Mi máquina es más lista: así se tensa la relación de EE UU y China por la inteligencia artificial
La carrera armamentista que acompaña a esta tecnología tiene el potencial para crear un nuevo orden mundial. Así está el patio según dos investigadores chinos
En la carrera de la inteligencia artificial, ni China ni Estados Unidos están dispuestos a ser la tortuga. Las dos aspirantes a liebre han salido escopetadas en una competición global donde ya son favoritas. Poco importan las fábulas de Esopo. Marca el ritmo una premisa universal: Tonto el último.
"La competición entre China y Estados Unidos en torno a la inteligencia artificial podría agravar mutuas sospechas, acelerar la carrera armamentista, cambiar las dinámicas de poder y socavar la estabilidad estratégica entre estos dos países". No lo decimos nosotros. Lo dicen dos investigadores del Instituto de Estudios Internacionales y Estratégicos de la Universidad de Pekín. De acuerdo con Qichao Zhu y Kun Long, este tira y afloja puede desembocar en un cisma o bien abrir la puerta a nuevas áreas de colaboración entre ambas potencias.
En lo relativo a inversión privada, Estados Unidos lleva la delantera. Desde 2011 hasta 2018, los gringos movieron dos tercios del dinero captado por startups del sector a nivel global, de acuerdo con un análisis de la OCDE. Sin embargo, China empezó a ponerse las pilas en 2016 y al año siguiente ya concentraba un 36% de las inversiones. A orillas europeas llegaba, por cierto, un nimio 8%.
Papers sobre inteligencia artificial publicados entre 1996 y 2018
Fuente: Eurostat
- Leña al fuego
¿Cómo podría complicarse este asunto? De acuerdo con los investigadores de la Universidad de Pekín, las aplicaciones de la inteligencia artificial en materia de defensa son -sorpresa- una bomba de relojería: "A diferencia de tecnologías tradicionales, como la nuclear o la espacial, las grandes innovaciones en este campo se originan ahora en el sector privado. En un escenario donde la comunidad internacional carece de voluntad para firmar un acuerdo de control de armas, la tentación de militarizar la inteligencia artificial puede intensificar la carrera armamentista entre China y Estados Unidos". Además, estas aplicaciones, explican, podrían rebajar el umbral de entrada a conflictos bélicos, "incrementando así el riesgo de estallido y escalada de conflictos". En este sentido, serían claves las tecnologías autónomas, que al no poner vidas en juego, reducen la resistencia pública a la guerra.
Otro punto donde podrían producirse desequilibrios fatales es el más pedestre pero no menos decisivo cambio generalizado en la industria. "Las revoluciones anteriores transformaron el viejo orden en una nueva arena global. Como la electricidad, la inteligencia artificial está llamada a ser un motor para una nueva ronda de desarrollos tecnológicos, industriales y militares y un poderoso empujón para otro proceso de industrialización en la sociedad humana", continúan. Ya decía Putin hace un par de años que quien domine la inteligencia artificial dominará el mundo del futuro...
De acuerdo con las previsiones de PwC, buena parte de los gloriosos 16 billones de dólares que supondrá este mercado en el producto interior bruto del mundo entero allá por 2030 no va a irse muy lejos de este par de liebres, que se quedarían con 10 de ellos.
- De lo que no veas...
China tiene potencial en datos y crecimiento en talento
"El hecho de que China esté avanzando rápido hace que los legisladores americanos sientan que la hegemonía americana está cada vez más desafiada y amenazada y que es imperativo reforzar la contención sobre china", señalan Zhu y Long. En este sentido, los investigadores detectan cierta exageración en la reacción de los gringos ante el estado actual de la tecnología china en materia de inteligencia artificial. "China tiene potencial en datos y crecimiento en talento, pero por el momento no ha sobrepasado a Estados Unidos", aseguran.
Aún así, no se descarta la posibilidad de que todo salga bien. En el escenario más optimista, habría iniciativas de datos compartidos, inversiones conjuntas, intercambio de talento y relaciones comerciales que acelerarían el avance de la inteligencia artificial y la industria en general... "Si dios quiere", dirían las abuelas. "La situación actual sugiere que es más probable que China y Estados Unidos sean más competitivas que colaborativas en el campo de la inteligencia artificial", dicen los investigadores.
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