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Diversidad

“Es importante que todo el mundo vea que la genialidad no está unida a un solo grupo étnico y racial”

Winnie Karanja es la fundadora de Maydm, una organización ubicada en Madison (Wisconsin) y centrada en abrir las puertas del sector tecnológico a niñas y jóvenes de minorías raciales

Winnie Karanja fue reconocida por Forbes como una de sus '30 under 30' en la categoría de emprendimiento social
Winnie Karanja fue reconocida por Forbes como una de sus '30 under 30' en la categoría de emprendimiento socialMaydm

La primera vez que Winnie Karanja asistió a una clase de ciencias de la computación, topó con un aula en penumbra, con las persianas casi hasta abajo. “Yo era una de las dos únicas chicas y una de los dos únicos estudiantes de minorías raciales”, asegura la joven keniana americana, ahora fundadora y líder Maydm, una organización ubicada en Madison (Wisconsin) centrada en abrir las puertas del sector tecnológico a niñas y jóvenes infrarrepresentados en este sector. Aquella habitación en tinieblas reforzaba uno de los muchos y persistentes estereotipos que ahuyentan a las mentes brillantes de colectivos minoritarios de un sector lastrado por su escasa diversidad. “En términos de género hace poco que hemos empezado a hablar de mujeres como Catherine Johnson, que fueron pioneras en el campo. Si le preguntas a alguien por los líderes de la tecnología, pensarán en Jeff Bezos y Mark Zuckerberg. Y tenemos series como Silicon Valley perpetuando esta idea de que el sector tecnológico es un lugar de hombre blancos con aires de fraternidad”, sentencia.

La motivación de Karanja, reconocida el año pasado por Forbes como una de sus 30 under 30 en la categoría de emprendimiento social, es asegurarse de que los jóvenes que desde hace cinco años entran en los programas de Maydm saben que el sector tecnológico no tiene porqué ser un antro lúgubre lleno de gente que no le representa y cuyas relaciones no les incluyen. “Si no sabes qué aspecto tiene, vas a guiarte por lo que has visto en la tele. Y lo que vemos en la tele son espacios tecnológicos creados para el progreso de hombres blancos y con una fuerte cultura de machotes -bro culture-”, insiste.

P. En sus propias palabras, los programas de formación de Maydm combinan habilidades técnicas con mentoría y exposición. ¿Cómo funciona esta mezcla?
R. Sabemos que las habilidades técnicas no son suficientes para provocar un cambio significativo en grupos que han estado tradicionalmente infrarrepresentados. Necesitas tener un mentor. Alguien que te defienda, te apoye y te ayude a saber qué hay en el capo que no conoces. Los mentores son gentes que trabaja en el sector tecnológico y que ayudan a los alumnos a ver las oportunidades que pueden encontrar en este.

Y la exposición es especialmente importante para ayudar a romper esas percepciones que tienes o que te han presentado de cómo es trabajar en el sector tecnológico.

Entonces, los estudiantes empiezan a ver que tienen unas habilidades, un mentor que les anima y ven espacios de trabajo donde hay gente como ellos, de grupos de edad similar o con quienes se identifican. Empiezan a ver que es un sitio para ellos, no un lugar extraño.

P. ¿Cuánto de este cambio pueden impulsar entidades como Maydm y cuánto tiene que ocurrir en la sociedad?
R. Lo que nosotros podemos promover a través de Maydm requiere la participación apoyo de todo el sistema. La educación tiene que apoyar a los estudiantes de minorías raciales en asignaturas STEM, especialmente en matemáticas. Los padres necesitan conocer las oportunidades y ser capaces de conectar a sus hijos con ellas. Las empresas tienen que reflexionar y establecer nuevas prácticas en sus modos de contratación, los entornos y la cultura que crean.

Hay maneras sencillas de meter a la gente en el sector tecnológico, pero necesitamos recursos. Y los cimientos no funcionan. El modo en que siempre hemos hecho las cosas ha estado dirigido al grupo mayoritario. Si vamos a promover un cambio, no puede ser para la mayoría.

P. Otra limitación que señala es que es más difícil conseguir financiación para programas dirigidos a los estudiantes más jóvenes. ¿Por qué ocurre esto?
R. Existe el pensamiento de que los estudiantes que están en la escuela primaria -hasta los 10 años- no van a entender fundamentos de Ingeniería o Ciencias de la Computación. Además, desde el punto de vista de las empresas, es más difícil invertir en alguien a quien le faltan casi 20 años para entrar en el mercado laboral.

Pero necesitamos hacerlo. He visto a nuestros estudiantes de primaria. Sus mentes son capaces de absorber muchísimo. Captan los conceptos muy rápido. Si invertimos en estas edades, empezaremos a crear una cultura de innovación, curiosidad y creatividad en la resolución de problemas.

P. ¿Tiene cura esta miopía?
R. Exige intencionalidad y comprender que no podemos pensar solo en el ahora. Una empresa que quiere prosperar tiene que preguntarse qué aspecto va a tener su fuerza laboral dentro de veinte años.

Espero que tenga cura, pero todavía no lo veo. Y me pregunto si dentro de 15 años miraremos atrás y desearemos haber hecho más. Porque ahora mismo hay 1.5 millones de empleos vacantes en el campo de la tecnología. Y estamos en 2020.

P. ¿Qué cambia para los estudiantes que pasan por Maydm?
R. Diría que lo que cambia es que de pronto dicen: “Wow, esto no era tan difícil como parecía”. Empiezan a ver que les gusta, que es divertido y que pueden hacerlo. Traban amistad con otros estudiantes del condado o incluso niños de su colegio que no sabían que tenían intereses comunes. Eso es lo que les trae de vuelta, la posibilidad de decir: “Ok, no soy la única niña negra que está interesada en la ingeniería informática. Tengo amigos. A ellos también les gusta esto. He hecho una página web. Soy genial, soy brillante y pase lo que pase nadie puede arrebatarme esta experiencia”.
P. ¿Abordáis con ellos cuestiones éticas como el potencial de la tecnología para agravar la injusticia social?
R. Sí. Tenemos discusiones muy Honestas sobre los sesgos que la tecnología puede crear. Les hablamos de como el reconocimiento facial puede usarse para desbloquear un teléfono, pero también se está usando por parte de la policía y los sistemas judiciales. Y después profundizamos en el hecho de que la tecnología, como todo, puede usarse en detrimento o beneficio de la sociedad, y la importancia de tener voces diversas en la industria que puedan detener el desarrollo de un determinado producto.
Necesitamos llevar la tecnología a estas comunidades, no basta hacer que los niños dejen sus barrios para aprender a escribir código
P. ¿Se está reconociendo más la urgencia de una revolución en la industria en el presente clima de condena a la injusticia racial?
R. No lo sé. Creo que en la sociedad, a veces hay momentos en que la gente abre los ojos y reconoce el problema. Pero lleva tiempo desmantelar estas estructuras. ¿Están las empresas dispuestas a invertir ese tiempo? Decir que tenemos que hacerlo implica muchas cosas en el modo en que reclutas, describes tus empleos y creas un entorno de trabajo. Exige honestidad y vulnerabilidad. Y no sé si la industria tecnológica está en ese punto. Podrán decir que sí, pero ¿cuánto están dispuestas a hacer?

No veo esa urgencia. Tal vez existe una idea de ponerse al día porque todo el mundo está hablando de ello. Pero cuando deje de estar en los titulares. ¿Seguirá estando entre sus prácticas? Esto requiere que la gente se enfrente a mucho trabajo interno e institucional.

P. En una reciente entrevista, habló de una profesora que le contó como había solicitado ayuda a una organización nacional para enseñar a sus alumnos a programar y ni siquiera obtuvo respuesta. ¿Hacen falta más proyectos locales?
R. Necesitamos una aproximación holística. Es verdaderamente importante que todo el mundo vea que no hay un solo grupo racial y étnico progresando en una cierta industria, que ese tipo de genialidad no está atada a un solo grupo. Para eso necesitamos anuncios en los que la gente de minorías raciales hable de esto. Necesitamos llevar la tecnología a estas comunidades, no basta hacer que los niños dejen sus barrios para aprender a escribir código. Hacen falta becas, programas de aprendizaje que estén bien reforzados. Aquí hay muchos problemas de acceso con el transporte. Si das una beca a alguien pero no hay autobuses...

Tiene que haber muchas estructuras de apoyo. Y no puedo hablar por las grandes compañías, pero algunas empresas de Madison están diciendo: “Vale, ¿cómo lo hacemos?”. Uno de los puntos más importantes es detenerse, escuchar a la comunidad, estar dispuesto a una reflexión honesta y decidir que ser una compañía de la que todo el mundo quiere formar parte es más importante que preservar un cierto tipo de cultura que siempre ha estado ahí.

P. ¿Puedes imaginar un futuro en que Maydm esté de más?
R. No puedo, pero ese es mi objetivo. Creo que la finalidad de cualquier entidad sin ánimo de lucro es que su trabajo algún día esté completo. ¿Cómo de rápido lo conseguiremos? No sé. No sé si yo podré verlo. Pero sí pienso que empezaremos a ver un cambio en las compañías que entienden esto y empiezan a invertir.

2020 es un momento crítico para la humanidad y tenemos la oportunidad de reimaginar el aspecto que tendrá el futuro. Hay mucho potencial para imaginar un bien que sea mejor para todo el mundo. Y la tecnología tiene un papel clave en esto. Mi esperanza es que en los próximos años miremos atrás y veamos que 2020 nos empujó a ser mejores humanos ya mejorar la calidad de vida para todo el mundo.

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