Inteligencia artificial en EE UU: el beneficio manda
El modelo de desarrollo que Estados Unidos representa para la inteligencia se caracteriza por la opacidad, la ausencia de consideraciones éticas y la búsqueda de intereses empresariales
Algunos expertos sostienen que los sistemas de inteligencia artificial que gobiernan Facebook son el mejor reflejo del modelo de desarrollo que Estados Unidos representa para este sector: son opacos, se desarrollan sin grandes consideraciones éticas para servir únicamente a intereses empresariales y nadie es castigado más allá de una reprimenda sin consecuencias por los efectos nocivos que tienen en la sociedad. “Desafortunadamente, es el sistema que impera en la actualidad porque Estados Unidos todavía lidera el desarrollo de la inteligencia artificial”, añade Ramón López de Mántaras, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC.
Washington delega en las empresas. Los réditos económicos atraen a los mejores científicos en la materia, y son un gran acicate para las compañías. Es algo que se refleja bien en la composición del sector de la inteligencia artificial. Mientras Estados Unidos reúne al mayor número de empresas e instituciones de investigación con el 28% del total —frente al 25% de la UE y el 23% de China—, la balanza está muy escorada hacia el sector corporativo: el 41% de las empresas de IA en el mundo son americanas, pero solo el 13% de los centros de investigación ondean la enseña de las barras y estrellas.
Es justo lo opuesto a lo que sucede en China, que suma el 42% de las instituciones de I+D del sector, pero solo el 7% de sus actores industriales (datos del informe Artificial Intelligence, a European Perspective, de la Comisión Europea). La excepción está en el desarrollo de tecnología militar. En junio de 2018, el Pentágono creó el Centro Conjunto de Inteligencia Artificial que, según el New York Times, contará con un presupuesto de 1.700 millones de dólares para el próximo lustro.
No obstante, el Departamento de Defensa también se apoya en grandes corporaciones para diseñar las futuras armas que otorgarán la victoria en la ciberguerra que todos temen. Según Data Center Dynamics, el consejero delegado de Amazon, Jeff Bezos, se mostró abierto a trabajar para el Ejército de EE UU “aunque no resulte popular”, y Brad Smith, presidente de Microsoft, defendió ante las quejas de sus empleados que “el Ejército tenga acceso a la mejor tecnología que creemos”.
Hay mucho dinero en juego, pero la teniente general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos VeraLinn Jamieson aseguró el año pasado que es poco si se compara con el presupuesto que está destinando China, y reconoció que entre los militares estadounidenses preocupa la posibilidad de perder la guerra digital. “Mientras Rusia —el país que más atención recibe— muestra su interés por llevar a cabo ambiciosos experimentos en materia de IA, China ya tiene los medios para su consecución”, afirmó Jamieson. “Los datos son un arma, y debemos comenzar a tratarlos como tal”. •
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