunque la intensidad en sí misma enamora, lo que sostiene es la estabilidad”, asegura para terminar.

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Sobre la firma

Marita Alonso
Redactora especializada en cultura pop y estilo de vida. Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. 
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