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Observatorio Retina - La crisis del coronavirus

Laura González-Estéfani: “Esta crisis obliga a dar el salto a lo digital a quienes todavía se resistían”

La fundadora y CEO de The Venture City asegura la pandemia acelerará el fin del dinero en efectivo, impulsará la telemedicina y convertirá la ciberseguridad en una prioridad absoluta.

Laura González-Estéfani, fundadora y CEO de The Venture City.
Laura González-Estéfani, fundadora y CEO de The Venture City.Laura González-Estéfani

El Observatorio Retina de EL PAÍS es un foro que reúne a 50 grandes expertos en tecnología en España: directivos, emprendedores, académicos, responsables públicos e investigadores que nos ayudan a identificar las grandes tendencias y entender su impacto en nuestras vidas. Hemos preguntado a 18 de ellos qué puede aportar la innovación en la lucha contra el coronavirus. Estas son las respuestas de Laura González-Estéfani, fundadora y CEO de The Venture City.

P. ¿Qué pueden hacer la tecnología y el ecosistema digital en este momento para combatir la crisis?
R. La respuesta es todo. Si no fuera por ella la situación sería infinitamente más complicada. Gracias a la tecnología tenemos información en tiempo real, nos podemos conectar y ver a nuestros seres queridos durante la cuarentena. Podemos seguir operando financieramente y las ayudas llegan mucho más rápido. La comunidad trabaja conjuntamente para encontrar soluciones innovadoras a la falta de respiradores y los laboratorios colaboran para encontrar una vacuna.

Ya no distingo entre ecosistema digital y tradicional. De hecho, si algo nos esta enseñando esta pesadilla es a aprender a utilizar las herramientas tecnológicas que permiten que tengamos una vida más fácil en las circunstancias más adversas, tanto a empresas como a emprendedores. El salto para aquellos que todavía se resistían se convierte en forzoso.

La tecnología en tiempos adversos nos permite comunicarnos, organizarnos, ser más eficientes, más creativos y reaccionar a gran velocidad. Vamos a seguir invirtiendo en compañías de tecnología españolas e internacionales. Los procesos de inversión serán un poco más largos y les pediremos a los fundadores planes a 12 a 18 meses, pero no vamos a parar.

P. ¿Qué iniciativas podrían adoptarse a medio plazo para mitigar esta o nuevas epidemias?
R. Lo primero es, como en otros países, que los médicos tengan en España otro reconocimiento a nivel legal, salarial y de decisión. El balance aquí entre otras profesiones y la medicina es una vergüenza. Que no tengamos un centro de control de pandemias ni en Europa ni en España es de broma. Las guerras ya no utilizan armamento pesado, como estamos viviendo.

Hay que despolitizar el sistema médico: en situaciones como esta hay que darle la autoridad suficiente para tomar decisiones sin esperar al consenso político. Es obvio que es mejor prevenir que curar y a nivel internacional ningún gobierno ha tenido el coraje de frenar esto a tiempo. La sociedad española ha demostrado una madurez, energía, optimismo y solidaridad sin precedentes.

P. ¿Cómo cree que será nuestro mundo después de esta crisis?
R. Será un mundo sin miedo. Peor no lo hemos podido pasar.

El mundo financiero va a ser completamente diferente, esta crisis va a acelerar que el dinero en efectivo desaparezca. Las fintechs no paran de crecer y de investigar fórmulas alternativas para poder, pagar, cobrar y prestar dinero. Es una gran oportunidad para los grandes bancos, que tienen al cliente de su lado y solo deben adaptarse a ellas sin miedo. El mayor lastre para su reinvención es el exceso de regulación.

En el mundo de la salud será bienvenida la telemedicina. La gente debe aprender que no hay que visitar al médico para todo, y que pueden tener una relación más cercana y personalizada a través de la tecnología. Esto va a suponer un gran ahorro a la seguridad social, más eficiencia en la relación médico-paciente y una mejor comunicación en el mundo sanitario.

En el mundo del retail ya no tendrá sentido una tienda física sin un gran soporte online. Se está demostrando que no hay escalabilidad y, en casos como este, supervivencia, si se cuenta solo con el mundo offline. Nuestra primera opción va a ser online, y acudiremos al sistema offline para cambios, devoluciones y situaciones especiales. Los espacios de las tiendas acabarán en su mayoría siendo centros logísticos de recogida y gestión.

La ciberseguridad será la prioridad absoluta. Cuanto más conectados estemos, más amenazados. El mundo del virus es tan preocupante online como offine por las consecuencias que puede generar de un día para otro. Hay que apostar por la ciberseguridad a todos los niveles, siempre de manera descentralizada.

Daremos la bienvenida a la educación online, personalizada y más independiente, donde el niño, la plataforma y el profesor interactúan en tiempo real. En estos primeros momentos, los centros educativos están traduciendo online lo que están acostumbrados a hacer offline y esa no es la innovación. En unas semanas veremos cómo se adaptan al nuevo medio y le empezarán a sacar todo el partido.

La salud mental será otro de los grandes retos del siglo XXI. Todos vamos a aprender a meditar, a parar y a relajarnos. Ya lo estamos viendo en el tremendo incremento de uso de distintas aplicaciones sobre este asunto, cada vez más integradas en nuestros móviles. Apreciaremos más el medioambiente. Me imagino que cada uno de nosotros acabará teniendo un índice de gestión sostenible de manera que los ciudadanos que tengan menos reputación, pagaran más impuestos.

Pasaremos más tiempo de calidad con la familia. Las herramientas de comunicación social son un complemento, no un sustituto a esas relaciones. Después de esta crisis vamos a disfrutar más en persona de las familias y los amigos.

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