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Fetiches

Ingrid García-Jonsson, o cómo resistirse a la tecnología

La actriz hispano-sueca Ingrid García-Jonsson, popular gracias a ‘La Resistencia’, explica por qué los suecos son los más ‘techies’ y qué le ha hecho desinstalar las redes sociales del móvil.

La actriz hispano-sueca Ingrid García-Jonsson.
La actriz hispano-sueca Ingrid García-Jonsson.Elisa S. Fernandez

A los suecos les gustan más los gadgets que a los españoles”. La actriz de Salir del ropero, Ingrid García-Jonsson (Suecia, 1991), pone a sus tíos como ejemplo. “En España tenemos un accesorio para el móvil, mis tíos los tienen todos. Este verano les dio por el running y se compraron un smartwatch y un sensor para las zapatillas que les marcaba los pasos perfectos. Con decirte que si se pierden en un supermercado no se buscan directamente sino que se llaman con el móvil para ver en qué hilera están…”.

Al contrario que el personaje que interpreta en su último rodaje, El arte de volver, de Pedro Collantes (“Soy una medio artista influencer que siempre está con el móvil”), la actriz intenta no depender del teléfono. “Como no fumo, lo uso como sustitutivo del tabaco, me hace compañía para pasar los ratos muertos. Pero evito las redes sociales. Me di cuenta de que estaba viendo lo que hacía otra gente que en realidad no me interesa. No me aportaba nada positivo, solo me hacía mal. Así que decidí borrarlas”.

De esta manera prefiere hacer el ejercicio de instalar Instagram, subir una foto y volverlo a desinstalar. “No sé cuánto tiempo aguantaré así. Pero me ha venido bien porque he encontrado otras aplicaciones que me aportan más, como la tele y la radio suecas. Así practico el idioma ya que aquí no lo hablo tanto”.

La tecnología también ha facilitado la comunicación con su familia sueca. “Recuerdo que en mi casa fue un acontecimiento que instalaran la tarifa plana de Telefónica porque mi madre pudo llamar a Suecia todos los días. Algo que antes era inviable. O ahora, que puedo hablar con mi abuela a través de WhatsApp. Tengo más contacto con ella que hace una década”. Curiosamente, apunta, en Suecia prefieren usar Messenger.

Con Instagram me di cuenta de que estaba viendo lo que hacía otra gente que en realidad no me interesa”.

Plataformas como YouTube y sus apariciones en La Resistencia (Movistar+) han logrado que conecte con una audiencia más joven. “Yo también soy la primera que consumo muchos vídeos en la plataforma. Pero no la uso de manera consciente para comunicarme con nadie. Por lo general no cuelgo nada interesante, todo lo que hago es muy blanco, cosas que me divierten”.

Como fan de Minority Report (“Eso que hacían con las pantallas ya es real; me gustan los anuncios que se dirigen a ti de manera personalizada”), cree que los avances tecnológicos son algo que “no hay que temer, son una extensión más del hombre que hay que aprender a usar. Eso sí, sin dejar que la tecnología nos quite la vida. Tendremos que hacer deporte de vez en cuando y mantenernos activos”, reclama.

Si pudiera viajar en el tiempo elige tres momentos. “La época de Mujercitas, obra teatral que estoy montando. Otro sería cuando nació mi perro, porque todo el mundo me pregunta su raza y no la sé (y me gustaría saber qué hizo hasta que nos lo encontramos en una playa). Y, sobre todo, me gustaría dar un salto al futuro y no tener que hablar más del coronavirus. Es como si viviéramos esa distopía a la que teníamos tanto miedo”.

Una app que da miedo

No es broma. La actriz usa una aplicación… terrorífica. “Se llama Zombies, Run! Me aburre correr sola por la calle así que, mientras escucho música, la activo y cuando menos te lo esperas te grita: ‘¡Corre más rápido!’. Te alerta de que te persigue un zombi. Cuando oscurece da miedo. De hecho, me la recomendó mi prima que dejó de correr por la noche tras usarla”.

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