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Retina LTD

Así están hoy mismo las tecnologías de mañana

Investigadores y expertos repasan de dónde venimos y a dónde vamos en inteligencia artificial y realidad virtual

Una visión del futuro, W. Heath (1829)
Una visión del futuro, W. Heath (1829)Wellcome Collection

El escritor británico de ciencia ficción Arthur C. Clarke afirmaba que una tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia, ¿no encajaría aquí un superpoder? El modelo de innovación de Prosegur busca desarrollar habilidades sobrehumanas: colaboración entre robots y personas para vigilancia aérea, realidad mixta para visualizar el mundo digital través de un interfaz físico. “Lo utilizamos en el negocio de ATMs, cuando un operario llega un cajero y tiene que arreglarlo, sabe de todos los problemas que se puede encontrar”, señala José Daniel García Espinel, director de Innovación de Prosegur. Hasta la impresión 3D encaja en la agenda de la compañía: “Todo aquello que somos capaces de diseñar en un ordenador, somos capaces de imprimirlo”. Por ejemplo, las piezas de los cajeros. “Estas tecnologías nos permiten dar un servicio perfecto, rápido y ágil”.

El superpoder del cálculo es clave entre los anteriores. “Estas herramientas de predicción han sido clave en los acontecimientos de las últimas semanas en nuestro país. Si detectamos un problema que va a llegar a una calle determinada en los próximos 15 minutos, lo que hacemos es cerrarlo”.

Prosegur no sufre por falta de datos. Ya está recopilándolos en cuentos de miles de cámaras y sensores por todo el mundo. El reto es procesarlos. “La naturaleza, durante billones de años ha evolucionado sistemas biológicos que permiten a los animales procesar esa información de forma súper eficaz”, señala Manuel Tarrasa, CTO de la compañía

El objetivo de Prosegur es emular esto con inteligencia artificial. Identificar, por ejemplo, una pistola en la cámara de seguridad de una tienda e interpretar que probablemente no va a ser usada de manera muy amigable. “Al final, una fotografía no deja de ser un conjunto de números que puede tratarse desde un ordenador. Necesitamos inteligencia artificial para interpretar esto”, afirma. “Desde luego, no hemos llegado a la capacidad humana, pero ya podemos hacer muchas cosas”

¿Qué hacer con todas ellas, una vez se tenga al alcance de la mano? Analizar datos para llegar a extremos parecidos a lo que mostraba la recurrente Minority Report: predecir el crimen y, en general, la inseguridad.

“Lo que estamos construyendo es una plataforma de inteligencia artificial que nos permite conocer lo que está pasando del mundo en tiempo real y eso o podemos hacer gracias a diferentes tecnologías: machine learning, IOT, nube, API management y monitorización”.

Entendiendo la inteligencia artificial como “la expresión de comportamientos humanos por máquinas”, describimos un ámbito donde “cabe todo”, explica Elisenda Bou-Balust, CTO de Vilynx. En este sentido, y en medio de la proliferación de herramientas que se cuelgan esta medalla, casi es mejor decir qué no puede hacer ahora la inteligencia de las máquinas. ¿Dónde están sus límites? Pues, verás, HAL, de Odisea en el Espacio, está bastante perdido en las nieblas del futuro más lejano y quién sabe si improbable.

Como muestra, un botón: jirafas en una piscina. Es un escenario raro, pero si lo ves, tu humano cerebro lo reconocerá. Las máquinas no están tan preparadas para esto. Aquí empiezan los quebraderos de cabeza de la visión artificial. Una jirafa en una piscina es casi factible, ¿pero que es un cuerpo de dálmata con cuello de jirafa que tiene por cabeza el mástil de una guitarra? “Esto a una máquina le cuesta un montón”.

El procesamiento del lenguaje tampoco se queda atrás. Si alguien dice que tu perro se ha comido un postre con un tenedor, tu sentido común entra en juego y dice: “Se ha comido el tenedor”. Para la máquina, carente de conocimientos del mundo y su funcionamiento más allá de lo que cabía en su dataset primigenio, el perro se ha comido el postre usando un tenedor. “Esto es un reto muy grande para la inteligencia artificial. Se resuelve mediante sistemas de probabilidades, que no solo almacenan las posibilidades que son obvias”.

“La realidad virtual es la generación de un entorno de 360 grados, que nos rodea completamente, con un ordenador”, define Mavi Sánchez-Vives investigadora en Neurociencias y Realidad Virtual, profesora de investigación ICREA y fundadora de Virtual Bodyworks.

En este contexto, cuanto más multisensorial, mejor. O peor: si te está persiguiendo un asesino, respondes como si fuera real pese a que sabes que no lo es. Pero esta tecnología no sólo encaja en Halloween. Encuentra un amplio mercado en los videojuegos y en general, en el desarrollo de experiencias. “Podemos estar en la cumple del Everest, navegando en los océanos o en el Machu Pichu, o en una montaña rusa, o volando”.

Esto se puede utilizar para un amplio abanico de entrenamientos. De hecho, el ejército americano lo utilizó para conocer mejor las calles de Bagdad antes de la invasión. Pero también sirve para aprender a hablar en público, superar la fobia social o preparar entrevistas de trabajo. “Pueden ser entornos muy ricos socialmente”, añade la científica.

En este mundo de ficción desaparecen las limitaciones. Ni siquiera tu cuerpo te corta las alas. “Nuestro cerebro es muy flexible respecto a esto: podemos cambiar de edad, sexo, raza… Sin embargo, si hay discrepancias en el movimiento o la información visotáctil, se rompe la ilusión con respecto al cuerpo virtual”.

¿Qué podemos hacer? Algo tan físicamente imposible como ponerte en el cuerpo de un niño. “Lo que sucede cuando pasa esto es que en unos minutos se produce un reescalado de los objetos que tienes a tu alrededor”, señala Sánchez Vives. Además, estos entornos se pueden utilizar con progenitores, creando experiencias que aumentan la empatía hacia los niños. Con otros escenarios pero la misma idea se puede incluso reducir sesgos raciales y abordar el lastre de la violencia doméstica. “No sólo podemos ponernos en la perspectiva de otra persona”.

Con la realidad virtual, la emoción de ir al estadio a ver un partido de fútbol se vuelve más alcanzable para los forofos de este deporte. Todo es recreable: oficinas bancarias, aulas, conciertos… Y Telefónica lo sabe. “Cuando nos vayamos a comprar un piso, podremos recorrerlo como si estuviéramos allí, aunque no esté construido”, explica Mercedes Fernández, gerente de Innovación Tecnológica de Telefónica.

La compañía lleva tiempo buscando espacios que puedan completarse con las posibilidades de este entorno digital. Aunque la realidad virtual tiende a ser una experiencia un poco individualista, se le puede dar la vuelta para entornos tan cercanos como ver la tele y tan lejanos como hacerlo acompañados por personas que están en otro país. Esa misma soledad se puede resolver en entornos profesionales, como la mesa de quirófanos. O la industria. O el turismo. “Tenemos grandes cosas por hacer, pero hoy por hoy ya se pueden hacer muchas. Las capacidades de las redes han mejorado mucho y nos permiten mejorar experiencias mucho más complejas”.

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