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Diseñadores

Los rumores se confirman: Alessandro Michele es el nuevo director creativo de Valentino

El diseñador que convirtió a Gucci en una maquinaria superventas ha aceptado la oferta de la casa romana, que curiosamente ya es en parte propiedad del grupo Kering, el ‘holding’ que lo encumbró y con el que rescindió su contrato en 2022

El diseñador Alessandro Michele en una imagen proporcionada por Valentino
El diseñador Alessandro Michele en una imagen proporcionada por Valentinocortesia

Desde que el pasado 22 de marzo Pierpaolo Piccioli anunciara su salida de Valentino tras 25 años en la firma romana, las especulaciones que apuntaban a que Alessandro Michele lo sustituiría como director creativo se intensificaron. Hoy, casi una semana después, Vogue Business ha confirmado en exclusiva que el diseñador que convirtió a Gucci en la gran marca superventas de la pasada década empezará el próximo 2 de abril a trabajar en la sede central de Valentino, a pocos metros de la plaza de España de Roma.

“Es un honor increíble. Siento una inmensa alegría y una gran responsabilidad al unirme a una casa de costura que tiene la palabra belleza grabada en el imaginario colectivo”, ha declarado el diseñador en un comunicado oficial. Su primer desfile está previsto en septiembre, durante la semana de la moda de París (los dos anteriores, el masculino y el de alta costura, ambos en el mes de junio, los firmará el equipo de diseño de la casa) y será la primera vez que Michele realice alta costura, ya que Valentino pertenece al muy selecto grupo de enseñas que participan en esta semana de la moda. Su primera incursión en este ámbito se producirá en enero de 2025.

Lo cierto es que desde que se produjo la salida de Michele de Gucci, en noviembre de 2022, se ha especulado con su vuelta a una gran marca. Primero se habló de Bulgari, después de Fendi, pero finalmente será Valentino, algo que resulta cuanto menos curioso: LVMH, dueño de firmas como Louis Vuitton, Dior, Fendi y Bulgari, entre otras, suele dar trabajo a los directores creativos que dejan una marca propiedad de su gran rival, el grupo Kering, propietario de Gucci, Saint Laurent o Balenciaga. Valentino es propiedad del grupo qatarí Mayhoola desde 2012, pero el año pasado Kering compró un 30% de la marca mediante un acuerdo progresivo que lo hará dueño total en 2028 (Mayhoola se quedará con parte de las acciones de Kering). En definitiva, Michele volverá a trabajar (por ahora en un 30%) a las órdenes de Kering y de su dueño, François-Henri Pinault.

Uno de los motivos de peso para que el diseñador haya aceptado la oferta de Valentino es que la sede de la firma está en Roma, su ciudad natal y en la que actualmente reside. El otro es su consejero delegado, Jacopo Venturini, que fue hasta 2020 vicepresidente de mercados globales y merchandising en Gucci. “Estoy muy feliz de volver a trabajar con Alessandro Michele después de años de trabajo juntos. Su talento, creatividad y profunda inteligencia escribirán un nuevo capítulo en Maison Valentino. Estoy seguro de que su reinterpretación de los códigos y el legado del señor Valentino Garavani nos traerá momentos de gran emoción”, ha declarado Venturini en el comunicado que la marca ha enviado a los medios con el anuncio. “Volver a trabajar con Jacopo es un sueño hecho realidad (…) Es un hombre que se enamora de la vida a diario, con pasión y cariño”, ha dicho de él el diseñador en la misma nota informativa.

Cuando Alessandro Michele ascendió en Gucci tras la salida de Frida Giannini, en 2015, lo que parecía una apuesta transitoria hasta encontrar a otro director creativo de relumbrón se convirtió en inesperado fenómeno tanto de ventas como de influencia en el sector de la moda. La peculiar y única visión de Michele, que borraba de un plumazo las convenciones de género y mezclaba sin pudor lo decimonónico, lo tecnológico, lo deportivo o lo renacentista, entre millones de referencias, se convirtió en un éxito instantáneo. Los medios hablaban de guccificación, refiriéndose a una impronta estética que lo teñía absolutamente todo. Y esa guccificación se tradujo en ventas: en 2018, Kering anunciaba que Gucci había facturado nada menos que 6.700 millones de euros el año anterior, batiendo el récord histórico de cualquier marca de lujo (un récord que superó Vuitton en 2022). Su salida siete años más tarde se debió a lo que en marketing llaman “fatiga de marca”. La visión de Michele era tan visualmente potente que el cliente acabó por aburrirse. No, no dejó de vender, pero en un gran grupo como Kering hay que seguir batiendo récords, aunque sea algo casi imposible, si se quiere continuar ostentando ciertos privilegios.

Michele no solo cambió la estética; cambió a los embajadores de la firma, las tiendas, el museo de la marca en Florencia… cambió hasta la decoración de las oficinas centrales en Milán. Por primera vez en mucho tiempo los desfiles de moda hablaban abiertamente de sexo, de aborto libre y hasta de salud mental, en notas de prensa que siempre remitían a filósofos como principal referencia. El novio del diseñador, Giovanni Attili, es profesor de Filosofía y el propio Michele prepara un libro llamado Filosofía de la moda junto al pensador Emanuele Coccia, previsto, en teoría, para este próximo diciembre.

Cuando Valentino Garavani se retiró en 2007, ascendió personalmente a los directores de accesorios de su marca, Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli. Chiuri se marchó a Dior en 2016 y Pierpaolo elevó Valentino hasta convertirla en una de las firmas más aclamadas gracias a su magistral uso del color, su talento para detectar a las embajadoras adecuadas (de varias generaciones y cuerpos) y su modo cercano y emotivo de hablar de su trabajo y de su equipo. Las ventas seguían estando saneadas; de hecho, la enseña creció un 10% en 2023, pero la nueva directiva buscaba, quizá, darle un giro más arriesgado, en un momento en el que el lujo parece que podría enfrentarse a su primera recesión en décadas. No cabe duda de que Michele le dará una visión transgresora e intelectualizada a una casa que, hasta hoy, se ha definido con los elementos de la sofisticación más clásica. A Piccioli lo despedía su equipo esta semana con pancartas y camisetas, en una imagen que se hizo viral. Curiosamente, el que fuera su mano derecha durante largo tiempo, Sabato de Sarno, es desde hace casi un año el director creativo de Gucci. Todo cambia para que nada cambie.

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