Amazon y el floreciente negocio de evitar que te roben los paquetes
La creciente necesidad de recibir envíos cuando estamos ausentes ha impulsado todo un mercado de soluciones para asegurar esas indefensas cajitas

¿Cuántos regalos navideños has comprado por Internet este año? La conveniencia de que los Reyes Magos, Papá Noel, la Befana, el Olentzero y todos los de su calaña tiren de ecommerce contrasta con la angustia que genera la incertidumbre de si el paquete va a llegar a tiempo. ¿Te imaginas que además tuvieras que preocuparte por evitar que te robaran el regalo? Según una encuesta de PCMag, un 25% de los estadounidenses temen que alguien se lleve sus paquetes. Y Amazon lo sabe.

El gigante no ha escatimado en soluciones para evitar que los piratas de la paquetería siembren el caos en sus repartos. En España ya tenemos sus taquillas automátizadas -Amazon Locker- y en la patria de Bezos, al otro lado del charco, se atreven hasta con las llaves de su casa. Amazon Key permite que el repartidor entre en tu hogar -o tu coche, o tu garaje- para dejar el envío a buen recaudo.
El sistema no solo exige fe en la honradez ajena. También es necesario comprar un kit que incluye cámara de vídeo y cerrojo inteligente y no se vende por menos de 300 dólares.
- Candados muy listos
Pero hay vida más allá de Amazon. BoxLock es una start-up con sede en Atlanta que apuesta por los candados. El repartidor llega, escanea tu caja con el lector que lleva incorporado el candado inteligente y guarda dentro tu tesoro, vuelve a cerrar y todo listo hasta que tú llegues a casa. El truco es que el servicio de reparto tiene que estar registrado en BoxLock para que todo funcione.

Otra opción que existe para los habitantes de San Francisco, Chicago y Nueva York es Doorman. En pocas palabras, es un intermediario entre tu repartidor y tú. El paquete va directo a sus almacenes y tú solo tienes que fijar la hora que mejor te conviene para que Doorman te haga la entrega. Como medida disuasoria, menos novedosa, menos inteligente y más barata, puede instalarse una simple cámara de seguridad en la puerta. No va a parar el ladrón, pero le va a mirar fijamente hasta que se vaya.
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